Españoles se capacitarían en tres plantas eléctricas
Fenosa utilizaría a México como laboratorio para generar energía
Los productores privados abastecen en 12 estados
VICTOR CARDOSO
Con una inversión superior a los mil 100 millones de dólares en tres plantas generadoras de energía construidas en México, la empresa española Unión Fenosa planea utilizar este negocio como centro de capacitación donde sus trabajadores puedan "tener una formación in situ", al tiempo de abrir la posibilidad de que técnicos mexicanos "vengan a España aportando su experiencia" para generalizar en ese país la operación de centrales eléctricas de ciclo combinado.
Unión Fenosa tiene considerado a México como "un país estratégico", donde además de la generación de energía eléctrica participa en negocios como el Grupo Aeroportuario del Pacífico-Norte, transporte y distribución de gas natural y una planta desalinizadora.
En términos generales, el fluido eléctrico generado por inversionistas privados abastece parte de la demanda de municipios y empresas públicas en 12 estados del país, además de las necesidades de poderosos consorcios comerciales, como Coca-Cola-Femsa, Altos Hornos de México, Sigma Alimentos (filial del Grupo Alfa), Cementos Mexicanos, el TEC de Monterrey o Colgate Palmolive, entre otros.
De acuerdo con información de la Comisión Reguladora de Energía (CRE) desde 1994, cuando se realizaron modificaciones legales para permitir la participación de inversionistas privados, ese órgano ha otorgado 122 permisos denominados de autoabastecimiento y 35 de cogeneración.
Con esos permisos las inversiones privadas en el sector eléctrico suman casi 3 mil 700 millones de dólares, mismos que han sido utilizados en la construcción de 157 plantas.
La Comisión Federal de Electricidad (CFE) tiene identificado en su Programa de Obras e Inversiones del Sector Eléctrico (POISE) que hasta 2011 deberán entrar en operación otras 61 plantas generadoras para satisfacer el crecimiento de la demanda, las cuales requieren inversiones por unos 56 mil millones de dólares. De éstos, CFE -según cálculos de la propia empresa- sólo estaría en capacidad de aportar alrededor de 28 por ciento, es decir, unos 15 mil millones de dólares.
Las inversiones privadas en el sector eléctrico comenzaron a figurar desde 1994 y desde entonces han logrado una presencia cada vez mayor. Los primeros permisos de autoabastecimiento se otorgaron a algunos consorcios industriales del país que buscaban garantizarse el suministro del fluido eléctrico para no detener sus procesos productivos provocados por interrupciones en el servicio proporcionado por la CFE.
Todo transcurrió como lo establecían los permisos durante los primeros cuatro años de la apertura y dentro de los límites del autoconsumo. Pero en 1998, por conducto de la CFE y la CRE, los productores privados fueron autorizados a comercializar sus excedentes y esto, sumado a la escasez de recursos públicos para la ampliación de la oferta, despertó aún más el interés empresarial.
A partir de ese año algunos consorcios se agrupaban para obtener permisos de generación para garantizarse el abasto, pero al mismo tiempo hacer negocio mediante la venta de los excedentes para completar la producción de CFE.
Tal fue el caso de Unión Fenosa y la también española Iberdrola Energía Monterrey, que solicitaron y obtuvieron, en enero de este año, un permiso cuya finalidad "tiene el objeto de satisfacer las necesidades de autoabastecimiento de energía eléctrica de los socios de la solicitante", que en este caso son 44 firmas, pero el fluido, según el permiso otorgado, puede ser vendido entre otras 109 empresas.
Entre los clientes de los generadores privados están municipios y organismos estatales de Aguascalientes, Coahuila, Colima, Guerrero, Guanajuato, Jalisco, México, Michoacán, Morelos, Nuevo León, Oaxaca y el Distrito Federal, además de un sinúmero de empresas privadas.