Nueva cinta de Sariñana
Ciudades oscuras rompe con el lenguaje del cine
JUAN JOSE OLIVARES
Ciudades oscuras, sórdido drama con varios
relatos, es la reciente película del director-productor Fernando
Sariñana, que el próximo 20 de septiembre se proyectará
en 50 salas de la ciudad.
La cinta (producida por Altavista Films y distribuida
por Nuvision), filmada con cámara súper 16 y 35 milímetros
y de alta definición, es en opinión del realizador (Hasta
morir, Todo el poder, El segundo aire), un experimento
en el cual se rompieron muchas reglas de lenguaje cinematográfico
y en el cual la ficción y la realidad sólo se separan por
una frágil línea. Son historias con personajes que convergen
entre las calles de un barrio del centro de la ciudad, donde el amor, la
muerte y la solidaridad se vuelven el eje conductor.
Comenta
Sariñana: "No creo que nadie en el cine piense en sacar cosas porque
algo esté de moda (refiriéndose al cine urbano de violencia).
Ciudades oscuras fue sólo la necesidad de hacer algún
tipo de historia de cierto modo.
"La forma como está filmada la cinta y la estructura
no me permitían mucha libertad, por lo que la única manera
de quitarle esa rigidez era que el lenguaje cinematográfico utilizado
no tuviera regla alguna. Todo fue muy lúdico, como mover la lente,
la cámara, las luces, intercalar las historias... todo esto hizo
el trabajo más divertido. El principio nos lleva a una distorsión
que la cámara nos va aclarando poco a poco. Cada historia exige
su propio ritmo, su propia forma de filmarse."
Dice que no hay diferencia alguna entre esta película
y sus anteriores comedias. "Los que encasillan son los críticos;
no veo porque un director no pueda ser versátil, simplemente hay
una historia que te llama y quieres experimentar (a veces te sale y a veces
no), prefiero arriesgarme y cagarla y ser conocido por eso que por no hacerlo,
siguiendo una fórmula que me funciona."
La producción y el guión son de Fernando
y Enrique Rentería, quienes se basaron en el libro Crónicas
del Madrid oscuro, del escritor de tinta negra Juan Madrid.
Cabe señalar la titánica labor de edición de Roberto
Bolado (cinco horas de cinta reducidas a 115 minutos), y de la fotografía
y música de Salvador Cartas y Eduardo Gamboa, respectivamente.