ASTILLERO
Julio Hernández López
Las razones de la cancelación
Mercadotecnia política
La reconciliación de Pancho y Beto, acreditable a Elba Esther
TAN MALO ES el entreguismo como el despecho. Muy enojado podría estar Vicente Fox porque el gobernador de Texas y el presidente de Estados Unidos desoyeron sus extemporáneas e insensatas peticiones de clemencia respecto a un mexicano condenado a muerte, pero el Presidente de México no debería conducirse a sí mismo, y a la agenda internacional (como bien lo ha dicho Diego Fernández de Cevallos), mediante reacciones circunstanciales de poca monta que hacen ver al jefe del Estado mexicano como un chiquillo caprichoso o, aún peor, como un político resentido que usa tramposamente un incidente judicial para expresar su desesperación y enojo porque ha dejado de ser para Washington la figura de primer orden que él creyó ser y, sobre todo, porque lo han dejado colgado de la brocha en el caso de aquel acuerdo migratorio que, un año atrás, había exigido al propio Bush casi tronándole los dedos para que se firmara "antes de fin de este mismo año" de 2001.
ENTREGUISMO Y DESPECHO en dosis que sólo Los Pinos gradúa conforme a su personalísimo diagnóstico. Tan grave había sido meses atrás que el Congreso le negara al Presidente de la República un permiso para viajar por Estados Unidos que éste, Fox, denunció en cadena nacional y en horarios estelares el atentado contra la patria y su profeta ambulante. Ahora, aun cuando el amabilísimo Congreso le ha expedido el permiso adecuado, el Presidente se consulta a sí mismo y decide, conforme a sus muy soberanas botas, que siempre no hará el ya famoso viaje a Texas, en protesta heroica por la inyección letal aplicada el miércoles por la tarde en Huntsville (habrá que estar atentos a la secuencia de protestas presidenciales que, si hay congruencia, se vendrán conforme vayan siendo ejecutados otros mexicanos que están en lista de espera). Maravillosos e importantísimos ha-brían sido los encuentros programados para realizarse entre el 26 y el 28 del presente mes en Texas, pero ahora todo ello resulta prescindible, ante el arrebato presidencial que prefirió golpear terriblemente al imperio con su ausencia, en lugar de acudir y (šhorror!, al estilo de Fidel Castro en Monterrey) denunciar la soga en la propia casa del ahorcado.
LO PEOR DE TODO es que, al igual que con las sabidamente inútiles peticiones de clemencia hechas a Perry y Bush, el Presidente mexicano parece tener todo en contra en este lance de presunta dignidad republicana. Nadie en la Casa Blanca le encuentra sentido al desaire hecho al presidente estadunidense, que había invitado al mexicano a su rancho de Texas para una reunión informal, pero de evidente importancia política, en clara reciprocidad con el similar episodio habido en el 2000 en el predio de San Cristóbal (donde, por cierto, el estadunidense anunció un ataque guerrero de importancia mundial que dejó convertido el encuentro guanajuatense en asunto trivial). En momentos en que el imperio aprieta para imponer su nueva visión de dominio mundial (que pasa por el atropello de las soberanías nacionales incluso en el caso de países "amigos", según ha anunciado el secretario estadunidense de la Defensa, Donald Rumsfeld, quien planea incursiones contra el terrorismo en cualquier parte del mundo y sin avisar a los respectivos gobiernos locales) y en circunstancias latinoamericanas de desestabilización política y amagos económicos y cambiarios, el presidente Fox ha vuelto a esparcir en el ámbito del poder estadunidense la sensación de que sus actos y decisiones no tienen la altura del estadista que México reclama en estos difíciles momentos y que, con frecuencia altamente preocupante, parecen movidos más por apetitos de popularidades baratas y efímeras y por despechos nada institucionales.
ENTREGADOS UNO AL OTRO, luego de despechos supuestamente superados, aparecen Roberto Madrazo y Francisco Labastida, empujados a su sonriente reconciliación por las artes maestras de Elba Esther Gordillo, quien se ha convertido no en la manzana entregable por los alumnos agradecidos a su mentor ejemplar, sino en la fruta de la discordia, que es elogiada por el "caballero" Luis Felipe Bravo Mena mientras sufre el silencio significativo de su presunto compañero Roberto Madrazo. Pancho y Beto nuevamente amigos, en reuniones cumpleañeras en las que el sinaloense se muestra marcadamente interesado en pedir apoyo para el tabasqueño y cuidadamente crítico del foxismo ("el respeto al sexenio ajeno es la paz", ha dicho el pastorcillo culiche). Del recalentado priísta podría derivarse una candidatura del propio Labastida a una diputación federal en 2003, y la reactivación de algunos de sus allegados (hablando de candidaturas, Cuauhtémoc Cárdenas ha afirmado en entrevista periodística con Francisco Garfias que no será aspirante a una curul en 2003, aunque respecto a 2006 no es tan tajante y sólo promete que él no buscará ser candidato, aunque sin cerrar la puerta a la posibilidad de que otros busquen tal posibilidad y él pudiera aceptarla).
Y, MIENTRAS LA desgracia llueve sobre Zacatecas y San Luis Potosí, y mientras Raúl Salinas de Gortari es notificado de que el Poder Judicial federal no le concede amparo en sus pretensiones de desmoronar la figura del enriquecimiento ilícito para no ser juzgado por tal causa, preparémonos todos para ver el gran espectáculo de fin de semana, que no sólo se dará en las pantallas donde se exhibirá El crimen del padre Amaro, sino también en las afueras de los cines, donde podrían darse diversas expresiones de enojo de fanáticos católicos que, como dijo previsoramente el santo varón Onésimo Cepeda, obispo de los campos de golf y las corridas de toros, han llegado en otras ocasiones hasta a incendiar los inmuebles en que se ha ofendido los símbolos religiosos (por cierto, el citado filme ha sido producido por don Alfredo Ripstein junior y no por Arturo, su hijo, según hicieron ver varios acuciosos lectores a este tecleador con palomitas de maíz en su diestra)... šFeliz fin de semana!, y aquí nos encontraremos, si el padre Serrano Limón lo permite, el próximo lunes...
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