Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Martes 27 de agosto de 2002
  Primera y Contraportada
  Editorial
  Opinión
  Correo Ilustrado
  Política
  Economía
  Cultura
  Espectáculos
  CineGuía
  Estados
  Capital
  Mundo
  Sociedad y Justicia
  Deportes
  Lunes en la Ciencia
  Suplementos
  Perfiles
  Fotografía
  Cartones
  Fotos del Día
  Librería   
  La Jornada de Oriente
  La Jornada Morelos
  Correo Electrónico
  Búsquedas
  >

Espectáculos
Nacidos en cautiverio, requieren suficiente agua y presa, así como temer al hombre

México aún no halla el lugar idóneo para liberar lobos grises y reintegrarlos a su hábitat

MARIANA NORANDI ESPECIAL

San Diego, California. Este verano La Jornada acudió a la reunión del comité Binacional para la Recuperación de Lobo Gris Mexicano, celebrada en esta ciudad. El encuentro se realiza desde principios de los años 90 alternativamente, un año en México y otro en Estados Unidos. De cada país participa un representante gubernamental y una comisión técnica compuesta basicamente por veterinarios y biólogos, además de representantes de algunas de las 48 instalaciones que albergan lobos. La finalidad es realizar el censo anual de lobos, plantear los problemas surgidos en el desarrollo del programa de recuperación en cada país y formar las parejas para la siguiente etapa de apareamiento (diciembre-marzo). La población global de lobos que se registró este año fue de 273 (91 en México y 182 en Estados Unidos), de los cuales 26 ya viven en libertad en zonas protegidas de Nuevo México y Arizona.

Roberto Wolf, presidente de Subcomité Consultivo Nacional de México, organización que aconseja a la Dirección General de Vida Silvestre de la Semarnat en materia de lobos, expuso dos problemas principales: la definición de un par de ejemplares de origen dudoso y la necesidad de avanzar en los estudios de hábitat para la liberación de los animales.

Urgente, determinar autenticidad de dos ejemplares

Al zoológico Tamatán de Ciudad Victoria, Tamaulipas, le fue donado hace seis años un presunto ejemplar de lobo mexicano de origen desconocido. Se le hicieron pruebas de sangre y de pelo para averiguar si es auténtico, pero los resultados del muestreo se extraviaron. El otro ejemplar fue capturado hace dos años en San Luis Potosí y se encuentra en el centro natural de San Cayetano del Distrito Federal. Se le hicieron pruebas genéticas y los resultados no fueron concluyentes, es decir, no lograron definir la pureza de ese lobo. Determinar la autenticidad de estos dos animales es un asunto que urge solucionar porque, si son verdaderos lobos mexicanos, representarían una renovación sanguínea en el programa reproductivo y, si no lo son, deben ser excluidos del plan de recuperación.

Roberto Wolf explica la decisión tomada en la reunión sobre estos animales: "Acordamos hacer una reunión binacional de expertos genetistas, a más tardar para la primavera. Ellos harán nuevas pruebas con técnicas más avanzadas, porque hace 10 años que no se hacen muestreos a la población y, desde entonces, el estudio genético ha avanzado mucho".

El otro punto planteado por México fue la necesidad de encontrar una zona para liberar lobos, ya que existe un exceso de población cautiva en territorio nacional -y estadunidense- y son insuficientes las instalaciones para albergar a las nuevas camadas. Sumando las poblaciones de ambos países -este año nacieron 65 lobos en cautiverio y murieron 19- se puede decir que la tasa de crecimiento demográfico es positiva. Dicha tasa, sumada a la falta de instalaciones, hizo que en la reunión se acordara formar para este año 17 parejas reproductivas (ocho en México y nueve en Estados Unidos), "cifra un poco arriesgada teniendo en cuenta la capacidad de nuestras instalaciones, pero el mínimo necesario para mantener la diversidad genética", asegura Wolf.

Preparan

En Estados Unidos se han empezado a liberar lobos desde 1998, pero en México aún no se concreta, aunque se está estudiando un lugar para hacerlo. Existen tres instalaciones donde se preparan animales para su liberación: El Instituto de Ecología AC, de Durango; el rancho Los Encinos, en ChLOBO-3ihuahua; el rancho La Mesa en Nuevo León y, para este otoño, la reserva Nanchititla del estado de México.

Sergio Jiménez, directivo de La Mesa, comenta: "Aún con las complicaciones genéticas que existen, recuperar a los lobos y reintroducirlos en su hábitat es un problema social más que biológico. Nuestros lobos están preparados para vivir en libertad, pero falta encontrarles un área idónea y segura donde sean aceptados por la población humana".

José Guevara, representante gubernamental de México en la reunión, apunta: "Queremos liberar lobos lo antes posible. Quisiéramos que fuera en dos o tres años, pero no lo haremos hasta que no encontremos un lugar que cumpla los requisitos: que tenga suficiente densidad de presa y agua, que no vivan muchos seres humanos, que no circulen muchas carreteras y que la gente de la región esté de acuerdo con liberarlos".

Experiencia estadunidense

Los problemas que planteó Estado Unidos estuvieron enfocados en el proceso de liberación que experimenta. Brian Kelly, representante gubernamental de la United States Fish and Wildlife Service, señaló la existencia de lobos que, por haber nacido en libertad o por haber sido liberados a una edad muy temprana, no portan collar radiotransmisor y, por lo tanto, se desconoce el número y el paradero de algunos ejemplares que viven en libertad.

El otro problema planteado, es la falta de confianza pública en el plan de recuperación. Kelly asegura que "la gente piensa que este programa es un fracaso porque un ganadero o un coche mató a un lobo, pero no sabe que tenemos ocho parejas que se reproducen libremente y varios lobos nacidos en estado silvestre".

Proceso de liberación

Otro inconveniente a la hora de liberar lobos planteado por Kelly es que "los animales tienen que reaprender a ser salvajes. Los que no han nacido en libertad tienen que temer al hombre para poder mantenerlos alejados de los poblados y evitar problemas".

Con el fin de que reaprendan a ser salvajes, en los centros de preliberación los lobos son manejados de manera muy diferente a los zoológicos. Sergio Jiménez, veterinario de La Mesa, explica: "Nuestra reserva, que está ubicada en la sierra de Los Pinachos, tiene una superficie de dos hectáreas destinada a lobos. Es un lugar vallado, sin acceso al público, donde el comportamiento de los animales es muy natural. De vez en cuando cazan presas vivas que llegan al lugar, como aves o pequeños mamíferos. Nosotros les ponemos alimento en unos comederos automáticos -croquetas de perro-, pero lo primordial es que tengan el mínimo contacto con la gente. Se quiere que estos animales, que van a ser liberados, nunca relacionen a los humanos con una situación agradable o de no peligro".

Una vez que se han liberado, la alimentación de los lobos cambia. Brian Kelly explica el proceso: "Se hace lo que se llama una alimentación suplementaria. Cuando los liberamos no estamos seguros si saben cazar. Así que, por un tiempo, les ponemos presas muertas hasta que empiezan a cazar".

Financiación, problema común

Pero el gran problema común -con algunas diferencias- entre México y Estados Unidos en el programa de recuperación de esta especie es el financiamiento.

Los lobos, como propiedad de la nación, son responsabilidad del gobierno federal, pero dicha responsabilidad no implica presupuesto alguno, ya que para nuestros gobernantes recuperar una especie en peligro de extinción no representa un problema prioritario. José Guevara comenta al respecto: "Desafortunadamente no tenemos presupuesto para apoyar el programa. Las instituciones que tienen lobos se encargan de buscar recursos. Como así ha funcionado siempre, es muy difícil, ahora que hay recortes, abrir una partida de presupuesto para esto".

En Estados Unidos las instituciones también tienen que conseguir recursos para financiar el programa, pero en nuestro país la situación es más grave. A pesar de que sólo 14 instalaciones, de las 48 que tienen lobos, se encuentran en México, éstas disponen de menos recursos, principalmente las que dependen de la administración pública, como los zoológicos. En su mayoría, y dadas las condiciones socio económicas del país, nuestros zoológicos son gratuitos. Esto representa una acertada medida social, pero un obstáculo más en el mantenimiento de las instalaciones. Por ejemplo, el zoológico de San Diego cobra entre 19 y 32 dólares la entrada, mientras que el de León, Guanajuato, 15 pesos.

Apoyo de la iniciativa privada

En contraposición al problema, la iniciativa privada se ha sumado a la lucha por la recuperación del lobo. Empresarios como Eloy S. Vallina, del rancho los Encinos en Chihuahua, o la compañía Vitro, que posee La Mesa en Monterrey, han contribuido con amplias áreas de tierra para albergar lobos.

En esta reunión pudimos conocer el tremendo esfuerzo que biólogos, veterinarios y genetistas realizan para recuperar al lobo mexicano y restaurar la cadena natural, rota con su extinción. Peter Siminski, coordinador de Species Survival Plan, asegura que recuperar y reintroducir al lobo mexicano en su zona de distribución histórica "es recuperar la biodiversidad y el ecosistema integral la región". Pero, a pesar de los grandes esfuerzos científicos que se hacen para recuperar la especie, el ser humano continúa siendo el mayor obstáculo. A partir del plan binacional de recuperación, el hombre, especialmente el ganadero, ha revivido una vieja enemistad con el lobo basada en un profundo desconocimiento de este animal, al que sigue viendo como el personaje feroz y dañino de los cuentos infantiles.

El California Wolf Center hace un llamado a todos los lectores que quieran apoyar las labores de reconstrucción de este sitio, afectado por un incendio. Para cualquier aportación, ayuda o información, ponemos a la disposición el siguiente correo electrónico: mnorandi @prodigy.net.mx

Números Anteriores (Disponibles desde el 29 de marzo de 1996)
Día Mes Año