Tienen la compensación de vivir en la naturaleza, dijo
Matiza Xóchitl Gálvez los índices de pobreza entre los indígenas
ALMA E. MUÑOZ
Xóchitl Gálvez, titular de la Oficina Presidencial para la Atención de Pueblos Indígenas, manifestó que próximamente, en coordinación con el Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI) se aplicará una encuesta sobre empleo, que considerará los valores culturales de los indios, con el propósito de conocer con mayor detalle su situación en el país.
Lo anterior, a sabiendas de que, reconoció, 93 por ciento de los 12 millones de indígenas contabilizados en México padecen de pobreza alimentaria. Sin embargo, discrepó sobre los procedimientos aplicados por el Comité Técnico de Medición de la Pobreza para conocer la magnitud del problema en el ámbito nacional, porque, en lo referente a las etnias mexicanas, no tomaron en cuenta sus usos y costumbres.
"A los indígenas -dijo- no necesariamente les faltan recursos materiales y esas cosas para cumplir con ciertas normas que los hace extremadamente pobres, como establece el Consejo Nacional de Población o el Banco Mundial. Si logramos que tengan un buen sistema de salud, educación y asistencia alimentaria es suficiente y para ellos eso representa calidad de vida."
Siguiendo el método aplicado por el gobierno para determinar que en el país hay 53.7 millones de pobres, resaltó que 11 millones 160 mil indígenas estarían dentro del parámetro de pobreza alimentaria por no contar siquiera con el ingreso necesario para comer. Pero externó su desacuerdo con que a este sector social siempre se le ubique en pobreza extrema.
"En esto estoy en desacuerdo. Ellos están carentes de recursos, de algunos satisfactores, pero viven en contacto con la naturaleza. Por ejemplo, los rarámuris difícilmente saldrán de la pobreza porque viven en enorme dispersión en una región amplísima. Probablemente para el indígena tener un piso de tierra sea factor de confort. Es decir, hay ciertos indicadores que traspolamos a regiones indígenas para decir qué tan pobres son, pero no tomamos en cuenta algunos distractores de riqueza nacional (recursos naturales) y bienestar que se constate como calidad de vida."
No obstante, dejó en claro que en materia de infraestructura será "difícil" para el gobierno "superar la carencia por la enorme dispersión en que viven los indígenas. Es prácticamente imposible".
Gálvez se manifestó contra la imposición de modelos de desarrollo para las etnias. "Hay que preguntarles cosas referentes a sus usos y costumbres. Sabemos que tienen insuficiencia alimentaria, por eso son pobres extremos, pero sigo cuestionando si para ellos es importante que tengan drenaje, agua potable dentro de su casa, inclusive energía eléctrica, según el tipo de vida que llevan".
Por eso insistió en hacer mediciones diferenciadas. En materia de salud, por ejemplo, tomar en cuenta la medicina tradicional. "A lo mejor preocupa que 50 por ciento de los partos en Chiapas los atiendan parteras, porque quieren que la Secretaría de Salud brinde el servicio al cien por ciento. En eso estamos trabajando con Julio Frenk (titular de la dependencia), para que a esas mujeres se les brinden conocimientos suficientes para que cuando haya problemas se canalicen a una institución".
También planteamos que en materia de educación se tome en cuenta a las comunidades étnicas para la elaboración de contenidos educativos, porque los padres insisten en transmitir su cultura y lengua. "Queremos que se fomenten los usos y costumbres, porque a los indígenas les preocupa que la educación que ahora se imparte pueda cambiar a sus hijos".