Falta que el gobierno cubano dé el beneplácito, dice
Aún no es oficial la llegada de Lajous a la embajada en La Habana: Iruegas
ROSA ELVIRA VARGAS, RENATO DAVALOS Y NOTIMEX
Será por medio de los ''canales diplomáticos'' como se dé a conocer el eventual relevo del embajador de México en Cuba, Ricardo Pascoe, afirmó ayer el subsecretario para América Latina y el Caribe de la cancillería, Gustavo Iruegas.
Explicó que hasta que se reciba el beneplácito para el nuevo representante, se hará el anuncio oficial, para obtener después la ratificación por parte del Senado.
Ayer fueron profusas las declaraciones en los círculos de Relaciones Exteriores para insistir en que Ricardo Pascoe sigue siendo embajador en La Habana y que no existe todavía la designación de Roberta Lajous Vargas para aquella posición. ''La información oficial de la cancillería es que no hay ningún hecho'', dijo la vocera Gloria Abella.
Pero Iruegas quiso puntualizar los mecanismos que proceden en estos casos, sobre todo por lo que ha trascendido en diversos círculos, y es que el gobierno cubano aún no da el beneplácito para la embajadora Lajous.
Y como ''nada de eso ha sucedido'', dijo el subsecretario, ''nosotros no vamos a hablar de ello hasta que todo el procedimiento esté concluido''.
En el PRD, Mario Saucedo Pérez, secretario de Asuntos Internacionales, declaró que ''por dignidad'', Ricardo Pascoe debió haber renunciado hace tiempo, y criticó la forma como el canciller Jorge G. Castañeda hizo el anuncio ante senadores perredistas sobre la destitución de su antiguo correligionario.
De ese encuentro, por cierto, ayer trascendió una nueva frase del titular de Relaciones Exteriores, que encierra su visión y consideraciones sobre la isla. ''Cuba es para mí -habría dicho Castañeda- como cualquier país africano''.
Y no fue sólo eso lo que ayer se comentó profusamente en los pasillos de Tlatelolco. También fue notoria la molestia de muchos diplomáticos de carrera por la expresión del canciller, peyorativa, sin duda, dijeron, de que los embajadores ''son mis empleados'' .
La molestia es mayor habida cuenta de que en primer lugar ellos no son empleados del titular de Relaciones Exteriores sino, en todo caso, del Presidente de la República, que es quien los designa.
De este modo, entre un canciller que confirma ante perredistas la designación de Lajous Vargas, la propia embajadora que ha hecho público su disgusto por la posibilidad de tener que radicar en Cuba, el gobierno de la isla que no ha dado el beneplácito sobre su nombramiento, funcionarios de la cancillería que tratan de soslayar el anuncio y Ricardo Pascoe, que tampoco aclara nada, todo ello ha convertido un rutinario relevo diplomático en un conflicto.