Algunas pistolas cayeron en manos de criminales y se usaron en asesinatos
La FBI y el SIN han perdido más de mil armas, computadoras y documentos en años recientes
La Oficina Federal de Investigación ignora cuántas laptop desaparecidas tenían información secreta
JIM CASON Y DAVID BROOKS CORRESPONSALES
Washington, 12 de agosto. La seguridad pública supuestamente se ha intensificado a todos los niveles en Estados Unidos después del 11 de septiembre, pero al parecer dentro de algunas de las mismas agencias encargadas de aplicar las medidas hay grandes problemas de control interno: los agentes de la FBI y el Servicio de Inmigración y Naturalización han perdido más de mil armas de fuego en el transcurso de los últimos años.
Por lo menos 18 de estas armas del gobierno federal fueron recuperadas de manos de criminales, y algunas se utilizaron en robos y homicidios, de acuerdo con un informe elaborado por el inspector general del Departamento de Justicia.
"En particular, en la FBI hay desorden y así ha estado durante años", declaró el senador Charles Grassley esta semana. La oficina reconoció que ha extraviado más de 423 armas de fuego y 317 computadoras laptop.
"Es posible que las laptop que se han perdido pudieran haberse usado para procesar y archivar información de seguridad nacional o información delicada sobre la seguridad pública, la cual, si fuese revelada, podría dañar al público", advirtió el informe del inspector general. La FBI admitió que no sabe cuántas de estas laptop contenían información secreta.
Pero los agentes del Servicio de Inmigración y Naturalización (SIN) aparentemente tienen aún más dificultad en controlar el paradero de sus armas de fuego; la agencia no ha logrado ubicar 539 de sus pistolas durante los pasados tres años. Parte de este problema, insistió un vocero del SIN, podría ser sólo resultado de un conteo erróneo de la administración y no se trata de armas perdidas físicamente.
Y es que el SIN tiene bastantes problemas administrativos. Esta semana informó que su burocracia no ha procesado más de 2 millones de cambios de dirección y otros documentos de inmigrantes desde el 11 de septiembre. Varios inmigrantes fueron deportados tras los atentados bajo el argumento de que no habían informado al gobierno sus cambios de domicilio, y es posible que muchos de ellos en realidad sí lo hicieron.
Todo esto nutre la creciente controversia sobre si agencias como la FBI contaban con información que podría haber alertado a las autoridades sobre los ataques del 11 de septiembre, pero por su "desorden" interno no lograron procesar esa información. También provoca dudas sobre si los encargados de controlar la seguridad pública son capaces de controlarse a sí mismos.