Insisten en que se debe permitir a consorcios
particulares la explotación de gas
Empresarios defienden ante senadores la iniciativa
foxista de apertura del sector eléctrico
Reconocen que más allá de la modernización
buscan la privatización energética
ANDREA BECERRIL
La cúpula empresarial demandó a los senadores
que dictaminan la reforma eléctrica aprobar no sólo la apertura
de ese sector al capital privado nacional y extranjero, sino que insistió
en la necesidad de modificar el marco constitucional para dar a consorcios
particulares la explotación de gas.
"Esto último es aún más prioritario
para la industria y el comercio", señaló el presidente del
Consejo Coordinador Empresarial (CCE), Héctor Rangel Domene, durante
la reunión con los legisladores, en la que los representantes del
sector privado calificaron de light el proyecto de reforma constitucional
del presidente Vicente Fox y reconocieron que su interés central,
más allá de que modernice el sector, es la privatización.
Reformas de 1992
Rangel Domene trató de evadir los cuestionamientos
de los priístas. Incluso quería ya retirarse después
de haber expuesto sus planteamientos sobre la urgencia de abrir la industria
eléctrica a la inversión privada, pero el senador del PRI
Manuel Bartlett le preguntó si el interés de los empresarios
es que se resuelvan sus requerimientos de electricidad o lo que quieren
es que se privatice ese sector.
"Queremos que se permita la inversión privada.
Sí, señor, la nacional y la extranjera. No se tiene ahorro,
seamos realistas, necesitamos el complemento extranjero y no nada más
en electricidad. Si tenemos libertad en todo México, por qué
no podemos darnos el lujo de tener libertad de escoger el servicio de energía
eléctrica con quien queramos", respondió el también
ex dirigente de los banqueros.
Inconforme
con la respuesta, Bartlett insistió: "¿Si el sistema eléctrico
que vamos a votar aquí resuelve el problema a los empresarios sin
necesidad de inversión extranjera, que es la que vendría,
si la Comisión Federal de Electricidad (CFE) y Luz y Fuerza del
Centro (LFC) son suficientes para satisfacer las necesidades de ustedes,
estarían contentos?
-No -respondió Rangel Domene.
-¿No? -repreguntó Bartlett- ¿Quieren
entonces necesariamente la inversión privada?
-Así es -respondió finalmente ya muy molesto
Rangel, mientras Bartlett sonreía malicioso.
El encuentro se había prolongado por casi tres
horas y el presidente del CCE no aguantaba ya los cuestionamientos a su
posición; le faltaba aún otro senador del PRI, el empresario
jalisciense Raymundo Gómez Flores, quien puso en duda la representatividad
de los asistentes, sobre todo porque no acudió ningún miembro
de la Cámara Nacional de la Industria de la Transformación
(Canacintra) ni el titular de la Confederación de Cámaras
Industriales (Concamin). Sabemos por experiencia, dijo, que el problema
de hablar exclusivamente con las cúpulas es que después las
bases no coinciden con las opiniones expresadas por las primeras.
Gómez Flores señaló a Rangel Domene
y los demás dirigentes empresariales que lo acompañaron que
con las reformas de 1992 al sector eléctrico debería estar
resuelto el problema de la inversión privada -resaltó que
él tiene planta eléctrica propia para sus empresas y le funciona
muy bien- pero el sistema financiero nacional ha impedido que los bancos
participen con inversión en varios sectores.
El presidente del CCE ya no quiso responder al legislador.
"Tendría que repetir lo que he dicho ya", argumentó, y es
que antes había tenido que salir en defensa de los bancos, ante
las preguntas del senador Oscar Cantón Zetina, del PRI, y del perredista
Antonio Soto.
Sobre ese punto, Rangel Domene expresó con toda
tranquilidad que la banca tuvo que capitalizarse después de la crisis
de 1995 con 30 mil millones de dólares y no se le puede por eso
exigir tanto ahora.
"¡Claro, mucho menos con la monstruosidad de impuestos
que les perdonan!", le reviró de pasada la senadora Laura Alicia
Garza Galindo, mientras daba la palabra a otro de los senadores, ya que
ella tuvo a su cargo moderar la sesión.
El presidente del CCE acabó por decir después,
cuando los legisladores, entre ellos Antonio Soto, aludieron al resultado
de la privatización de la banca, que prefiere "bancos fuertes, aunque
estén en manos de extranjeros, que bancos débiles de mexicanos".
¿Qué tiene que ver Enron?
Fueron muchas las preguntas que Rangel Domene, el presidente
de la comisión de energía de Concamin, José de Jesús
Valdez, y el titular de la Asociación Mexicana de Energía
Eléctrica, Eduardo Andrade Iturribarría, dejaron de contestar.
No respondieron, por ejemplo, a la pregunta de la senadora Garza Galindo
sobre el papel de LFC, la otra empresa pública a la que el CCE al
parecer no toma en cuenta.
Algo similar ocurrió cuando Cantón Zetina
difirió de la aseveración de Rangel Domene sobre "las experiencias
exitosas" en privatización eléctrica y le pidió analizar
el caso Enron, la trasnacional en quiebra, cuyas irregularidades han salido
a relucir y afectado los mercados financieros.
"No me parece que tenga mucho que ver con esta reunión,
tampoco soy experto en lo que pasó en Enron", respondió el
presidente del CCE.
Se alcanzó a escuchar la exclamación de
Garza Galindo: "¡Qué barbaridad!"
Rangel Domene leyó al principio un discurso que
llevaba preparado, en el que repitió los argumentos que ha esgrimido
el gobierno federal para privatizar la industria eléctrica. Expuso
que en los próximos años la demanda de electricidad crecerá
5.6 por ciento en promedio anual y que se requerirán 60 o más
plantas nuevas, con una inversión aproximada de 60 mil millones
de dólares a precios de hoy.
Su argumento central fue la disyuntiva del Estado entre
invertir esos 60 mil millones de dólares para producir energía
eléctrica y otra cantidad similar para gas o destinar esos recursos
en otras prioridades como seguridad, educación, salud y combate
a la pobreza. Resaltó que los pasivos laborales de CFE y LFC suman
más de 12 mil millones de dólares.
Reiteró la demanda de permitir la inversión
privada en energía eléctrica y en gas natural; enumeró
gran parte del contenido de la iniciativa de Fox. La misma fue calificada
de propuesta light por Andrade Iturribarría, quien representa
a los inversionistas privados que tienen ya 17 plantas eléctricas
en México y que, según reconoció, son mayoritariamente
de capital extranjero.
Hubo contradicciones, pues mientras el dirigente del organismo
cúpula empresarial, Rangel Domene, insistió en que deben
darse garantías y certeza jurídica a los inversionistas extranjeros,
el representante de Concamin, Valdez, expuso que uno de los aspectos más
importantes que debe incluir la reforma es "diseñar mecanismos apropiados
para estimular la participación de inversionistas nacionales".
Pasadas las 14:15 horas, límite que Rangel Domene
marcó a los legisladores para concluir el encuentro iniciado después
de las 11:30 de la mañana, el líder empresarial urgía
a Garza Galindo a dar por concluida la reunión. "Pues si quiere
la corto aquí, pero el que falta de hablar es un senador del PAN",
se oyó decir a la legisladora.
Fue muy breve la participación del panista Ricardo
Alanís Posada, el único de los tres senadores del blanquiazul
que permaneció hasta el final en la reunión. Sólo
señaló que la iniciativa de Fox "lo que busca es el bien
de la nación y que los mexicanos puedan vivir mejor".