Silvia Gómez Tagle
Constuyendo redes de poder
La Fundación Vamos México se constituyó como asociación civil con "fines asistenciales o filantrópicos" el 24 de septiembre de 2001 durante un acto realizado en el Club de Industriales. Poco después despertó enorme polémica porque la esposa del Presidente de la República organizó una gran "cena concierto" con el fin de recaudar fondos para su fundación, supuestamente privada, en el Castillo de Chapultepec, inmueble histórico patrimonio de la nación que no debería ser usado como espacio con fines privados y menos aún para negocio. Para el concierto de Elton John, el pasado 21 de octubre, Marta Sahagún distribuyó boletos entre funcionarios y "personas de alto nivel adquisitivo", quienes con un espíritu "espontáneamente caritativo" respondieron a su llamado aportando alrededor de 70 millones de pesos; sin embargo, a la fecha se desconoce el destino preciso de los fondos.
La Fundación Vamos México, AC se ha convertido en un organismo supranacional que va más allá de las funciones del gobierno mexicano. Con un discurso "filantrópico" y la representación de México que le confiere ser la esposa del Presidente, Sahagún ha logrado abrir representaciones de su "fundación" en Inglaterra y Estados Unidos, y pretende expandir su influencia a España, Italia, Alemania, Chile, Costa Rica y Brasil.
Algunos de los recursos que maneja los ha obtenido de "donaciones" privadas, pero también absorbe presupuestos y recursos de secretarías de Estado como las de Salud, Educación Pública, Desarrollo Social, así como de organismos como el DIF y la Lotería Nacional. Se pretende permitir a las agrupaciones sociales obtener financiamiento mediante la comercialización de billetes de la Lotería Nacional; asimismo las colectas de la Cruz Roja han quedado a disposición de los proyectos de la señora de Fox. "Los convenios y donativos nacionales y extranjeros son múltiples: desde 5 millones de dólares de la empresa Sun Microsystems de México para la instalación de 32 centros virtuales regionales, 150 millones de pesos en equipo de la fundación Telmex, hasta 5 mil millones de dólares para alfabetización obtenidos de negociaciones en Washington con el FMI y el Banco Mundial. A partir de noviembre de 2001 reparte recursos y donativos en especie a diversas instituciones por un total de 6 millones 54 mil 331.50 pesos." (Investigación de Sara Morúa.)
Además el Ejecutivo ha contribuido a generar condiciones especialmente favorables para que las instituciones de asistencia privada gocen de un régimen fiscal extraordinario: en el periodo legislativo de septiembre a diciembre de 2001 envió a la Cámara de Diputados un paquete de exenciones fiscales para este tipo de instituciones.
Por su parte, el Partido Acción Nacional presentó una iniciativa de reformas a la Ley de Asistencia Privada del Distrito Federal, que probablemente vuelva a ser discutida en el actual periodo legislativo (septiembre a diciembre). En estas dos iniciativas, promovidas en el último año, se advierte la intención de consolidar los privilegios para las instituciones de asistencia privada, ahora bajo control de la señora presidenta, colocándolas fuera del alcance de la supervisión del Congreso, de la Secretaría de Hacienda y de otras instancias de supervisión gubernamental.
Marta Sahagún aclara que la única intención es promover el modelo de conectividad y de enlace entre sociedad civil y gobierno, entendiendo el primero como la suma de esfuerzos de la sociedad organizada, y el segundo como el trabajo articulado entre los sectores público, privado y social, y la profesionalización de asociaciones y grupos sociales con el objetivo de contribuir a eliminar las visiones "asistencialista" y "paternalista" que dominaron la relación gobierno-sociedad. Así se pretende establecer la alianza entre Estado y sociedad.
Pero el Estado no es la voluntad de la señora presidenta. En un régimen democrático éste se constituye por el Congreso y los partidos ahí representados, el Poder Judicial, el Ejecutivo, que debe entenderse como la "institución presidencial -no la esposa del Presidente- y los poderes de las 32 entidades de la República. Esta alianza tendría sentido en la medida en que existiera un espacio de interlocución público y mecanismos transparentes para la asignación de recursos con la supervisión del Estado. Pero lo que está haciendo la señora Sahagún es crear un espacio de poder personal pretendiendo colocarse en un terreno intermedio entre lo público y lo privado, haciendo uso discrecional de su influencia y de los recursos públicos de los cuales no da cuentas a nadie, con el argumento de que se trata de una "institución de asistencia privada".
