Editorial

Solución al proyecto millenium


q Ayer, el gobernador del estado de Puebla, Melquiades Morales Flores, resolvió anular el Proyecto Millenium, bajo el argumento de que no hay presupuesto para llevarlo a cabo, y destacó que esta decisión no es una muestra de debilidad de su administración, sino de fortaleza.
La decisión que ha tomado el Poder Ejecutivo estatal seguramente fue difícil desde la óptica tradicional del sistema político mexicano, que no acepta la opinión de grupos que se oponen a proyectos gestados desde el gobierno.
Es previsible la aparición de voces, tal y como sucedió con el caso de San Salvador Atenco, que recriminarán al mandatario estatal haber decidido la cancelación del proyecto, argumentando la falta de firmeza en el gobierno del estado, "concesiones a los grupos más atrasados y que se oponen a la modernidad", y que la determinación reduce la confianza en grupos de capitalistas que pretenden invertir en Puebla. Sobre éstos últimos hay que decir que por lo general se trata de empresarios que únicamente buscan beneficiarse de la obra pública, sin importar que ésta sea mal planeada o mal ejecutada.
Es plausible la decisión que finalmente asumió Melquiades Morales Flores, al optar por el diálogo y no por la mano dura, aunque también es necesario reconocer que la negociación en varios momentos resultó sumamente tensa, por la intención de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes de imponer el proyecto a costa de lo que fuera, y la defensa y métodos utilizados por los afectados. Lo que ha ocurrido deberá servir a las autoridades para que de ahora en adelante tome en cuenta la opinión de los grupos que puedan resultar afectados por programas de desarrollo y de obra pública.