Autoridades educativas han desmantelado el ambiente cultural: Patricia Ehrelch
Las escuelas, "maquiladoras de cursos", señala experta
KARINA AVILES
Durante dos décadas las autoridades educativas han tratado de borrar la memoria histórica de las generaciones al desmantelar el ambiente cultural y así han convertido a las escuelas en fábricas "maquiladoras de cursos", que dan como resultado la formación de niños que no aman el conocimiento, la ciencia, la palabra, y que no comprenden el mundo, afirmó la investigadora Patricia Ehrelch.
La especialista apuntó que el programa de bibliotecas de aula es como recetar una "cafiaspirina contra un cáncer", y más allá de que es cuestionable la exclusión de obras de Octavio Paz, Carlos Fuentes o Alfonso Reyes, "el problema es que la SEP piense que con 25 títulos que se destinen a las aulas de las escuelas van a arreglar" el rezago. Ehrelch consideró que a los que de verdad habría que evaluar es a todos los funcionarios de la SEP que han echado a perder los avances que se han logrado en educación.
Profesora del posgrado de pedagogía en la Universidad Nacional e investigadora de Universidad Autónoma Metropolitana, afirmó que durante los últimos años en la SEP ha permeado la idea de que la escuela no forma parte de la cultura.
En los últimos 20 años, expuso, las autoridades educativas han eliminado de la escuela la formación musical, los trabajos manuales artísticos y técnicos, la importancia de la educación física, el papel que tenía la escuela como centro de organización, entre otros elementos fundamentales, para convertirla en una "fábrica maquiladora de cursos".
En síntesis, "han desmantelado el ambiente cultural", lo cual significa borrar la memoria histórica de las generaciones, porque la cultura se transmite por medio e las artes. Con esa visión "unidimensional" del ser humano, añadió, lo que han logrado las autoridades educativas es la formación de niños que no comprenden el mundo, que no ven alternativas, que no aman el conocimiento, la ciencia y la palabra.
"Las habilidades que ofrecen se reducen a una pantalla de computadora y la imagen que los alumnos tienen sobre el mundo es terriblemente pobre", dijo. Hoy, abundó, los niños ya no saben hacer un nudo, el ingenio del mexicano se está perdiendo.
Explicó que este modelo, copia del estadunidense, obedece a que el conocimiento significa poder y por ello se limita el acceso a él. En los países industrializados, ejemplificó, la política es más pragmática: hacen trabajadores para lo que se necesite, unos cuantos con enseñanza científica y humanística y otros con que sepan leer y escribir y un poco más está bien.
Con esta visión de desmantelamiento del ambiente cultural, el programa de las bibliotecas de aula es "como poner un parche". Además de que está realizado con "un gran desconocimiento de la relación entre educación y cultura, y de la lectura y el ambiente cultural en general".
Creer que con 25 títulos en un salón de clase los niños van a leer es "una concepción sumamente limitada". Por qué no mejor formar un ambiente en el que circulen los libros, se fomente la lectura colectiva y los niños tengan acceso no sólo a esos 25 libros, sino a muchos más títulos.
Señaló que es necesario que existan mejores bibliotecas y consideró indispensable una televisión que difunda las novelas de los grandes autores. La especialista afirmó que el programa televisivo La escuelita, transmitido por una de las empresas privadas, promueve el "deterioro total de la imagen del maestro, del conocimiento, de los derechos de los niños y se ridiculiza a las culturas indígenas. Y esto tiene más efecto en los niños que los 25 libros que pongan en las aulas. Sin embargo, las autoridades educativas no hacen nada al respecto".
Por otro lado, enfatizó que es necesario impulsar una evaluación de los funcionarios de educación y de sus programas. Se dice que no hay dinero para la educación, pero sí para crear un instituto de evaluación que calificaría lo que "todo mundo sabe que está mal. Ponerse a evaluar lo obvio es inútil".
Para finalizar, Ehrelch dibujó el panorama educativo: "de la población de niños de 15 años y más, 10.22 por ciento está sin instrucción alguna; 17.98 por ciento no ha concluido la primaria; 19.13 por ciento apenas tiene la primaria concluida. Es decir, estamos hablando de que 47.33 por ciento de los niños mayores de 15 años no rebasan la primaria, y de ellos la mayoría no la ha terminado".