Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Sábado 17 de agosto de 2002
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Capital

Acabó "la semana de la charrería"

Terminó "la semana de la charrería", expresó el jefe de Gobierno del Distrito Federal, Andrés Manuel López Obrador, luego de la firma del acuerdo con la dirigencia del Sindicato Metropolitano de Trabajadores del Metro, que eliminó la amenaza de paro esgrimida por su líder, Fernando Espino Arévalo.

"No nos espantan esos dirigente ni otros. No nos espanta la mafia ni el hampa de la política", advirtió el jefe de Gobierno, luego de destacar que los puntos de la minuta firmada en la madrugada del viernes son los ya convenidos de antemano en la reunión que habían tenido antes del paro de la semana pasada. "Por eso desde el principio dijimos que no era un asunto laboral ni de seguridad, sino político".

Pidió que "ya dejen de estar alebrestando y que no estén nomás amenazando, porque ya sabemos de qué se trata", y agradeció el apoyo de la gente frente al conflicto, lo cual permitió a las autoridades "no ceder ante las presiones ni dejarnos arrinconar o permitir el chantaje".

Agregó que "quisieron medirle el agua a los camotes y se dieron cuenta de que la gente no iba a permitir que se cerrara el Metro nada más por decisión de los dirigentes. Y cuando estos movimientos no tienen respaldo, no progresan". Ojalá ahora recapaciten para no actuar ya por la vía de los hechos, dijo, sino por los procedimientos legales, porque "ya saben a qué atenerse: si no hay fundamento legal, si no son demandas justas, no van a pasar, tan sencillo como eso".

En su conferencia de prensa matutina, López Obrador destacó también el papel que en este conflicto desempeñó la opinión pública, gracias a la cual el gobierno no tuvo necesidad de utilizar "la política de la fuerza". Aseguró que su gobierno está preparado para cualquier eventualidad, ya que cuenta con el respaldo de la gente como principal capital político, y "mientras lo tengamos vamos a poder enfrentar cualquier circunstancia, por difícil que sea".

Por eso, agregó, la información es fundamental, pues seguramente "antes de que comenzara este conflicto 90 por ciento de la población no sabía que Fernando Espino era diputado del PRI". Y sobre las razones políticas que pudieron estar detrás de ese movimiento, López Obrador hizo hipótesis. La primera tiene que ver con los tiempos y las circunstancias políticas dentro del sindicato, pues Espino deberá enfrentar en febrero próximo la elección interna, en un espacio laboral donde hay otras representaciones. Espino, explicó el jefe de Gobierno, tiene que resolver su relección o quién lo sucederá. Entonces, quizá "quiso agarrar este movimiento para fortalecerse al interior de su gremio y presentarse como el único dirigente capaz de lograr prestaciones y poner a las autoridades contra la pared".

La segunda hipótesis es en el sentido de la ausencia de liderazgo en el PRI en el Distrito Federal. En este caso, dijo, Espino probablemente quiere llenar ese vacío demostrando que él es un dirigente que puede hacer temblar al gobierno. ELIA BALTAZAR

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