Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Martes 10 de septiembre de 2002
  Primera y Contraportada
  Editorial
  Opinión
  Correo Ilustrado
  Política
  Economía
  Cultura
  Espectáculos
  CineGuía
  Estados
  Capital
  Mundo
  Sociedad y Justicia
  Deportes
  Lunes en la Ciencia
  Suplementos
  Perfiles
  Fotografía
  Cartones
  Fotos del Día
  Librería   
  La Jornada de Oriente
  La Jornada Morelos
  Correo Electrónico
  Búsquedas
  >

Mundo

A UN AÑO DEL 11-S

Admite Chirac que le gustaría ver un nuevo régimen en Irak, pero con el respaldo de la ONU

La amenaza iraquí es mucho menor hoy que antes de la Guerra del Golfo: informe del IISS

Canadá no participará en una campaña cuyo única meta sea derrocar a Hussein: viceprimerministro

DPA, REUTERS Y AFP

Detroit, 9 de septiembre. El presidente estadunidense, George W. Bush, fracasó en su intento por conseguir el apoyo del primer ministro de Canadá, Jean Chrétien, para una eventual ofensiva para derrocar a Saddam Hussein, al tiempo que el presidente francés, Jacques Chirac, reiteró su rechazo al "unilateralismo en el mundo moderno", aunque no descartó una acción contra el país árabe si así lo decide la Organización de las Naciones Unidas (ONU).

Mientras, el Instituto Internacional para Estudios Estratégicos (IISS por sus siglas en inglés), con sede en Londres, indicó en un informe que Irak podría construir una bomba si importa los materiales adecuados, pero su capacidad para usar otras armas de exterminio masivo ha disminuido. Subraya, en todo caso, que la amenaza iraquí es mucho menos importante hoy que en 1990, antes de la Guerra del Golfo.

Bush se reunió en Detroit, Michigan, con Chrétien, con el objetivo de persuadirlo de la necesidad de que se actúe rápidamente contra Irak. Ambos líderes lanzaron un programa dirigido a impedir que terroristas y criminales puedan cruzar su frontera común.

"Es en extremo importante seguir los procesos de Naciones Unidas", le reiteró Chrétien a Bush durante el encuentro. El jefe de gobierno afirmó que el mandatario estadunidense no le presentó nuevas pruebas de las acciones de Hussein, pero que él tampoco las pidió.

Además, el viceprimer ministro canadiense, John Manley, sostuvo que su país no participará en una campaña cuyo único objetivo sea derrocar a Hussein.

Antes de entrevistarse con Chrétien, Bush habló por teléfono con los presidentes Hosni Mubarak, de Egipto; Ahmet Necdet Sezer, de Turquía; Aders Fogh Rasmimer, primer ministro de Dinamarca; el príncipe Abdullah, de Arabia Saudita y Kofi Annan, secretario general de la ONU.

En este contexto, se informó que el primer ministro británico, Tony Blair -único aliado de Bush para atacar Bagdad-, hará un llamado a la comunidad internacional, para que actúe contra el "forajido" Saddam Hussein, en un discurso que pronunciará este martes ante el congreso anual de la Confederación de Sindicatos Británicos, que se opone a una acción militar contra Hussein.

En su discurso, Blair afirma que Irak y las armas de destrucción masiva suponen una amenaza real a la que el mundo debería de hacer frente.

Por su parte, el IISS señaló que Irak representa un peligro potencial en el ámbito nuclear inmediato en materia de armas biológicas y químicas y, por lo tanto, la comunidad internacional tiene "la obligación urgente" de responder a este "problema sin equivalentes".

Bagdad podría, entre otras cosas, fabricar una bomba atómica "en cuestión de meses" si logra obtener material del extranjero, subraya el informe del IISS, un centro de investigaciones independiente que goza de muy buena reputación sobre cuestiones estratégicas y de armamento.

El gobierno de Blair calificó el informe de "importante", y agregó que "el mundo comienza a comprender el pelgiro que representa Saddam Hussein".

El estudio se basa en informaciones sobre Irak que fueron proporcionadas por inspectores de la ONU, la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA), la Agencia Central de Inteligencia (CIA) y el Pentágono, así como testimonios de opositores iraquíes.

John Chipman, director del IISS, señaló que "luego de cuatro años sin inspecciones, no existe certeza sobre las capacidades iraquíes actuales", y agregó que "este expediente no tiene la intención de dilucidar si las armas de destrucción masiva de Saddam Hussein son casus belli en sí".

Los expertos del IISS subrayaron la amenaza iraquí es mucho menos importante hoy que en 1991, antes de la Guerra del Golfo.

Irak desmintió las acusaciones calificándolas de "distorsión de los hechos" y en respuesta las autoridades mostró a los periodistas una antigua instalación nuclear ubicada a 20 kilómetros de Bagdad, diciendo que ahora es usada para investigación agrícola y médica. "Desde 1991 este complejo fue usado exclusivamente para fines civiles", explicó Said Hassan al Mussawi, funcionario de la cartera del Exterior.

Asimismo, Bagdad desmintió que haya reiniciado sus actividades nucleares en emplazamientos inspeccionados por la ONU, como afirmó el francés Jacques Baute, experto de la AIEA.

El jefe de los expertos en desarme de la ONU afirmó el viernes en Viena que por medio de imágenes por satélite de Irak se observaron nuevas construcciones en varios emplazamientos nucleares que habían sido inspeccionados en el pasado por Naciones Unidas.

A su vez, el presidente francés, Jacques Chirac, admitió que le gustaría ver un nuevo gobierno en Irak, pero advirtió que no debe derrocarse a Hussein sin el respaldo de la ONU.

"Estoy totalmente en contra del unilateralismo en el mundo moderno", añadió el jefe de Estado francés, quien propuso una resolución del Consejo de Seguridad que daría a Irak un plazo de tres semanas para readmitir a los inspectores de armas de la ONU sin ninguna restricción ni condición. Si Saddam Hussein no acepta, se aprobaría un segunda resolución para autorizar el uso de la fuerza militar, expresó Chirac al Times.

Según el periódico, Chirac no compromete a Francia a proveer tropas de combate para un ataque contra el país árabe, y subrayó que la doctrina del gobierno de Bush de atacar antes de toda amenaza real es "extraordinariamente peligrosa".

En referencia a los diferentes puntos de vista dentro del gobierno de Estados Unidos, el secretario general de la ONU, Kofi Annan, expresó su preocupación por las consecuencias de un posible ataque contra Bagdad, al indicar que la "cuestión es la mañana después. ƑCon qué tipo de Irak nos despertaremos después del bombardeo y qué ocurrirá en la región?, preguntó a los periodistas en Nueva York.

En este tenor se expresó el Vaticano al señalar que un posible ataque contra Irak debe ser primero aprobado por la ONU. "Si la comunidad internacional juzga que es oportuno recurrir al uso de la fuerza, debe ser parte de una decisión adoptada dentro de las Naciones Unidas", declaró el ministro de Asuntos Exteriores del Vaticano, arzobispo Jean-Louis Tauran,en entrevista que publicará este martes el diario católico Avvenire.

Números Anteriores (Disponibles desde el 29 de marzo de 1996)
Día Mes Año