Emitían irregularmente visados por falta de supervisión, informa Ricardo Pascoe
Detectó la cancillería corrupción en la sección consular de la sede mexicana en La Habana
GERARDO ARREOLA CORRESPONSAL
La Habana, 7 de septiembre. La auditoría que practicó el año pasado la contraloría interna de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) en la embajada en La Habana concluyó que en la sección consular de esa misión se había generado "corrupción y falta de transparencia en los trámites para documentar en forma regular a ciudadanos de visado restringido".
En el fragor de una polémica pública, el embajador Ricardo Pascoe entregó el viernes a la prensa un expediente que incluyó el informe final de la revisión.
Los auditores concluyeron que la emisión irregular de visas se debía a la falta de supervisión adecuada de los responsables de la sección consular sobre el resto del personal del área.
Sin embargo, en su informe pidieron a la embajada remitir a la contraloría interna los expedientes migratorios seleccionados, que aparecieron sin sustento documental, "a efecto de iniciar el deslinde de responsabilidades, conforme al procedimiento administrativo de ley correspondiente".
Ni la cancillería ni la Secretaría de la Contraloría y Desarrollo Administrativo (Secodam) han informado a la fecha el resultado de ese deslinde, pero Pascoe identificó a dos ex funcionarios en La Habana, el cónsul Hernán Ruiz y la técnica administrativa Laura Ruiz, como responsables de esas irregularidades y parte de una red de traficantes de visas y migrantes cubanos.
Pascoe dijo que, a sugerencia suya, ambos fueron removidos de sus cargos en noviembre pasado y ahora "están trabajando en Tlatelolco. No han sufrido sanción alguna y viven al amparo del hecho de que son miembros del Servicio Exterior Mexicano".
La auditoría recomendó, en su momento, al personal responsable de la sección consular, la corrección en el control de formatos oficiales para trámites migratorios y la explicación por escrito de por qué faltaban unos 20 mil de esos documentos. También pidió que fijaran las cantidades adecuadas de esa papelería que se debería tener regularmente en el consulado.
De 404 visas expedidas irregularmente, según la auditoría, las mayores cantidades se registraron en marzo (64), abril (60), julio (43) y febrero (38), todas en el año 2000.
La indagación empezó con un mensaje cifrado de la embajada en La Habana a la Subsecretaría para América Latina y el Caribe, a cargo de Gustavo Iruegas, el 6 de noviembre pasado. Pascoe pedía una auditoría en la sección consular, con base en otros dos comunicados internos, también en código secreto los días 1Ɔ y 2 de noviembre.
El embajador dijo este fin de semana que la cancillería sugirió entonces que la supervisión se extendiera al conjunto de la misión en Cuba, a lo cual Pascoe accedió.
La auditoría 48/2001, del órgano interno de control de la SRE, se practicó del 13 de noviembre al 11 de diciembre de 2001. El coordinador fue Héctor Castillejos Castro y el jefe del grupo de auditores Héctor Olivares Alvarez, ambos contadores públicos.
Se revisó el ejercicio del presupuesto del 1Ɔ de enero al 30 de noviembre de 2001, es decir, el periodo de Pascoe como embajador hasta entonces, así como las "recaudaciones consulares y cortes de efectos" (formatos de trámites) del primero de enero de 2000 al 30 de noviembre de 2001, que comprendía también la operación del consulado durante parte de la gestión del anterior embajador, Heriberto Galindo Quiñones.
Según el informe, se trataba de revisar en la embajada el flujo de efectivo, su registro contable, la aplicación de las normas presupuestales, la comprobación de gastos, los inventarios del acervo histórico y cultural y de bienes muebles, así como la plantilla de personal.
En el consulado se buscaba verificar la transparencia y legalidad de los trámites, sus cobros respectivos y el control de los formularios.
Las observaciones
Los auditores hicieron 12 observaciones.
A la embajada: déficit presupuestal de 75 mil 766 dólares con 71 centavos; en los envíos resultó un sobrante por aclarar de 38 mil 814 dólares con 66 centavos; irregularidades en la continuidad de saldos contables en el periodo enero-noviembre de 2001, con un faltante de 10 mil 287 dólares con 77 centavos; operación de la caja chica con 2 mil 500 dólares, contra el tope fijado de mil 500.
Al consulado: otorgó 400 visas en el año 2000 y cuatro en febrero de 2001 sin la documentación que ampare su correcta emisión; en una muestra de mil 200 expedientes del año 2000 había irregularidades como la falta de comprobación de solvencia económica del viajero documentado, del boleto de avión de regreso, del oficio de autorización del Instituto Nacional de Migración, o de las firma del cónsul o el empleado responsable del trámite; en el inventario físico de formatos oficiales había 19 mil 809 documentos faltantes y 640 sobrantes, equivalente a 518 mil 258 dólares pendientes de aclarar; en el lapso de enero de 2000 a noviembre de 2001, se determinó un faltante de 42 mil 557 dólares con 53 centavos en el cobro de trámites y su traslado a la cuenta de la cancillería en el Citibank de Nueva York, debido a la pérdida cambiaria al triangular el envío de fondos (La Habana-Toronto-Nueva York).
La auditoría concluyó que había "ausencia o nula supervisión" de parte de los funcionarios del Servicio Exterior Mexicano a cargo del consulado sobre los empleados locales, lo cual permitió "documentar en forma irregular visas a nacionales con características restringidas", como es el caso de los cubanos en la política migratoria mexicana.
Al concluir el control, el cónsul y el personal del Servicio Exterior corregían los procedimientos internos en el consulado, pero la falta de recursos humanos ponía "en riesgo el correcto cumplimiento de las cargas de trabajo", de acuerdo con el informe.
Los revisores recomendaron a la embajada pedir asesoría a la subdirección de análisis financiero de la Dirección General de Programación, Organización y Presupuesto (DGPOP) de la SRE, para esclarecer la inconsistencia de saldos contables; fortalecer la supervisión al registro presupuestal; fundamentar y recabar la autorización expresa para operar la caja chica por arriba del límite establecido; registrar de inmediato en la contabilidad las comisiones bancarias por manejo de cuenta (2 mil 523 dólares con 17 centavos) que no estaban asentadas; conciliar los registros de la embajada con los de la DGPOP y presentar un informe inmediato del sobrejercicio para la autorización, en su caso, de la DGPOP.
Propusieron recabar la autorización expresa para regularizar la situación laboral de tres empleados (dos de apoyo administrativo y uno de limpieza) que estaban trabajando sin contrato.
Pidieron que la embajada instruyera a su consulado para que "analice, justifique, aclare o en su caso se realicen los pagos correspondientes de los trámites que no fueron debidamente informados" y que se realice en lo sucesivo un reporte mensual; que la embajada repita la solicitud a la DGPOP para que se determine el destino de un monto sobrante de mil 254 dólares y 34 centavos, originado por diferencias de moneda fraccionaria y trámites pagados pero no concluidos y que esclarezca con la DGPOP y la contraloría interna las diferencias en los registros de los ingresos consulares.
En todos los casos, la fecha comprometida para responder a las indicaciones de la auditoría era de 45 días hábiles, que debieron cumplirse el pasado 19 de febrero.
Pascoe dijo ante la prensa que "todas, todas las observaciones" de la auditoría "quedaron absolutamente solventadas a plenitud ante la contraloría de la propia secretaría" y rechazó "categórica y tajantemente" que haya un manejo irregular de fondos en su misión.