Ayer fue colocada la última viga del
inmueble y se dio por terminada su construcción
Pretenden que la Torre Mayor se convierta en el nuevo
icono urbano de la ciudad de México
Con 55 pisos y 225 metros de altura, será el
edificio más alto de Latinoamérica
GABRIEL LEON ZARAGOZA
Con la colocación de la última estructura
se dio por terminada la construcción de la Torre Mayor, que es el
edificio más alto de Latinoamérica, por lo que la ciudad
de México cuenta ya con un icono urbano que dará más
identidad nacional e internacional al país y será el primero
ciento por ciento inteligente.
Ayer, el jefe de Gobierno del Distrito Federal, Andrés
Manuel López Obrador, presenció cómo fue ubicada la
última viga de acero en el piso más alto del edificio. En
el acto estuvo acompañado por el inversionista canadiense Paul Reichmann
y los arquitectos e inversionistas Javier Romero, Ricardo Brockman, Javier
Labrador, Keith Christie, Gerald Ricker y Arturo Aispuro.
El inmueble, de 55 pisos, reafirmará el área
de Reforma como el principal distrito de negocios de la capital, al establecer
nuevos parámetros de calidad y eficiencia para la moderna comunidad
empresarial de México.
A la vanguardia en requerimientos sísmicos
La cimentación del edificio está diseñada
por ingeniería mexicana y emplea amortiguadores sísmicos.
Se puede considerar que es único en su tipo por su profundidad y
estructura, que debió colocarse a 60 metros por debajo del nivel
del piso.
La impactante arquitectura y dimensiones monumentales
de la Torre Mayor, de 225 metros de altura, comprendió la demolición
de lo que eran el Cine Chapultepec y la guardería del IMSS; ambos
inmuebles ocupaban una superficie de 6 mil 800 metros cuadrados.
A lo largo de más de cuatro años, un promedio
de mil 700 obreros excavaron e hicieron la cimentación y construcción
del portento de ingeniería y mano de obra nacional, que requirió
para su construcción de 20 mil 984 metros cúbicos de concreto,
entre columnas, muros y lozas, 194 toneladas de acero refuerzo y 16 mil
500 toneladas de acero estructural. Los empleos generados durante la construcción
superaron las 4 mil 500 plazas.
La primera fase de la obra duró 18 meses y abarcó
la excavación, cimentación y construcción del área
de sótanos para estacionamiento. Se utilizaron 252 pilotes de concreto
armado de 1.20 metros de diámetro en promedio, dos de ellos equipados
con sensores y dispositivos electrónicos conocidos como celdas de
carga, que permitirán monitorear los cimientos y saber si hay hundimientos
o fracturas.
Adicionalmente estará equipada con 74 amortiguadores
de 300 toneladas de capacidad y 24 más con capacidad de 572 toneladas,
los cuales se activan al momento en el que el edificio experimenta los
primeros movimientos de un sismo. La estructura del edificio es básicamente
de acero reforzado casi hasta la mitad con concreto, para aumentar la resistencia
y rigidez. Con estos dispositivos, la Torre Mayor excede el Reglamento
de Construcción de la Ciudad de México, cuyos requerimientos
sísmicos se encuentran entre los más rigurosos del mundo.
La Torre Mayor es propiedad del grupo de inversionistas
que encabeza Paul Reichman, quien posee 54 edificios en todo el mundo,
y que pretendió participar en el fallido Proyecto Alameda, que se
canceló para dar pie a lo que el gobierno capitalino pretende designar
como Plaza Cívica Juárez.
La inversión de la obra ascendió a 250 millones
de dólares y los empresarios esperan recuperarla y obtener ganacias
a partir del 2020, una vez que empiece a operar la Torre en diciembre de
este año.
Edificio ciento por ciento inteligente
Localizado en Paseo de la Reforma 505, la Torre Mayor
estará por encima de los 214 metros de altura del edificio de Pemex,
los 207 del World Trade Center (antes Hotel de México), los 194
de la Torre Altus, los 161.2 de Los Arcos y los 182 de la Latinoamericana,
que por lustros fue el emblema de la ciudad de México.
De sus 55 pisos, de mil 800 metros cuadrados cada uno,
43 tendrán el uso de oficinas y dos niveles de zona comercial, así
como 13 niveles de estacionamiento subterráneo y aéreo con
cajones para dos mil vehículos. Contará con 20 elevadores
para pasajeros, cuyas velocidades de desplazamiento oscilarán de
cuatro a seis metros por segundo, dos montacargas, y cuatro elevadores
para los estacionamientos.
La Torre Mayor será un edificio con vida propia.
Su infraestructura tecnológica incorpora una plataforma capaz de
monitorear y controlar todos los servicios (aire acondicionado, telefonía,
controles de acceso, de elevadores y consumo de energía) con el
apoyo de cuatro computadoras y el sistema de cómputo Metasys.
La versión Metasys 12, que se instalará
también por primera vez en América Latina, recolecta toda
la información de los diferentes sistemas para definir estrategias
de control. Además permite el ahorro de energía, ya que cuenta
con dos mecanismos que vigilan su consumo: uno que enciende y apaga los
equipos automáticamente de acuerdo con las necesidades, y otro que
decidirá la cantidad de energía que consumirá el edificio.
Para evitar la falta de energía, el sistema eléctrico
se abastecerá de tres estaciones: Cuauhtemoc I, Cuahtémoc
II y Verónica, así como de una subestación eléctrica
que regulará el voltaje y evitará sobrecargas.
Para promover el uso eficiente de la energía eléctrica
y la calidad del aire, Torre Mayor fue diseñada para ser un edificio
sellado, con un sistema de aire acondicionado que filtrará partículas
y químicos, además de humidificar el ambiente de forma permanente.
Todo ello contribuirá a aumentar la productividad y reducirá
el porcentaje de ausentismo de los empleados, quienes convivirán
en un medio 90 por ciento más higiénico, similar al de los
quirófanos, que es de 94.
Treinta dólares al mes por metro cuadrado
El corporativo aún tiene disponible para rentar
55 por ciento de sus pisos, que empleará exclusivamente para uso
de oficina y ninguno estará a la venta. Quienes se instalen pagarán
hasta 30 dólares por metro cuadrado al mes. La consultora extranjera
Deloitte & Touche LLP rentó por 10 años 11 pisos con
un contrato de 70 millones de dólares, y la empresa Marsch, 8 niveles.
Hasta el momento ninguna empresa mexicana pretende rentar espacios.
Héctor Reyes, uno de los jefes de mantenimiento,
resume lo que será el futuro de la Torre Mayor: "Es un edificio
que desde su proceso de construcción ya congrega a cientos de personas
de diversas entidades del país; una vez que esté concluido
reunirá a cientos de personas de diferentes partes del mundo".