Grandes compañías cigarreras están involucradas en el tráfico ilegal, según la OPS
Proviene del contrabando 33% de tabaco que se vende en el mundo
Denuncia que dinero sucio procedente del narcotráfico se lava en la compra del producto
CAROLINA GOMEZ MENA
Una de las principales estrategias para combatir el tabaquismo es lograr, vía impuestos, hacer menos accesible el producto, especialmente para los menores. Sin embargo, el tráfico ilegal trabaja en sentido opuesto, alertó Armando Peruga, asesor regional de la Organización Panamericana de Salud (OPS), quien reveló que se calcula que "33 por ciento del tabaco que se comercializa en el mundo proviene del contrabando" y hay indicios de que dinero sucio del tráfico se drogas se limpia mediante la compra y venta" de la planta.
Entrevistado durante la inauguración del tercer Seminario de América Latina y del Caribe sobre el Convenio Marco para el Control del Tabaco, Peruga precisó que en días pasados el gobierno de Estados Unidos convocó a una reunión para abordar el tema, del cual "desafortunadamente algunas tabacaleras están conscientes e involucradas".
Por lo pronto, se sabe que en Colombia los cárteles ya empiezan a ocupar esta vía para lavar dinero, lo cual no sólo afecta al erario, porque los "gobiernos dejan de cobrar impuestos, sino que abarata el tabaco y por tanto permite incrementar el consumo".
Descartó que haya evidencia concreta respecto a que cárteles nacionales lleven a cabo esa práctica, pero comentó que "lo que sí es cierto es que tabacaleras multinacionales, como Philip Morris y la British American Tobacco han estado directamente involucradas en el contrabando de tabaco", aunque no precisó si lo están también en el lavado de dinero.
En lo que no existen dudas es en que la nicotina es una de las sustancias más adictivas y que contiene poco más de 68 elementos cancerígenos. Tan sólo en América el tabaquismo es responsable de la muerte de 845 mil personas al año. De ellas, 50 mil son mexicanos.
En México, 13 por ciento de la población tiene el hábito de fumar. De éstos, un millón 100 mil son niños y jóvenes, los que ya representan 11.6 por ciento del total de fumadores. Las recientes encuestas epidemiológicas han revelado que algunos infantes comienzan a fumar entre los 8 y los 10 años, lo que indica que la edad de inicio empieza a reducirse drásticamente. Tanto es así que hace 14 años 40 por ciento de quienes adquirieron el hábito lo hicieron entre los 18 y 25 años, mientras una década después se situó entre los 15 y los 17 años.
Para detener el avance del tabaquismo -que es la primera causa de muerte prevenible en el mundo-, en mayo de 2003 la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha convocado a 190 países (entre ellos México) a signar un instrumento global, el Convenio Marco para el Control del Tabaco (CMCT).
En este contexto, ayer se inauguró el tercer Seminario de América Latina y el Caribe sobre el Convenio Marco, en el que se discutirá la postura que como región se presentará en octubre próximo en Ginebra, en la última reunión definitoria del CMCT, incluido el control del contrabando.
Sobre ello, Guido Belsasso, titular del Consejo Nacional contra las Adicciones (Conadic), resaltó que en México se gastan "29 mil millones de pesos al año, 0.5 por ciento del producto interno bruto" en brindar atención médica a las víctimas del tabaquismo, recursos que "si se aplicaran a otros programas de salud permitirían elevar el gasto en una proporción adecuada".
Según la OMS, el tabaquismo es causa de 8 mil 242 muertes por día y de 4 millones al año en el mundo, de las cuales la tercera parte ocurre en países en vías de desarrollo. Las tendencias actuales apuntan a que para el año 2020 más de 10 millones de personas morirán a causa del tabaco, la mitad de ellas durante la edad productiva, con una edad pérdida individual de diez a 20 años de vida. Asimismo, para 2030 se calcula que 70 por ciento de las defunciones relacionadas con el tabaco ocurrirán en países en vías de desarrollo.
Ante este panorama es que el CMCT tendrá como principal propósito reducir el consumo de tabaco y proteger a los no fumadores de la exposición involuntaria al humo (en México 48 millones de nacionales son fumadores pasivos), así como promover la cooperación internacional para hacer más efectiva la lucha antitabaquismo.