Destaca aportes de la sociedad civil a la República
Insiste la derecha en su idea de siglo XIX: Monsiváis
Con Fox no hubo cambio de paradigma en la economía
CARLOS PAUL
Las aportaciones de la República liberal se han
ampliado en las décadas recientes con la participación de
la sociedad civil y las organizaciones no gubernamentales, entre otros
grupos, mientras la derecha y la ultraderecha insisten en devolver mental
y conductualmente a México a su idea de siglo XIX, más reaccionaria
y costumbrista de lo que fue nunca esa centuria, opinó el escritor
Carlos Monsiváis.
El siglo XXI se inaugura en México con una sociedad
de identidades entremezcladas y un episodio culminante es el triunfo de
Vicente Fox, que sacude la inercia y el fatalismo provocados por los 71
años del PRI. El 11 de septiembre de 2001, en tanto, jerarquiza
el planeta: hay globalizados de tercera y cuarta filas, y la lección
ocurre mientras el Presidente mexicano expresa no la solidaridad exigible
y justa, sino el apoyo incondicional al gobierno de George Bush, expuso
el autor.
En la extensa conferencia magistral Los cambios de
paradigma, que ofreció ayer en la librería Octavio Paz
en el contexto del ciclo Pensamiento Social y Político Contemporáneo,
Monsiváis dijo que en lo social las modificaciones se dan con celeridad
y la derecha insiste en detenerlas, con plena ignorancia de que el cambio
de costumbres es un cambio de mentalidad.
El cambio de paradigmas
"En el año 2000 la expresión 'cambio de
paradigmas' se escuchó y se leyó profusamente en casi todos
los países, y en México aludía no sólo a las
transformaciones de una ciudad harta del mismo régimen, sino a las
adecuaciones que trae consigo una cultura influida preponderantemente por
la ciencia y por el uso de libertades que, además, son legales."
En la economía no hay tal cambio de paradigmas,
expresó el autor de Los rituales del caos. El presidente
Fox, alguien que ganó mercadotécnicamente la confianza de
grandes sectores, incluso con errores calificados de aciertos y con un
discurso circular y populista, considerado de recuperación de la
voluntad nacional, no se deslinda de la herencia de los gobiernos de Carlos
Salinas y Ernesto Zedillo, y sigue tan al pie de la letra como le es posible
el repertorio neoliberal: la exigencia de privatizar lo que queda del Estado,
la exaltación de lo privado sobre lo público, la ambición
reiterada de convertir la nación en una empresa y a los políticos
en modelos gerenciales.
El cambio de paradigmas más real, continuó
Monsiváis, se produce en la idea cultural de la nación y
en las percepciones sociales. La República liberal, aun con las
inmensas distorsiones introducidas y aprovechadas por el PRI, es laica
y su sentido histórico se nutre de las libertades obtenidas o anunciadas
en la reforma juarista y en la Revolución Mexicana.
Sus aportes se han ampliado en las tres décadas
más recientes con el desarrollo de la sociedad civil y las organizaciones
no gubernamentales, con la internacionalización creciente de la
vida cultural y social y con la movilización de sectores habitualmente
marginados, los indígenas en primer término. En este punto
es inevitable reconocer las aportaciones del EZLN, puntualizó el
escritor.
Destacó también a las mujeres de convicción
feminista, la izquierda cultural, el sindicalismo independiente, parte
considerable del sector académico (en especial de la UNAM), los
grupos enfrentados al conservadurismo en las regiones, algunos sectores
del PRD (no el castrista ni el burocrático, "monopolizadores de
oportunidades") y los grupos lésbico gays, etcétera. En conjunto,
añadió el escritor, esta República es más vigorosa
de lo que parece, así todavía no alcance una gran eficacia
electoral.
Mientras tanto, dijo Monsiváis, la derecha y la
ultraderecha insisten en devolver mental y conductualmente a México
a su idea del siglo XIX, más reaccionaria y costumbrista de lo que,
por cierto, fue nunca esa centuria.
Comentó que esta es una época de utopías
vergonzantes y una de ellas, muy ligada a un sustrato del cambio de paradigmas,
es la literatura de autoayuda, como el volumen Dios mío, hazme
viuda por favor, escrito por la titular de la Secretaría de
Desarrollo Social, Josefina Vázquez Mota.
Para concluir, Carlos Monsiváis reflexionó,
entre otras cosas, sobre la ambición reiterada de convertir la nación
en una empresa y a los políticos en modelos gerenciales, la tolerancia
política y religiosa, la perspectiva de género, los derechos
indígenas, la diversidad y la modernidad, así como de las
cintas Y tu mamá también y Amores perros.