Marchan del Zócalo a Los Pinos; nos uniremos a todas las causas justas, anuncian
Demandan campesinos de Atenco fin al acoso del gobierno federal
Vigentes, los procesos penales contra 14 ejidatarios y órdenes de aprehensión contra miembros del FPDT
MARIA RIVERA Y JAVIER SALINAS
"Atenco vive, la lucha sigue" es la nueva consigna del movimiento campesino y sintetiza el espíritu que prevaleció ayer en la marcha que los ejidatarios llevaron a cabo del Zócalo a Los Pinos. Triunfantes, los atenquenses dicen tener todavía cuentas pendientes y por eso volvieron a la capital del país, para exigir al gobierno federal el desistimiento de los procesos penales que se siguen a 14 campesinos, el retiro de las órdenes de aprehensión contra integrantes del Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra e indemnización a la familia del campesino fallecido Enrique Espinoza Juárez.
A mediodía, haciendo sonar sus cañoncitos y lanzando cohetones, los campesinos del municipio fueron convocados para empezar la marcha. Hacia las tres de la tarde, la caravana se enfiló hacia el Zócalo capitalino, y luego de permanecer unos momentos en la máxima plaza del país, los atenquenses triunfantes volvieron a recorrer varias calles de la capital. Casi al anochecer llegaron a la calzada de Chivatito, donde una valla de granaderos impidió su paso hacia Los Pinos. En medio de la lluvia realizaron un mitin, y una comisión de nueve ejidatarios se encargó de entregar a las autoridades federales el pliego petitorio.
"La resistencia que mantuvimos por más de nueve meses -indica el documento- nos ha dejado como lección que el gobierno tiene toda la obligación de escuchar y consultar a sus pueblos antes de emitir cualquier decisión que afecte los intereses de estos, porque de lo contrario se encontrará con situaciones conflictivas.
"Reiteramos que nuestros pueblos se mantendrán en constante lucha hasta lograr la libertad absoluta de los campesinos procesados, así como el cese de todas las amenazas por parte de autoridades federales y estatales. También exigimos el seguimiento del caso de nuestro compañero Enrique Espinoza Juárez, quien fue asesinado por las autoridades del estado de México.
"Dejamos claro que el FPDT seguirá solidarizándose con todas las causas justas que defiendan la dignidad del pueblo de México, y que no quede duda que nuestra lucha será inquebrantable ante toda agresión hacia nuestros derechos".
En el trayecto entre San Salvador Atenco y el DF pasaron por el aeropuerto internacional de la ciudad de México. No fue casual. Era como si quisieran dejar en claro que las nuevas instalaciones no se construirán en sus ejidos. Que sus tierras, por las que lucharon durante tantas jornadas como esta, continuarán dándoles sustento y sentido a sus vidas.
Pese al retardo con que inició la marcha, decenas de organizaciones campesinas, estudiantiles y vecinales acompañaron en su caminata a los trabajadores del campo. Un grupo de 17 jinetes encabezaba el contingente. Portaban la Bandera Nacional, la piel del último coyote cazado en Atenco, y el estandarte del Divino Salvador, su santo patrono. Poco más atrás marchaban los campesinos machete en mano, símbolo de su resistencia. Ante la arenga del dirigente Ignacio del Valle -"šesta no es una marcha del silencio, es de la victoria!"- aparecieron las nuevas consignas que celebran su triunfo, pero también dejan en claro que este pueblo continúa en rebeldía. "šLa voz de los machetes pudo más que los billetes!", "šFox, te jodiste, con Atenco no pudiste!" y "Atenco vive, la lucha sigue!", gritaban.
Pasadas las 18 horas, justo al tiempo en que en Huntsville, Texas, se cumplía con la ejecución del preso de origen mexicano Javier Suárez Medina, la marcha pasaba por la embajada estadunidense. šAsesinos!, šasesinos!, exclamaron los ejidatarios, mientras algunos golpeaban con sus machetes la valla metálica que resguardaba el inmueble. Momentos antes quemaron una bandera estadunidense que quitaron de un hotel de Paseo de la Reforma.
Desde la cancelación del proyecto aeroportuario el movimiento campesino se ha sumado a las denuncias contra el Plan Puebla-Panamá, que comenzará a ponerse en marcha desde el próximo mes, al que consideran como un preludio del Acuerdo de Libre Comercio para las Américas. De ahí que el sentimiento antiestadunidense esté tan presente.
Hacia el final del recorrido, la lluvia se hizo presente. Pese al cansancio tras el largo trayecto, el ánimo no decayó. Con su mandil nuevo y un plástico que apenas la protegía del agua, doña Lupe Estrada, ejidataria de la colonia Francisco I, Madero, exigió al presidente Fox y al gobernador mexiquense Arturo Montiel que cesaran el hostigamiento. "Ya déjennos en paz. Queremos que nuestros compañeros queden libres de acusaciones, que no nos sigan hostigando. Si ustedes volvieran a detenerlos ya se dieron cuenta que Atenco no se deja, y que lucharemos hasta las últimas consecuencias; más vale que dejen de molestar, se los dice una campesina".
Amiga de la familia del campesino muerto, pidió que el gobierno apoye a los hijos del luchador caído, que están en edad escolar, y recordó al Presidente que los pueblos de Atenco y Texcoco siguen en lucha y que no van a permitir que el Plan Puebla-Panamá margine y acose a los labriegos.