Emprenden la movilización definitiva
contra la participación particular en el sector
Refrendan más de 30 mil miembros del SME rechazo
a la privatización eléctrica
"Esta marcha es sólo un cale de la grande
que le armaremos al gobierno", expresan
FABIOLA MARTINEZ Y CAROLINA GOMEZ
La cura mata... "¿Por qué si las privatizaciones
son para curarnos del terrible mal del subdesarrollo, Argentina agoniza?",
preguntaron los dirigentes del Sindicato Mexicano de Electricistas (SME)
en la multitudinaria marcha en rechazo a la privatización de la
industria eléctrica con la que marcaron una nueva etapa de resistencia,
"la definitiva", aseguraron.
Lo peculiar de la movilización de ayer fue la hilera
que formaron más de 30 mil electricistas desde el Monumento a la
Revolución hasta el Centro Histórico de la ciudad de México;
por lo demás, no había mucho qué agregar, la posición
es firme, única: "defensa irrestricta de la Constitución".
A los electricistas, los mismos a los que en 1999 el presidente
Ernesto Zedillo llamó ignorantes y dogmáticos, siguen sin
dar tregua al gobierno: "discrepamos antes y discrepamos hoy, porque no
aceptamos que se le ponga precio a la industria eléctrica".
Tal vez por ello advierten que otra vez irán con
todo para descargar la fuerza de sus 51 mil afiliados contra la nueva iniciativa
de reforma a los artículos 27 y 28 constitucionales, con la que
el presidente Vicente Fox pretende abrir más espacio a la inversión
privada. "Esa, no pasará... esta marcha es sólo un cale
de la grande que les armaremos a los del gobierno."
"No hay de otra, no hay más"
A
los del SME les gusta marchar, gritar y alzar el puño con su tradicional
¡duro, duro!, del que hasta reclaman derechos de autor. Al paso de
los años, los integrantes de este sindicato ya ni recuerdan en cuántas
movilizaciones han participado, primero para defender su contrato colectivo
y desde hace tres años para conservar, "en favor del pueblo", el
carácter público de la industria eléctrica. "No hay
de otra, no hay más", expresan.
Con ese ánimo convocaron a la marcha que partió
ayer, en punto de las cinco de la tarde, desde la pendiente de la Plaza
de la República; el gremio avanzó aprisa, casi al trote rumbo
al Zócalo. Y así, su voz retumbó, pese a que la mayoría
de las organizaciones que forman el Frente Nacional de Resistencia contra
la Privatización de la Industria Eléctrica (Fnrcpie) sólo
enviaron a pequeñas comitivas y a representantes. Los que se sumaron
fueron los campesinos de San Salvador Atenco; algunos huelguistas de Euzkadi
y Fertinal, trabajadores de la Secretaría de Energía, estudiantes
del Instituto Politécnico Nacional y un grupo de la Confederación
Nacional Campesina y de la Unión General de Obreros y Campesinos
de México.
"La soga de la privatización"
Al templete, colocado justo frente a los balcones de Palacio
Nacional, se vio sólo a uno que otro dirigente político y
a un puñado de dirigentes sindicales. Por eso, en la muchedumbre
se apretujaron los trabajadores, quienes fueron pasando la voz y luego
armaron la gritería cuando descubrieron que entre ellos estaba Cuauhtémoc
Cárdenas, Salvador Nava Calvillo e Ifigenia Martínez.
¡Que suba, que suba! ¡Orale, ingeniero, súbase
al templete! Los dirigentes lo vocearon, lo invitaron a participar en el
mitin. El aplauso no se hizo esperar, lo mismo que los gritos de las secretarias
de Luz y Fuerza que lanzaban porras y hasta le suplicaban que les lanzara
un beso. Todas felices.
Avanzó entonces el grupo de los de Atenco, siempre
con machete en alto para brindar su solidaridad. Los del SME seguían
con el ánimo a todo lo que daba y peleando aunque fuera un espacio
mínimo en la atiborrada lateral de la Plaza de la Constitución
y la calle 16 de Septiembre. Ni modo, ahí "hechos bolas" siguieron
con su "¡duro, duro, es-me, es-me!", porque la plancha del Zócalo
desde hace varios días es ocupada por la Feria Metropolitana del
Libro.
Para no variar ahí estaban, en primerísima
fila, algunos personajes de las marchas de los electricistas: el enmascarado
Super Lux, un electricista crucificado en una especie de
poste de luz, con el uniforme caqui deshilachado y "la soga de la privatización"
al cuello.
Son ingeniosos. Lo mismo sacan las mantas viejas con la
consigna tantas veces dicha: "La patria no se vende", que cartulinas improvisadas
en las que escriben lo que se les ocurre al momento, casi siempre fuertes
mensajes con blanco en el Presidente de la República. "¡Mexicanos
al grito de guerra... El país no depende de políticos ojetes
o de otros de cash". "Maldita la hora en que el pueblo votó
por ti!", se leía en otra pancarta de los trabajadores de Líneas
Aéreas de Pantitlán.
Agregaron más en defensa de la soberanía,
de la patria, del petróleo, la nacionalización de la industria
eléctrica y algunas en apoyo a la educación pública
y el Ejército Zapatista de Liberación Nacional. El mitin,
señalaron, "siempre combativo y patriótico".
Los oradores refrendaron el mensaje y el motivo de la
lucha: "Fox, entiende, la industria eléctrica no se vende", y en
favor de una economía nacionalista. Primero se escuchó a
los representantes que envió el líder del sindicato de los
telefonistas; luego el dirigente de los tranviarios, Benito Bahena, y los
perredistas Cárdenas e Ifigenia Martínez. Más tarde
dirigentes de movimientos ciudadanos de Sonora y Baja California que luchan
por reducir las tarifas de energía eléctrica en las zonas
donde la temperatura rebasa los 40 grados.
Machetes
en alto
Estuvo presente uno de los pocos opositores en el sindicato
de la Comisión Federal de Electricidad, Jesús Navarrete,
donde "la dictadura sindical" de Leonardo Rodríguez Alcaine impide
"que los electricistas venzan el miedo a la represión y se lancen
a la calle a defender la industria".
Después subió al templete América
del Valle, la joven dirigente de San Salvador Atenco, para expresar que
la lucha y los machetes en alto seguirán mientras haya injusticias
en el país. El pueblo cuando está firme, lucha, y cuando
está organizado, vence, expresó.
A todo pulmón, dijo que los campesinos de Texcoco
derrotaron al presidente Fox y a su "maldito decreto"; tenemos la dignidad
en alto y estaremos con ustedes, tomados de la mano, contra todos aquellos
que se atrevan a quitarnos lo nuestro.
Para cerrar el mitin, el líder del SME, Rosendo
Flores, dejó en claro que la industria eléctrica no está
en crisis, por lo que la propuesta de cambio constitucional desmantela
la esencia de las empresas estatales. "No las vende, sólo les quita
el oxígeno; no las vende, sólo les abre las venas. No las
vende, las regala". Por eso, la cura mata.