Termina tetralogía
Circula en México Sueños de Bunker Hill, de John Fante
PABLO ESPINOSA
En traducción de Antonio-Prometeo Moya, comenzó a circular en el país la redición del clásico Sueños de Bunker Hill, parte póstuma de la tetralogía concebida por John Fante (1909-1983), autor de culto.
Los procedimientos narrativos de Fante, su forma de escribir borbotones de imágenes a guisa de párrafos, su concisión extrema y la irónica pulcritud de su lenguaje discurren en esta novela, dictada por su autor, ya ciego y en sus últimos días, a su esposa, y con ella da fin a la célebre saga de Arturo Bandini, su alter ego con quien conquistó la gloria literaria en sus novelas anteriores: Espera a la primavera, Bandini, Pregúntale al polvo, Camino de Los Angeles y Sueños de Bunker Hill, todas editadas en español por Anagrama, a pesar de los obstáculos de las traducciones (términos como gilipollas, paja, polvo y demás) que no entorpecen para nada la literatura mayor de Fante. Este es un ejemplo de su destreza cuasi fílmica: ''Mientras Jennifer Lovelace se ponía en pie de un salto, yo eché a correr, por el pasillo, escaleras abajo, por la tienda, por la puerta trasera, por el callejón".
Debemos a Charles Bukowski (prácticamente su alumno autodidacta), de manera similar en que a Schumann debemos a Bach, el conocimiento de la obra de John Fante, que dadas las condiciones de la humanidad hubiese quedado en el anonimato de por muerte. Ahora su fama es de por vida, pues Bukowski se encargó de hacer circular las sucias y a la vez pulcrísimas cuartillas de Fante.