Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Viernes 9 de agosto de 2002
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Política

Horacio Labastida

Aniversario 57 del Gran Crimen

El día no era radiante ni abrumadoramente nublado; las familias iniciaban sus labores y con despreocupación la gente, muchísimos niños, dirigíanse por las calles a sus trabajos o a las escuelas. Todos sentían reproducir las rutinas de costumbres y a pesar de la guerra nadie percibía cosa alguna extraordinaria. Hiroshima ha sido siempre lugar industrioso y no militar, y esta condición eliminaba temores en las mentes ciudadanas, cuando de manera inesperada un estallido infernal cubrió cielo y tierra, matando y destruyendo sin piedad todo lo existente. La historia recogió aquel 6 de agosto de 1945 en sus anales de crueldad, el tenebroso y maléfico bombardeo estadunidense. La humanidad incrédula y aterrorizada sintió en su corazón un profundo dolor al contemplar el arrasamiento de la civilización. Y conste que el pasado siglo y lo que va del presente recogen en sus páginas agresiones graves a los más nobles valores: genocidios nazis en los campos de concentración, bombardeos salvajes sobre naciones inocentes, Iraq, Panamá, Serbia, Afganistán, Palestina, o bien los bloqueos con que las elites del poder económico y político buscan doblegar la dignidad del hombre -así sucede en el caso cubano, por ejemplo, al haber roto su dependencia de Washington y del capitalismo trasnacional. Pero estos atroces hechos en nada disimulan aquel espantoso 6 de agosto de 1945. Los cielos explotaron y todo resultó destruido en torno de las angustiadas víctimas. En fugaces y maléficos minutos hombres, mujeres, viejos e infantes fueron convertidos en despojos calcinados o en siluetas de polvo corporal incrustado en banquetas y paredes del antiguo delta urbano.

Quien decidió y responde ante su propia conciencia y el mundo del lanzamiento de las bombas atómicas sobre Hiroshima y tres días después en Nagasaki, fue el presidente Harry S. Truman (1884-1972), sucesor de Franklin D. Roosevelt (1882-1945), muerto éste durante su cuarto periodo presidencial, el 12 de abril, luego de quejarse de un agudo dolor de cabeza. Había destacado Truman como granjero de Misuri y muy especialmente cuando su gobierno envió tropas a Corea del Sur, comandadas por un general que exigía el lanzamiento de la dinamita nuclear sobre China. Mao Tse-Tung llamó entonces tigre de papel al gobierno de Washington. A la administración de Truman corresponde el Fair Deal y la llamada Doctrina Truman (1947), por virtud de la cual se autorizó apoyo material y militar a los gobiernos, singularmente latinoamericanos, que se declaraban amenazados por el comunismo, doctrina que por otra parte alimentó los dolorosos años de la guerra fría (1945-1991).

ƑPorqué Truman ordenó el brutal lanzamiento de la bomba sobre los civiles nipones? La respuesta estadunidense es conocida por la enorme difusión que se le dio a través de los medios de comunicación colectiva: se dijo que fue la manera de obligar la total rendición del Japón, evitándose innumerables muertos y enormes pérdidas materiales. Pero tal explicación ha sido puesta en duda aun dentro de Estados Unidos. En realidad, las fuerzas del Eje y Japón estaban derrotadas antes del genocidio del 6 de agosto. Los británicos habían comenzado su victoriosa ofensiva en Birmania; los rusos tomaron Varsovia y habían llegado a las orillas del río Oder; los americanos ocuparon Manila casi al mismo tiempo en que cayó Budapest y las tropas británicas alcanzaban el Rhin; Tokio estaba destruido por bombardeos del Tío Sam; Okinawa fue capturada; los rusos entraron a Berlín y ametrallaron el búnker hitleriano; las conferencias de Yalta y San Francisco, preparatoria ésta de la fundación de Naciones Unidas, anunciaban sin duda el triunfo de los Aliados; Mussolini fue colgado de un poste eléctrico por partisanos; Hitler se suicidó el 30 de abril; los alemanes se rindieron en Italia y Berlín, y cayeron el 7 de mayo; pronto celebraríase la conferencia de Potsdam (julio de 1945). Es obvio: Japón estaba cabalmente avasallado en agosto de 1945. Con el Eje occidental aniquilado, sin necesidad de genocidio Hirohito se hubiera entregado a los vencedores. ƑPara qué la bestialidad atómica? Las explicaciones de Truman carecen de validez; sin duda motivos secretos y ocultos indujeron el asalto a la razón. Opiniones serias aseguran que la decisión de la Casa Blanca obedeció al propósito de impedir que los rusos llegaran a Japón y aumentaran su influencia en el sudeste asiático, mas lo cierto es que el asesinato de los pueblos de Hiroshima y Nagasaki son los más negros pecados del siglo xx.

Nada olvida la conciencia histórica. Un llanto universal rememoró el pasado martes el 57 aniversario de la deflagración brutal que mató a decenas de miles de hombres buenos e inocentes en Hiroshima y Nagasaki.

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