ASTILLERO
Julio Hernández López
Fox: optimismo a cucharadas
Cambio de cultura alimentaria, nueva amenaza detectada por Sedeso
Descorre el Ejecutivo el misterio del gobierno que parece no hacer nada
CADA VEZ MAS pobres, más obesos y más desempleados. Pobreza mayoritaria en la nación, según las nuevas cuentas hechas por la secretaria federal de Desarrollo Social, Josefina Vázquez Mota, quien ha anunciado -ni más ni menos que frente a cenecistas encabezados por un jinete de Apocalipsis pasados, Heladio Ramírez López- que en México se vive una "epidemia alimentaria que es la del sobrepeso y la obesidad", en términos que porcentualmente son mayores a los del reino numérico de las gorduras desparramadas, Estados Unidos.
Y ES QUE, dijo la desmitificadora Vázquez Mota, ha sido cambiada la cultura alimentaria patria, "pues ahora se consumen alimentos que están violentando la cultura tradicional en muchas regiones, y la obesidad y el sobrepeso, antes propios de zonas urbanas, ya son una epidemia en las zonas rurales" (Ƒ"McDonalds no, atole y tamales sí" sería la solución, para estar a tono con el estilo toledano mostrado este domingo en el zócalo oaxaqueño?). Y el desempleo creciente, que no se acomide a moverse estadísticamente conforme a los deseos hechos discurso del presidente Fox, que por doquier difunde emocionado las glorias de su presunta creación de más y más plazas laborales. El INEGI, cuyo director depende de Vicente Fox, así es que los reclamos y desmentidos presidenciales deberán dirigirse a Aguascalientes, informó ayer que la tasa de desempleo abierto en México subió a 2.94 por ciento en julio, contra 2.39 del mes anterior. Las décimas de diferencia provocaron sorpresa en cuando menos ocho bancos, corredurías y grupos de análisis financiero, que esperaban a lo mucho 2.61 por ciento.
PERO NO HAY cifra ni evidencia que derrumbe el optimismo sin límites del presidente Fox, quien se ha dedicado en estos días a repartir previsoras cucharadas declarativas de miel para que nadie se declare empalagado el día del segundo Informe de Gobierno. Todo es, como siempre (al menos desde el 1Ɔ de diciembre de 2000), maravilloso y deslumbrante, aunque el vendedor más grande de sus propios presuntos logros lamente en privado que el resto de los mexicanos no alcancen a ver lo mismo que él, el mismo México mágicamente transformado. Ayer en Cozumel, Quintana Roo, el citado presidente Fox rindió emocionado homenaje a la obra del presidente Fox. Por ejemplo, aseguró que "algo histórico en este país, algo que nunca había sucedido, ya sucedió", pues desde ayer estarían -según eso, dice este tecleador ladino- 750 mil bibliotecas en 750 mil aulas del país (aprovechó, por cierto, el viaje para devolver críticas: "Y hay quienes han perdido el tiempo, debatiendo si los 25 libros, o los 250 en su conjunto son de tal o cual autor", cuando "el hecho fundamental y elemental" es que las tales bibliotecas de aula ya están al alcance de los alumnos. Y anunció que pronto habrá 100 mil bibliotecas de escuela, con mil títulos cada cual, y "ahí estarán muchos de estos autores que hoy reclaman su espacio" -por ejemplo, Juan Rulfo y Octavio Paz, que se la pasan gritando "viene, viene", con su franelita roja en la mano, para ver si acomodan alguno de sus libros en el estacionamiento del supermercado foxista de la lectura).
PERO NO SE ha roto el alborozado hilo narrativo del Presidente que se entrega a sí mismo la medalla al mérito "Vicente Fox": "Y lo mismo (otros éxitos: nota de Astillero) podría yo citar en otras ramas: en economía, en combate a la pobreza, en obra pública. Este año se están realizando más de 400 mil obras en el país; no el gobierno federal, las están haciendo los estados y los municipios. Luego se le pregunta al gobierno federal que qué hace. Bueno, pues, entre otras cosas, recauda impuestos y los pasa, se los pasa a los estados y a los municipios para que hagan esas 400 mil obras: drenajes, agua potable, camino, universidades, escuelas, hospitales, y más y más obras". Revelado así el misterio del gobierno federal pasador (una especie de Alberto García Aspe), que se sacrifica aparentando que no hace nada para que sus hijitos estatales y municipales saluden con sombrero constructor ajeno, el presidente Fox advirtió: "Entonces, el país marcha, no nos dejemos engañar. El país marcha, marcha con paso firme hacia convertirnos en un México de oportunidades, en un México al día y a la vanguardia". Y, con el mismo tono marchón, se sinceró todito, maravillado ante el espectáculo sobrecogedor de que los niños mexicanos hayan regresado a clases: "Nuevamente, pues, estoy encantado, emocionado, entusiasmado, de estar aquí, en Quintana Roo, viviendo estas realidades, donde más de 30 millones de jóvenes entran a la escuela hoy". Y, al igual que las almas virtuosas se sobrecogen viendo la maravilla de un amanecer que no por repetirse cada día deja de impactar a los estadistas del microcosmos, añadió respecto al regreso de párvulos a sus aulas: "ahí estamos preparando nuestro futuro, ahí se está gestando nuestro destino como nación; esas son las realidades que son importantes que veamos" (en otras aguas, las del Golfo, Roberto Madrazo y Tomás Yarrington, mientras tanto, pescaban, amiguísimos del alma, sin revolver el río).
PERO NO ERAN todas las buenas nuevas del día. Ya en el Cancún de Mario Villanueva, el presidente Fox dio por formalmente clausurada la primera etapa de su gobierno que, según reveló, programó inicialmente en tres fases: "Estamos terminando ya esta tarea de transición", que "tuvo mucho que ver con enmendar y remendar, tuvo mucho que ver con corregir y tuvo mucho que ver con organizarnos para hacer la tarea" (ojo, críticos profesionales del foxismo: no es que en esta primera parte no se haya hecho nada; en realidad se estaba en tareas de zapatero remendón para luego entrarle a la confección de botas de charol). Y, orgullosísimo de sí mismo, calificó con excelencia su trabajo, pues esta primera fase está siendo clausurada "con paz social, con estabilidad política, con estabilidad económica. Gozamos de una gran fortaleza en el terreno económico como país, lo hacemos con estabilidad social".
Y anunció, para esta segunda parte de su campaña permanente de promesas, que en los próximos cuatro años "vamos a cosechar mucho de lo sembrado (...) vamos a hacer la tarea que falta todavía en cambios, en quiebres y en logros, que nos falta mucho". šSopas y recontrasopas!
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