Afronta cargo de fraude genérico contra
Nafin por 29 millones 500 mil dólares
Detienen en España a David Peñaloza
Era buscado por la Interpol y otras policías
en 178 países desde diciembre de 2001
GUSTAVO CASTILLO GARCIA
El presidente de la empresa constructora Triturados Basálticos,
SA (Tribasa), David Peñaloza Sandoval, quien enfrenta una orden
de aprehensión por su presunta responsabilidad en un fraude genérico
cometido en contra de Nacional Financiera (Nafin) por un total de 29 millones
500 mil dólares, fue detenido ayer en la frontera de España
y Francia por autoridades españolas.
La Procuraduría General de la República
(PGR) informó que como resultado de las investigaciones de Interpol-México
fue identificado y capturado el empresario David Peñaloza Sandoval
cuando transitaba por la población de La Junquera, en Cataluña,
España, y se dirigía a Francia, en un automóvil de
lujo.
El
presidente de Tribasa estaba prófugo desde finales de diciembre
de 2001, tras conocer que el juzgado tercero de distrito en materia penal,
con sede en el Reclusorio Norte de la ciudad de México, le había
librado orden de aprehensión por el delito de fraude genérico.
La Interpol obtuvo evidencias de que el empresario se
localizaba en Estados Unidos, concretamente en Miami o Nueva York, por
lo que solicitó al gobierno de ese país la emisión
de una orden de detención provisional con fines de extradición.
Sin embargo, posteriormente los agentes de Interpol obtuvieron
indicios de que Peñaloza Sandoval estaba en alguna nación
de la Unión Europea, y solicitó la colaboración de
España, Francia, Alemania e Italia.
De acuerdo con la información proporcionada por
la PGR, a las 6 de la mañana, tiempo de México, Peñaloza
Sandoval fue capturado con base en la llamada ficha roja de Interpol, la
cual fue proporcionada a autoridades policiacas de 178 naciones.
El empresario será trasladado a Madrid para ser
puesto a disposición de la Audiencia Nacional Española, la
cual se encargará de recibir la solicitud formal de extradición,
documento que las autoridades mexicanas pueden presentar en un tiempo máximo
de 60 días.
Por el momento, David Peñaloza quedará en
calidad de detenido provisionalmente con fines de extradición, y
una vez que se solicite formalmente su envío a México se
iniciará un proceso judicial que podría tardar más
de dos años en resolverse, dependiendo del número de recursos
jurídicos que su defensa interponga para no ser trasladado a su
país de origen.
Sin embargo, Peñaloza Sandoval podría, de
forma voluntaria, volver a México, una vez que aquí sus abogados
tramiten un amparo que le permita pagar una fianza y no ser encarcelado
a su regreso.
Lo anterior, debido a que, como en los casos del ex banquero
y presidente del consejo de administración de Banpaís, Angel
Isidoro Rodríguez Sáez El Divino, y del ex secretario
de Turismo, Oscar Espinosa Villarreal, los delitos de los que está
acusado no están tipificados como graves.
Desde el pasado 9 de enero La Jornada publicó
que el presidente de Tribasa deberá garantizar el pago de 40 millones
de dólares como reparación por el daño cometido contra
Nafin, según declaró Alfonso Jiménez O'Farril, abogado
del organismo, debido a que tanto Peñaloza Sandoval como el vicepresidente
de esa empresa, Enrique Garza Valdés, gestaron el fraude mediante
la supuesta cesión a título gratuito de pagarés a
mediano plazo emitidos por Tribasa a nombre de la empresa Itasa en la bolsa
de Nueva York en 1996.
Figura de Forbes, con una fortuna de más
de mil 100 mdd Consentido de Salinas y Zedillo
VICTOR CARDOSO Y JUAN ANTONIO ZUÑIGA
Con una fortuna calculada en 1994 en más de mil
100 millones de dólares, David Peñaloza Sandoval, presidente
de la segunda compañía constructora más grande e importante
del país, Grupo Triturados Basálticos y Derivados (Tribasa),
tuvo una caída tan dramática como fulgurante fue su ascenso
en los negocios gracias a sus relaciones políticas.
Ha sido señalado insistentemente como uno de los
empresarios consentidos durante el sexenio de Carlos Salinas de Gortari,
administración en la que, precisamente, figuró como uno de
los multimillonarios mexicanos en las listas de la revista Forbes,
cuando su empresa se convirtió en la segunda constructora más
grande de México, titular de buen número de concesiones de
autopistas de peaje, administración de servicios públicos
(drenaje, agua, basura, entre otros), ferrocarriles, puertos y aeropuertos,
además de obtener el contrato para la reconversión de la
refinería de Petróleos Mexicanos en Cadereyta, Nuevo León.
Peñaloza Sandoval incluso extendió las operaciones
de Tribasa a Centro y Sudamérica, particularmente en Chile, donde
también realizó importantes obras carreteras bajo el régimen
de concesión. También desarrolló negocios con la otrora
poderosa empresa estadunidense de energía Enron y pretendía
extender sus operaciones hasta Arabia Saudita y Europa.
De acuerdo con una breve sinopsis de la empresa que se
presenta en la Bolsa Mexicana de Valores, ''el negocio del grupo se originó
en 1969 con Triturados Basálticos y Derivados (TBD), como asociación
de tres empresas dedicadas a la producción de agregados para la
construcción. En 1971 amplió su giro con las divisiones de
Tubería y Concreto Asfáltico y Construcción. En 1974
TBD entró al negocio de la construcción, involucrándose
inicialmente en la construcción de caminos y drenaje, y posteriormente
en la construcción de líneas férreas y un amplio espectro
de obras civiles''.
Pero, según la columna México, SA, de Carlos
Fernández-Vega, publicada en este diario, ''la historia de la familia
Peñaloza es de relaciones políticas. Todo empezó cuando
el abuelo del efímero Midas del salinato, Jesús Peñaloza
Jiménez, se hizo amigo, en sus mocedades, de Pascual Ortiz Rubio
cuando era gobernador de Michoacán... David Peñaloza Santillan
(padre del ahora acusado) fue compañero de José López
Portillo y Octavio A. Hernández, entre otros. Esa cercanía
con el poder político fue aprovechada por el actual presidente de
Tribasa, quien supo cultivar las querencias del profesor Carlos Hank González
hasta relacionarse accionariamente y emparentar con él, así
como las de Carlos Salinas de Gortari, y en el primer año de su
gobierno David Peñaloza Sandoval creó Triturados Basálticos
como una rama de la Constructora General del Norte, misma que originalmente
perteneció a la familia de su esposa, Adriana Alanís''.
Prófugo desde diciembre de 2001, Peñaloza
Sandoval fue requerido por un presunto fraude genérico por 29.5
millones de dólares contra Nacional Financiera. Pero nunca había
sido citado por el gobierno mexicano a pesar de que su empresa llegó
a acumular más de 2 mil 739 millones de pesos en impuestos por pagar
durante 2001, cantidad que equivale a 27 por ciento del recorte al gasto
gubernamental anunciado en abril de este año.
Tampoco se le requirió el pasado 26 de marzo de
este año cuando a su empresa se le notificó la sentencia
de concurso mercantil promovida por seis bancos nacionales y extranjeros.
La caída de Peñaloza Sandoval comenzó
en 1995, cuando la crisis económica impidió a su empresa
sostenerse con los ingresos del peaje generado por las concesiones de autopistas,
y por la dramática caída que registró la inversión
en obras de infraestructura, principal nicho de Tribasa. Durante el gobierno
de Ernesto Zedillo la clase política no abandonó al empresario,
a quien benefició con el rescate de las autopistas de cuota, concretado
en agosto de 1997.
Incluso, durante el actual gobierno todavía recibió
el apoyo oficial cuando a principios de 2002 la Secretaría de Comunicaciones
y Transportes autorizó una ampliación para la autopista México-Toluca,
la primera carretera concesionada en el país.
Ahora, Peñaloza Sandoval deberá enfrentar
a la justicia mexicana por el presunto fraude genérico por 29.5
millones de dólares en agravio de Nacional Financiera, monto que
representa apenas 7.3 por ciento de los 400 millones de dólares
que el empresario alardeaba de manejar en su cuenta personal de cheques.