Goro Hirata tapizó con cera el piso de una de las capillas de Ex Teresa Arte Actual
Luz y silencio para invitar a la reflexión
La escultura del artista se incluye en la muestra Temporary... Instalaciones
ANASELLA ACOSTA NIETO
Con cuatro toneladas de cera y una labor diaria de 12 horas durante 45 días, el artista Goro Hirata construyó una escultura para habitar un sitio donde el ser humano puede encontrarse consigo mismo.
La calma y el silencio son algunos de los ambientes sugeridos en el trabajo de Hirata, quien tapizó con cera el piso de una de las capillas del museo Ex Teresa Arte Actual y construyó una pequeña habitación que se abrió al público el pasado viernes.
El visitante tiene que descalzarse antes de ingresar en la pieza, de manera similar a la tradición oriental de quitarse los zapatos antes de entrar a las casas para iniciar el rito de la separación entre los mundos externo e interno, explica el curador de la exhibición, Toshio Shimizu.
La primera señal del ingreso a un mundo poblado por la luz es el contacto del pie con la textura de la cera. Antes de llegar al centro, donde se halla la casa en forma de ''pirámide", un pasillo sugerido por mantas blancas, deshabitado de color, de palabras, de publicidad y de ruido, invita a la reflexión.
En la escultura, que tiene capacidad para albergar a una persona, la intención del artista cobra mayor fuerza. Se habita una casa en la que el anfitrión y el huésped son uno mismo.
La arquitectura de este refugio no contiene las características físicas de los hogares japoneses, pero en el contexto del rito es distinto porque representa un espacio pequeño en el que se puede estar en silencio, explica Shimizu.
Arraigo de tradiciones ancestrales
Hirata planeaba, de manera inicial, construir una casa de barro que estuviera tapizada de cera, pero decidió usar tela y cera para lograr un ambiente más liviano en contraste con la estructura de la capilla del Ex Teresa.
La intención del color blanco de la cera, explica el artista, responde al propósito de crear un ambiente vacío, silencioso, ligero y a un tiempo blando y frágil que contenga un carácter efímero, como la consistencia de la cera. ''Así como el tiempo de orar en la iglesia o en los templos dura muy poco, quiero crear un instante que sustraiga a las personas de la vida cotidiana", expresa.
Shimizu señala que la ausencia de color en esta pieza puede evocar un ambiente similar al de una montaña nevada en la que se pierde la noción del tiempo y el espacio.
Sobre la conexión entre las culturas mexicana y japonesa, Hirata destaca el arraigo de tradiciones ancestrales respectivas en cada una, pese a la influencia aparente de la cultura occidental.
La pieza de Hirata se exhibe dentro de Temporary... Instalaciones, en Ex Teresa Arte Actual (Licenciado Verdad 8, Centro Histórico), todos los días de 10 a 18 horas. La muestra concluirá el 10 de septiembre.
