El subsecretario también reconoció que declina el interés en los partidos políticos

Padecen instituciones gubernamentales crisis de credibilidad, admite Paoli Bolio

Según análisis canadiense, sólo 23% de los mexicanos confía en la policía

PATRICIA MUÑOZ RIOS

José Francisco Paoli Bolio, subsecretario de Desarrollo Político de la Secretaría de Gobernación, sostuvo ayer que en México hay un alto nivel de participación en los procesos electorales, aunque reconoció que hay una declinación del interés por los partidos políticos y que los sectores de la población que tienen más recursos y más educación son los que se involucran en mayor medida en política.

El funcionario inauguró ayer el segundo día del coloquio para el análisis de encuestas nacionales sobre cultura política y prácticas ciudadanas en el Instituto Federal Electoral, (en el que especialistas de Canadá, como Christian Boucher, y de Estados Unidos, como William Galston de la Universidad de Maryland -y asesor del ex presidente William Clinton-, expusieron que en México hay una crisis de confianza en las instituciones del gobierno.

Paoli Bolio señaló que durante mucho tiempo la población se mantuvo al margen de las decisiones de política gubernamental y ahora ha empezado a participar y tener presencia, voz y voto real en estas determinaciones.

Esta participación política es nueva, transparenta la acción pública, porque antaño la población se enteraba de las decisiones gubernamentales hasta que le repercutían y, aun así, no podía decidir sobre ellas, planteó.

Christian Boucher, especialista canadiense y director de EKOS -organización dedicada a la medición de la participación política-, planteó que en materia de política, la principal diferencia entre México y Canadá es que en nuestro país hay una falta de confianza en las instituciones gubernamentales. También sostuvo que en Canadá 51 por ciento de la población está interesado en los asuntos públicos, mientras que en México este porcentaje es de 33 por ciento; y que en el país 72 por ciento de la población tiene desconfianza de la misma sociedad, y en su nación este nivel es de 26 por ciento.

Según su análisis, 79 por ciento de los mexicanos confían en la Iglesia, 73 por ciento en los maestros, 57 por ciento en los medios de comunicación, 49 por ciento en las grandes empresas, 35 por ciento en la Suprema Corte de Justicia, 32 por ciento en las organizaciones no gubernamentales, 29 por ciento en los sindicatos y 23 por ciento en la policía. En su país, 72 por ciento de la población tiene confianza en la policía.

Sin embargo, un promedio de 85 por ciento de los canadienses han participado en una protesta o manifestación, mientras que en México sólo 12 por ciento, y en aquel país 71 por ciento de los ciudadanos dice estar bastante o muy satisfecho de la democracia, 37 por ciento de los mexicanos piensan igual.

Posteriormente se leyó la ponencia de William Galston, de la Universidad de Maryland y quien fuera parte del equipo de asesores de Bill Clinton.

En el documento se plantea que en Estados Unidos ha caído el nivel de credibilidad del gobierno y de las instituciones públicas en las dos generaciones pasadas; también disminuyó la confianza de los estadunidenses entre sí, así como en el Congreso, la presidencia, los sindicatos y las escuelas.

De igual forma -establece-, en la generación pasada ha disminuido constantemente el interés de los estadunidenses en los asuntos públicos, y en general los ciudadanos de ese país saben tanto acerca de las instituciones y acontecimientos políticos "como hace 50 años".

Desarraigo afectivo de la democracia en Chile

En el coloquio también participó Norbert Lechner, investigador de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales de Chile, quien dijo que en su país se registra en las décadas pasadas una especie de "desarraigo afectivo de la democracia" y se ve como algo insignificante. El 50 por ciento de la población afirma que a pesar de los cambios económicos y de todo orden, todo sigue igual, pues "no vive los cambios".

Lechner apuntó que una parte importante de los ciudadanos chilenos no se identifica con su país; "la gente no reconoce la historia oficial, no reconoce la bandera, no reconoce el himno, en fin, hay un distanciamiento y desvinculación respecto a lo nacional. O sea, se nos ha perdido o se ha debilitado el Estado, se nos ha debilitado la nación también", sostuvo.