miércoles 21 de agosto
de 2002 |
Opinión Cultura política y avances democrátricos n Juan Rodolfo Rivera Pacheco |
Los pasados 14, 15 y 16 de agosto
tuve la oportunidad de asistir al "Coloquio para el
Análisis de Encuestas Nacionales sobre Cultura Política
y Prácticas Ciudadanas", al cual fui invitado y que
fue organizado por el IFE, la Secretaría de Gobernación
-a través de la Subsecretaría de Desarrollo Político-,
el ITAM y el Cide. El evento reunió a la crema y nata de
los especialistas en encuestas y estudios de opinión del
país, destacando la presencia de Roy Campos, de Consulta
Mitofski; Enrique Alduncin, de Alduncin y Asociados;
Edmundo Berumen, de Berumen y Asociados y presidente de
la AMAI; Ana Cristina Covarrubias, de Pulso
Mercadológico, S.C.; Daniel Zovatto, de
Latinobarómetro; nuestra buena amiga Julia Flores, del
Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM; Norbert
Lechner, de Flacso Chile; Yolanda Meyenberg, José
Francisco Paoli Bolio, Lorenzo Gómez Morín, Santiago
Creel y desde luego José Woldenberg, Jacqueline
Peschard, Jesús Cantú -Consejeros Ciudadanos- y una
veintena más de académicos, analistas y especialistas
en encuestología de México y el mundo. El motivo fundamental del encuentro fue el análisis de las encuestas que sobre cultura política realizaron el año pasado tanto el IFE como la Secretaría de Gobernación en todo el país -cuestionario de 121 preguntas, en más de 5 mil viviendas, en más de 600 localidades, entre noviembre y diciembre de 2001- y con ello servir como indicador sobre cómo anda la democracia, las prácticas ciudadanas, la tolerancia y hasta la percepción política de los ciudadanos en México. Resultó sumamente interesante conocer que, según los resultados de la encuesta, 56 por ciento de los ciudadanos considera que la política es demasiado complicada. 78 por ciento dijo no haber leído las noticias políticas en periódico la semana anterior a la entrevista. Más del 70 por ciento se entera de noticias políticas por la televisión. 85 por ciento no pudo citar algún ejemplo en que la política contribuyó a mejorar las condiciones de vida del entrevistado o de su familia. 52 por ciento opinó que el trabajo de la Cámara de Diputados es "muy" o "algo" importante para los ciudadanos. Al solicitárseles decidir entre tres opciones, 56 por ciento optó por la democracia, aunque no asegure el avance económico, mientras que el 13 por ciento optó por una dictadura que sí asegure el avance económico, y 10 por ciento dijo que no importa si es una democracia o una dictadura. El 52 por ciento de ciudadanos encuestados cree que México vive en una democracia. 66 por ciento dice que todos los partidos deben tomar las decisiones importantes en la Cámara de Diputados, aunque tome más tiempo. 77 por ciento está de acuerdo o totalmente de acuerdo con que los individuos se organicen para oponerse a un proyecto del gobierno sin recurrir a la violencia. Algo interesante, pero a la vez preocupante: el 68 por ciento optó porque es mejor tener ideas y valores diferentes para que México crezca; sin embargo, el 70 por ciento no estaría de acuerdo con convivir en su hogar con alguien de distinta religión, raza, preferencia sexual o enfermo de VIH. También sólo un 35 por ciento estaría de acuerdo con que saliera en TV una persona que el entrevistado sabe que dirá cosas con las que no está de acuerdo. Por otro lado, el 72 por ciento está de acuerdo con que si uno no tiene cuidado de sí mismo la gente se aprovechará; es decir, priva una enorme desconfianza entre los mexicanos. Por último, 51 por ciento cree que es difícil o muy difícil organizarse con otros ciudadanos para trabajar en una causa común. Sólo el 40 por ciento ha participado en alguna acción política; sólo un 18 por ciento ha juntado firmas con vecinos, y un 18 por ciento se ha quejado con las autoridades. 84 por ciento no ha trabajado de manera formal o informal junto con otras personas para resolver problemas de la comunidad. Sólo un escaso 5 por ciento dijo que le toca ayudar al gobierno dándole apoyo en general; 10 por ciento, haciéndose corresponsable, y 8 por ciento aportando ideas y opiniones. Como podemos observar, aunque ya estamos en franco camino ascendente hacia la participación ciudadana y democrática, aún quedan demasiadas reticencias por resolver en nuestra aún frágil cultura política. Los mexicanos estamos aprendiendo muy lentamente lo que significan los valores democráticos, de transparencia gubernamental y de tolerancia comunitaria y, lo peor, en algunos casos -como en otros países de Latinoamérica- ha aumentado la desilusión por la política, los partidos y la democracia en general, al grado de preferir regímenes autoritarios eficaces. Naturalmente, y como siempre, hay cosas positivas que hay que mirar con optimismo. La pregunta aquí es: ¿Queremos dejar que la democracia siga avanzando o deseamos una regresión autoritaria? Porque muchos parece que añoran esto último. |