Kery James causó conmoción con su nuevo álbum
Emprenden raperos franceses lucha contra racismo, drogas y violencia
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Paris, 5 de agosto. Los cantantes franceses de rap han asumido el liderazgo en temas en los que las autoridades han fracasado, con canciones en contra del racismo, las drogas y la violencia que llevan un mensaje de esperanza para los adolescentes.
El gobierno de centroderecha electo en junio se ha comprometido a combatir el delito en las ciudades, pero la policía perdió hace tiempo el control de las áreas más difíciles, en las que los traficantes de drogas aterrorizan a los vecindarios en que operan.
Mientras los famosos raperos de pandillas glorifican el delito en las letras de sus canciones, un grupo de estrellas del rap prefirió enviar un mensaje distinto, con el cual piensa que puede salvar las vidas de muchos adolescentes que ya no escuchan a sus maestros ni a la policía.
Kery James, quien alcanzó la fama como integrante de un grupo rapero de un suburbio de París, siente que esa es su misión después del asesinato de su mejor amigo, algo que lo llevó a convertirse a la fe islámica.
"La mayoría de los raperos franceses no le prestan atención a la situación social bajo la cual vivimos y actúan con mucho egoísmo", dijo James.
"Sólo piensan en vender discos o en llenar su pasión con música, creyendo que sus canciones no van a cambiar la vida de la gente, cuando en realidad en la vida todo está conectado. Está en cada uno de nosotros contribuir con algo positivo", reflexionó.
James conmocionó el ámbito local de raperos con su nuevo álbum Si c'etait a refaire (Si tuviera que hacer todo de nuevo), en el cual se nota una estricta interpretación del Islam, que prohíbe el uso de instrumentos de viento o de cuerdas.
Con invitados como el músico laiense Salif Keita y otro llamado Roldán, un integrante de la banda afrocubana hip-hop Orishas, el álbum tiene un sentido de música mundial, pero sus letras se refieren a los problemas de la vida urbana.
La diferencia es que James, que fumó mariguana y ya escupió toda su bronca, ahora le está pidiendo a los jóvenes que sean responsables, dándole la espalda a las drogas y a la violencia.
"Tipos que conocía se esfumaron/ Mientras yo estaba en una profunda nube de humo/ Ya lloré todas mis lágrimas, pero no van a volver/ A veces uno no puede superar las pandillas y sus tragedias", canta e el tema principal del álbum.
Pesimismo
Eso no quiere decir que en este mundo moderno del rapero con conciencia social está todo bien. Kery James sigue siendo pesimista sobre el estado de la sociedad francesa, que, dice, sufre de racismo e injusticias.
"Yo no me considero francés", dijo el músico, que nació en la isla caribeña de Guadalupe, colonia francesa, en 1977, y que a los ocho años se mudó a Europa.
Señaló que el sorpresivo respaldo que recibió el político ultraderechista Jean-Marie Le Pen en las elecciones presidenciales de este año reflejó las grandes diferencias que hay entre los franceses y los habitantes de los vecindarios marginales.
Eso alimenta una sensación de desesperanza que hace que el delito pase a ser una opción tentadora.
"Lo que me ayudó a cambiar la perspectiva de mi vida fue mi conversión al Islam. Es lo único que me dio principios lo suficientemente rígidos. Ni la escuela, ni la amenaza de sanciones judiciales me detenían", recordó.
Ahora sólo espera poder trasmitirle a los jóvenes ese mensaje de esperanza que él encontró en la religión.
"Obviamente cierta gente va a ver en todo esto una nueva faceta del rap, pero mi deseo no es hacer más amplia la audiencia del rap, sino ser útil para aquellos que me escuchan y sobre los que tengo influencia", dijo James.
"Mi lucha no es por el rap como estilo musical, mi lucha es por la gente."