Abrió a México las puertas de la cultura moderna, dicen en Bellas Artes
Inteligencia y pasión, características de Cuesta
CARLOS PAUL
Considerado "la conciencia crítica" del Contemporáneos, Jorge Cuesta fue un hombre que se distinguió por su inteligencia y pasión, con la que se entregaba por igual a la creación y a la ciencia, coincidieron Miguel Capistrán, Hugo Gutiérrez Vega, Augusto Isla y Víctor Sandoval, en el acto para conmemorar el 60 aniversario de la muerte del autor de Canto a un dios mineral, ayer en la sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes.
En su intervención, Isla leyó las últimas páginas de su tesis de doctorada sobre Jorge Cuesta, titulada El leon y el andrógino, en las que reflexionó, entre otras cosas, sobre ''las paradojas del pensamiento de Cuesta'', sus ''puntos débiles'' y sus preferencias y adhesiones, las cuales ''fueron tan poderosas como sus negaciones''. Cuesta, señaló Isla, ''nos enseñó a pensar, a diferir, a ansiar grandezas''.
Gutiérrez Vega destacó que Cuesta -como decía Xavier Villaurrutia- era el mejor dotado de los Contemporáneos. Su aguda inteligencia y su capacidad de observación están presentes en sus ensayos, mientras su poesía sigue manteniendo una serie de incógnitas que hunden en la perplejidad a varios críticos y a un buen número de lectores. Sin embargo, "es necesario que cada lector juegue la aventura de desentrañar los métodos de Cuesta y de hallar la profunda fascinación que emana de la temática, las formas y, sobre todo, el lenguaje de un poeta que busca, por una parte, la desnudez extrema, y por otra aplica la alquimia barroca y logra una gran tensión espiritual en cada verso y, sobre todo, en cada silencio cargado de significados". Guitiérrez Vega concluyó con un análisis del poema Canto a un dios mineral, "que como decía Salazar Mallén, 'no es oscuro sino exigente'".
Para cerrar el acto, Miguel Capistrán recordó las primeras referencias que tuvo de Jorge Cuesta, quien era su vecino en Córdova, Veracruz, así como el inició de su investigación sobre el artífice de Antología de la poesía mexicana moderna.
Capistrán, destacó entre otros cosas, su relación amorosa con Gudalupe Marín, el padrinazgo poético sobre Octavio Paz, sus contribuciones a la ciencia y cómo junto con Samuel Ramos "abrió a México las puertas de la cultura moderna".