martes 13 de agosto de 2002
La Jornada de Oriente publicación para Puebla y Tlaxcala México

 
Salud

Matrimonio

n Antonio Cruz López

Fui invitado a una boda y se me pidió dedicara las palabras a los novios en el momento del brindis; qué decir en un momento cuando parece que todo se ha dicho, y dije a Osvaldo y Areli Guevara Olmos que el matrimonio es el germen de la familia, la célula fundamental de la sociedad humana, el suceso con más amplio sentido sociológico en el que un hombre y una mujer se unen por costumbre, religión o ley, para que con esa unión establezcan derechos y obligaciones para con ellos y su consecuencia lógica, los hijos y la familia. Pero el concepto y la práctica del matrimonio, no tiene nada de nuevo; de hecho es una expresión de todos los grupos sociales, su cultura y el fundamento de su sociedad.
El filósofo griego Cicerón dijo, que el matrimonio es principium urbis et cuasi seminarium rei publicae, traducido como que el matrimonio es el principio de la humanidad y el semillero de la república. El matrimonio, como se quiera ver, es la institucionalización de un acto natural y biológico, que traza el sendero de la vida en sociedad, bendecido por las familias, la comunidad y los dioses.
La palabra matrimonio proviene del latín matrius, madre, y de munium que es carga, hecho por lo que significa el papel difícil de la mujer para ser madre y sostener en sus hombros el peso de la familia.
Los romanos lo llamaban nuptiae, del verbo nubere, que significa nublarse, cubrirse, lo que se conserva en la tradición del velo de la novia y la cobertura que ésta hace al novio durante el ceremonial.
A los contrayentes en el compromiso se les llama cónyuges, del latín conyugio, o sea, dos se han atado un yugo en el compromiso, que aceptan llevar juntos con sus obligaciones.
El matrimonio hoy es el acto que une ante los familiares, amigos y la comunidad a un hombre y una mujer, con el derecho de vivir juntos, generalmente para engendrar hijos, educarlos y dejarlos listos para reiniciar el ciclo biológico del humano sobre la Tierra: nacer, crecer, reproducirse, con el deseo de que la unión sea indivisible y monogámica, fundado el deseo, la libertad de la unión, el libre albedrío en la elección, en la igualdad de derechos, en el trato justo y equitativo, en la ayuda mutua, en la comprensión, el respeto y la fidelidad.
Con estas ideas conceptuales, levanto mi copa y brindo, e insto a todos para que lo hagan conmigo, para expresarles a Osvaldo y Areli el deseo común por que en su matrimonio tengan el juicio suficiente para proceder como lo reclama la historia de nuestra sociedad, que con sus familiares y amigos aquí reunidos, como testigos de honor, sientan la obligación y perciban el deseo de todos, por que la célula familiar que hoy da inicio con este matrimonio perdure mucho tiempo y les permita ser felices.