Laura Sánchez y Paola Espinoza, sorprendidas de vencer a chinas
y alemanas
Tocamos la gloria: campeonas mundiales de clavados
El yucateco Rommel Pacheco manifestó tristeza por no haber conseguido
más medallas
ROSALIA A. VILLANUEVA
Felices de ser campeonas mundiales y haber conseguido
la máxima calificación al ejecutar un holandés, las
clavadistas Laura Sánchez y Paola Espinoza regresaron a México
luego de participar en el Mundial Juvenil celebrado en Alemania, donde
su compañero Rommel Pacheco consiguió plata y bronce en los
saltos individuales.
"La
verdad no esperábamos ganar el oro, pues las chinas y alemanas estaban
fuertes, pero las cosas nos salieron tan bien y no fallamos ese último
clavado que nos salió perfecto y los jueces nos dieron la más
alta puntuación'', narraba emocionada la pequeña Paola, mientras
que su compañera Laura, aguantando las lágrimas, estaba orgullosa
de que México por primera vez se coronó en la modalidad de
sincronizados en un evento mundial.
Paola relató que la competencia "fue impresionante,
porque tanto Laura y yo estábamos muy nerviosas'', pues eran las
encargadas de cerrar la ronda final luego de que las chinas, alemanas e
italianas habían sacado calificaciones de ocho, ocho y medio y nueves
"y cuando nos tocó el turno y nos aventamos ese holandés
sin fallarlo, tocamos la gloria''.
Ambas dijeron que la competencia no fue nada fácil
y menos en las pruebas individuales (trampolín de uno y tres, y
plataforma 10 metros), pero que tenían la satisfacción de
haber pasado a las finales, tomando en cuenta que la mayoría de
las participantes tenía experiencia en Juegos Olímpicos y
Campeonatos Mundiales de primera fuerza y pelearon duro contra ellas al
grado que las medallas se repartieron por una mínima diferencia
de puntos.
Más allá del esfuerzo personal, Espinoza
consideró que este triunfo también tiene un lugar especial
para el técnico Francisco Rueda, pues el trabajo y la confianza
que ha depositado con todos sus compañeros desde hace más
de cinco años, primero en el Distrito Federal y ahora en Monterrey,
donde radican y estudian, nos permite "creer más en nosotros'',
dijo, en tanto que Laura, la guanajuatense, mencionó que el estar
lejos de sus familias "el no ver a mis padres y el esfuerzo que hago todos
los días vean que vale la pena de que estoy entrenando y echándole
muchas ganas''.
Las dos clavadistas esperan ahora trabajar más
fuerte y elevar su grado de dificultad en su tabla de clavados, ya que
tienen en puerta la Súper Final del Grand Prix en la primera semana
de septiembre, y los Juegos Centroamericanos de El Salvador, en noviembre,
puesto que son las promesas de los saltos ornamentales que probablemente
lleguen a Atenas 2004 o los Olímpicos de 2008 en Pekín.
Acostumbrado a estar entre los tres primeros lugares del
orbe en estos eventos, Rommel Pacheco se mostró un poco triste porque
terminó cuarto en plataforma y estuvo cerca de ganar su tercera
medalla, tras los metales (plata y bronce) que ganó en trampolín
de uno y tres metros. "Lo importante es que con perseverancia podemos obtener
buenos resultados'', expuso el yucateco de 16 años.
En otro vuelo llegó otro grupo de entusiastas medallistas
que fueron recibidos por sus familiares. Era la selección varonil
de hockey sobre patines que logró bronce en el Mundial Juvenil de
Florida.