El festejo mexicano es para ''justificar el presupuesto''

Intrascendente, la celebración oficial sobre pueblos indígenas

ARTURO JIMENEZ

Los pueblos indígenas de México tendrían motivos de celebración si se aprobara su principal demanda: el cumplimiento de los acuerdos de San Andrés, y el fallo en su favor de la controversia que se dirime en la Suprema Corte de Justicia de la Nación.

Lo anterior fija la postura de la asociación civil Escritores en Lenguas Indígenas (ELIAC) sobre la conmemoración, este 9 de agosto, del Día Internacional de las Poblaciones Indígenas.

Dichos festejos, considera, ''no tienen mayor trascendencia" para los grupos autóctonos del país y del mundo, los cuales ni siquiera están enterados sobre la existencia de esa fecha instituida por la ONU.

Lo que los indígenas podrían celebrar es la pluriculturalidad y la diversidad del país y del mundo, así como su existencia misma, derivada de su resistencia durante 500 años de marginación, explotación y etnocidio.

De seguir esa situación, advierten, el riesgo es que surjan estallidos sociales en el corto plazo, sobre todo por problemas derivados de la tierra, como ya lo previó la encargada de la oficina para asuntos indígenas de la Presidencia de la República, Xóchitl Gálvez.

Pensar libremente el mundo

En la sede de la ELIAC hablan Fausto Guadarrama, su presidente; Nefi Fernández, secretario de publicaciones; y Carlos Huamán, coordinador del diplomado Literaturas indígenas contemporáneas, doctor en literatura y escritor quechua de Perú.

Luego de reivindicar el derecho de los pueblos indígenas a la autonomía y a ''pensar libremente el mundo", definen uno de los conceptos principales que utilizan: ''Resistencia es para nosotros mostrar al mundo que podemos vivir".

Tras considerar que el festejo en México es más bien una forma de ''justificar el presupuesto", agregan que la mejor forma de celebración del gobierno sería atender problemas como el de San Salvador Atenco o el de los tepehuanos, entre muchos otros.

Cuestionan el ''estado de derecho", pues consideran que no funciona para los pobres. Ponen el ejemplo del peregrinar de los indígenas por los ministerios públicos, ''donde no les hacen caso y por eso protestan".

Dicen que los partidos políticos carecen de un proyecto sobre los pueblos indígenas y sólo acuden a ellos en tiempos electorales, mientras que esos institutos y las iglesias provocan enfrentamientos en las comunidades por motivos religiosos.

Un ejemplo del desinterés oficial por los proyectos indígenas es el decreciente apoyo de la Secretaría de Educación Pública a la ELIAC, organización reconocida y en expansión. Del millón 250 mil pesos con que contó en 2000 pasó a 850 mil el año pasado y en este a 500 mil pesos.