Se ofrecerá un ''acervo circulante'' de literatura, periódicos y revistas: Eliades Acosta
La biblioteca José Martí de Cuba estará en la FIL de Guadalajara
Emplazada en un edificio de 18 pisos, allí se resguarda una colección ''millonaria'' de la isla
El director de la institución será ponente, el domingo, en la Feria del Libro del Zócalo
MERRY MAC MASTERS
La Biblioteca Nacional José Martí, que en 2001 cumplió su centenario, es una de las instituciones que estarán presentes en el stand de Cuba, país a cuya cultura y literatura en especial se dedica este año la Feria Internacional del Libro (FIL) de Guadalajara.
De acuerdo con Eliades Acosta Matos (1959), director de esa biblioteca desde 1997, la José Martí retomará una iniciativa de Brasil del año pasado, cuando éste fue el país invitado de la FIL, es decir, ''crear una biblioteca circulante de literatura, periódicos y revistas cubanas, así como información sobre la isla en un soporte de cd-rom, para poder orientar, ofertar, mostrar, promocionar la literatura y el acervo nacional a los visitantes de la feria".
Se trata de ''facilitar la lectura de los libros a las personas que vayan a la feria o fuera de ella, y luego ser devueltos para que otras personas tengan acceso a ese material". Lo demás será expositivo, incluidos los productos multimedia y lo que hay en línea porque ''también queremos mostrar las más de 300 publicaciones periódicas cubanas en Internet".
Obras y autores específicos
Para el filósofo y autor de El 98: cien respuestas para un siglo de dudas, sobre la guerra hispano-cubano-estadunidense, si en un principio se escogieron cerca de 500 títulos para ofrecer en Guadalajara, ''todo parece indicar que los tendremos que aumentar". Y para ''economizar en el traslado" y ''evitar incurrir en grandes gastos, echamos mano de antologías, por ejemplo, del cuento o de la poesía cubana".
No obstante, siempre habrá que llevar ''obras específicas de autores específicos", por ejemplo los trabajos completos de Martí o El siglo de las luces, de Alejo Carpentier, afirma Acosta Matos (participante en la segunda Feria del Libro en el Zócalo, que hoy comienza y en la que tendrá una primera intervención este domingo a las 12:30 horas en el Antiguo Colegio de San Ildefonso, con el tema Las bibliotecas de barrio en Cuba).
Se expondrán en la FIL algunos ejemplares de libros valiosos que tienen un nombre significativo en la cultura cubana como Los ingenios, de Justo Germán Cantero, ilustrado con litografías del francés Eduardo Laplante y editado en 1857, así como El libro de Cuba, especie de enciclopedia de gran formato hecha en la década de los 30, y el libro alusivo a la inauguración del Capitolio, en 1928. Asimismo se considera llevar algunos manuscritos de escritores cubanos.
La Biblioteca Nacional José Martí, que atiende las áreas de humanidades, artes, literatura, historia y prensa, posee una ''colección central" de casi 4 millones de volúmenes (libros y folletos). La hemeroteca, que ocupa varios pisos del inmueble, también es ''millonaria" en su contenido. Dentro de esa colección especial hay un acervo de 26 mil mapas a partir del siglo XVI, otro de ''miles" de grabados y uno más de 15 mil carteles de la etapa revolucionaria en adelante. La colección fotográfica suma 200 mil imágenes patrimoniales.
''Es un edificio de 18 pisos, con un área grande para libros, pero que ya es insuficiente", señala Acosta.
Ver la luz al final del túnel
Cuando Acosta asumió la dirección de la Biblioteca Nacional José Martí, ésta requería cambios estructurales y organizativos, pues había padecido, como todo el país, ''la dura crisis de los noventa". El llamado periodo especial creó ''algunas brechas" que se debió restañar, como el mejoramiento de las condiciones de servicio al público -en 2001 hubo cerca de 100 mil usuarios- y el aumento de servicios como la creación de la sala para débiles visuales, con tecnología más avanzada.
Desde hace varios años la institución trabaja con Internet, lo que ha elevado su nivel técnico. Y como es el centro rector metodológico del Sistema de Bibliotecas Públicas de la nación, se ha mejorado ese vínculo al enlazarse mediante la red llamada Binanet.
''Este año debemos dar dos saltos: por un lado, elevar en lo cualitativo la labor de conservación de ese enorme patrimonio bibliográfico. Debemos restructurar por completo el laboratorio de conservación y restauración de la Biblioteca Nacional, crear un laboratorio de microbiología y ganar en capacidad de microfilme, digitalización, encuadernación y restauración." La otra gran esfera de trabajo tiene que ver con la ''automatización" de los catálogos del recinto.
Para Eliades Acosta el presente es tiempo de ''ver la luz al final del túnel".
Es decir, ''estamos en una etapa en la que la economía crece casi a cuatro por ciento anual, se han irradicado cosas que nos agobiaron en los años noventa, como los apagones. Hemos aprendido a ser más racionales, más ahorrativos, a sacar mucho de poco".