Petroprecios, entre ''bravuconadas geopolíticas''
y debilidad económica: expertos
La amenaza de que EU declare la guerra a Irak carga
una prima de 6 dólares al barril de crudo
Si se desata el conflicto, el petróleo llegará
a costar 40 dólares por unidad durante varios meses, afirma instituto
de Canadá Fuerte impacto sobre la economía mundial, prevén
NOTIMEX
Montreal, 18 de agosto. Un eventual ataque contra
Irak y el conflicto palestino-israelí imponen una ''prima de guerra''
de seis dólares sobre cada barril de petróleo, según
el economista canadiense Vicent Lauerman.
Lauerman, del Instituto de Investigaciones en Energía
de Canadá (CERI, en inglés), afirma que los precios del crudo
West Texas Intermediate (WTI) están vapuleados entre ''las
bravuconadas geopolíticas'' (contra Irak) y el debilitamiento de
los indicadores económicos y bursátiles.
Expuso que el alto nivel de inventarios a comienzos del
tercer trimestre de 2002 debería situar el precio de 20 a 22 dólares
por barril del WTI.
Pero
la amenaza de guerra contra Irak y el conflicto israelí-palestino
están sobrecargando un ''premio de guerra'' de al menos seis dólares
por barril, lo que explica que el 15 de agosto el referencial WTI cerrara
en 29.06 dólares.
El CERI mantiene su índice de referencia (previsión)
de julio para el precio del barril en 25.75 dólares para todo el
año 2002 y en 24.75 dólares para 2003, a menos que haya un
cambio de coyuntura política y económica.
Si hay guerra total contra Irak en el cuarto trimestre
de 2002 o en el primero de 2003, según el CERI, el precio del crudo
llegará y permanecerá varios meses en 40 dólares el
barril, y el promedio anual este año sería de 29.50 dólares,
y de 32 dólares para 2003.
La economía global, que está en una situación
delicada, sufrirá un impacto muy fuerte por el alza del precio del
crudo.
Incumplimiento de cuotas
Lauerman añadió que la inminencia de un
ataque contra Irak, si se acepta que el presidente estadunidense George
W. Bush descartó cualquier arreglo con el régimen de Saddam
Hussein, se compensa por otra situación: el incumplimiento de las
cuotas de cinco países productores externos a la Organización
de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), que son Angola,
México, Noruega, Omán y Rusia, los cuales acordaron acatar
las cuotas de producción fijadas con el cártel internacional.
De acuerdo con el experto, estos cinco países son
responsables de la mitad del aumento (de mil 300 millones de barriles diarios
de petróleo en el primer trimestre y mil 700 en el segundo) de la
producción petrolera mundial, a pesar de sus compromisos.
Rusia, agregó el analista, aumentó su producción
en 600 millones de barriles diarios durante el primer trimestre, mientras
los 10 países de la OPEP la recortaron en 2 mil 800 millones, bajando
a 30 por ciento su parte en el mercado mundial de crudo.
Agregó las ''recientes especulaciones'' sobre tensiones
internas en la OPEP por los esfuerzos de Argelia y Nigeria para aumentar
su tasa, ''mientras Venezuela parece haber actuado unilateralmente al excluir
de su cuota el petróleo ultrapesado del Orinoco''.
Caracas aduce que tomó esa medida porque los ingresos
gubernamentales provenientes del petróleo sintético derivado
del crudo ultra pesado, conocido como orimulsión, ''son marginales''.
Crecería la producción del Pérsico
Pese a estas cifras y actitudes no hubo guerra de precios,
porque el conflicto bélico contra Irak ''es una posibilidad real''
que cortaría el crudo iraquí del mercado y daría una
oportunidad de aumentar la producción a los países del golfo
Pérsico, columna vertebral de la OPEP.
La presión alcista de la situación en Medio
Oriente sobre el crudo supera la presión a la baja creada por la
precariedad de la recuperación económica mundial, según
Lauerman.
Destacó que la economía estadunidense sigue
frenándose y ''revive los temores de una doble recesión'',
mientras la japonesa se hunde cada vez más en la deflación,
el crecimiento es débil en Europa y América Latina flirtea
''con otra crisis financiera de grandes proporciones''.
A este panorama se agrega, según el CERI, la tendencia
a la baja de los mercados bursátiles en el mundo industrializado,
que exacerban las dificultades económicas ''a través del
efecto de la riqueza'', lo que plantea la posibilidad de una baja en la
demanda de petróleo.
Al comentar las posibilidades de una nueva guerra de Estados
Unidos contra Irak, el CERI resalta los índices que apuntan a esta
eventualidad, como el aumento de la Reserva Estratégica de Petróleo.
Todo indica que la administración Bush se prepara
para atacar Irak, a pesar de la oposición casi unánime de
los países aliados de Washington y de expertos y políticos
estadunidenses, que temen que esa operación desestabilice a toda
la región.
''La seguridad energética de Estados Unidos es
otra importante razón que explica la determinación de la
administración de Washington en derrocar a Saddam Hussein, quien
es especialmente popular en el mundo árabe'', comentó.
Desde el 11 de septiembre de 2001, a raíz de los
ataques en Nueva York y Washington, dice Lauerman, la estabilidad del grupo
gobernante en Arabia Saudita, la Casa de los Saud, está cada vez
más amenazada por los musulmanes radicales.
A pesar de la brutal represión de las protestas
públicas, agregó el analista del CERI, van en aumento las
demostraciones contra el gobierno saudita y su política proestadunidense.
''La oposición pública (al régimen
de Ryad) aumentó tanto que el Pentágono, según se
supo por recientes publicaciones, patrocinó recientemente una conferencia
secreta para explorar las ramificaciones que tendría el derrocamiento
de la casa de los Saud''.
Arabia Saudita controla una cuarta parte de las reservas
probadas de petróleo convencional y la instalación en Irak
de un gobierno prooccidental le daría a Estados Unidos un mayor
control sobre las reservas de crudo de ese país, que constituyen
el 10.7 por ciento de las mundiales y son extraíbles a bajo costo.