La agricultura periurbana, un modelo que se plantean seguir
Ejidatarios demandan dar impulso verdadero al agro
"A las autoridades se les olvida la historia de México. Todos los movimientos sociales, de la Independencia a la Revolución, tuvieron un mismo origen: la lucha por la tierra y el olvido en que tenían a sus poseedores."
MARIA RIVERA ENVIADA
San Salvador Atenco. La alegría se desbordó aquí el pasado primero de agosto tras el informe de que el gobierno federal cancelaba el proyecto del nuevo aeropuerto capitalino en su municipio. A ello se sumó la llegada de sus fiestas patronales. Durante toda su lucha por la defensa de su tierra los campesinos enarbolaron un estandarte con la imagen de "san Salvadorcito"; por eso ahora que han recuperado la fe en los milagros lo festejan "como Dios manda". Pero no bajan la guardia. Entre juegos mecánicos, cohetes y música de banda este municipio en resistencia ha empezado a planear su porvenir.
No hay que ser muy listos, explican, para darse cuenta de que habrá represalias gubernamentales por su oposición a la máxima obra del sexenio. Sin embargo, su lucidez no va acompañada de temor. Con el espíritu de los sobrevivientes, los descendientes de aquellos zapatistas del futuro negado se aprestan a afrontar su nueva realidad. "Van a decir, 'ya que así lo quisieron špues que se mueran de hambre!'", advierte el ejidatario Luis Martínez, "pero, Ƒqué más nos podrían hacer si siempre hemos vivido castigados?"
Subsistencia sin revoluciones
David Pájaro, dirigente del Frente de Pueblos Unidos en Defensa de la Tierra, coincide con esa visión: "Después de que nos dotaron nuestras tierras hubo dos grandes transformaciones en el campo: la revolución verde, que implicó el cultivo de maíz híbrido, cosechadoras, riego abundante, utilización intensiva de fertilizantes y pesticidas. Todo esto nunca llegó por aquí... y salimos adelante. Luego se vino la utilización de los transgénicos y también nos quedamos afuera. Sin revoluciones tecnológicas los ejidos han subsistido".
Ante este horizonte, señalan, sólo queda, una vez más, hacer acopio de iniciativa, creatividad y, sobre todo, de unidad.
Lo que rueda en la mente de la mayoría de los atenquenses, y que podría formalizarse en los próximos días, es su definición como municipio autónomo. Con ese sustento echarían a andar una serie de proyectos productivos pensados desde y para la comunidad, adelantan.
"Tenemos todo para dar ese paso -asegura David Pájaro, también profesor e investigador del Colegio de Posgraduados de Chapingo-; contamos con la unión y sabemos llegar a consensos sin necesidad de ir a urnas y sin imposiciones (...) Durante la lucha aprendimos lo suficiente para tomar decisiones colectivas."
Si este municipio es ahora un ejemplo para los desamparados -prueba de ello son las numerosas organizaciones campesinas que se han hecho presentes en Atenco- es porque el campo mexicano se ha convertido en un polvorín, destaca Ignacio del Valle, dirigente del movimiento. "El sistema económico está dejando a la gente sin salidas."
Coincide Pájaro: "Lo que pasó aquí fue un anuncio para el gobierno. Ya hay anuncios por todo el país; sólo falta que empiecen los levantamientos. A las autoridades se les olvida la historia de México. Todos los movimientos sociales, de la Independencia a la Revolución, pasando por la Reforma, tuvieron un mismo origen: la lucha por la tierra y el olvido en que tenían a sus poseedores.
"En la Revolución, los hacendados nos aventaron a las tierras más amoladas, a las lomas erosionadas. Ahora es el gran capital el que nos quiere destruir (...) pero después de 80 años sin ayuda de ninguna clase del gobierno federal ni estatal los campesinos del oriente del estado de México hemos salido adelante. Estoy seguro de que en esta ocasión ocurrirá lo mismo."
Del Valle bosqueja en términos generales las características que tendría su futuro: "Proponemos un impulso real al campo, con proyectos productivos que surjan de las situaciones particulares de cada comunidad, porque aunque estamos cerca tenemos necesidades distintas. Se trata de generar un proyecto desde el pueblo, no impuesto. Un desarrollo con base en las necesidades de cada comunidad, no de los requerimientos del gran capital".
Con una visión más aterrizada del problema, el especialista en suelos de Chapingo apunta que un modelo a seguir por este municipio, cuya superficie ejidal es de 4 mil 870.5 hectáreas, sería la agricultura periurbana, que manejan países como Francia, Holanda e Inglaterra. "Son áreas como las de Atenco, que conviven con las grandes ciudades. Funcionan como jardines externos de los grandes núcleos urbanos y producen hortalizas y flores, además de los cultivos tradicionales. Así los citadinos pueden ir de visita y además comprar productos directamente de los productores.
"El concepto de la agricultura periurbana contempla dejar el entorno ejidal que se tiene alrededor de la gran ciudad tal y como está, manteniendo el equilibrio entre urbe y campo."
Pájaro afirma que han recibido ofrecimientos de investigadores europeos interesados en generar proyectos de ese tipo. Pero también contemplarían la opción de Greenpeace y otros grupos ambientalistas, así como organismos dependientes de la ONU, como FAO, OMS o Unesco.
Durante los nueve meses en que Atenco mantuvo su resistencia al proyecto aeroportuario fue señalado por funcionarios gubernamentales como un municipio reaccionario, opuesto al progreso y a la modernización. El académico de Chapingo responde que, por el contrario, sus comunidades están abiertas al cambio y tienen todo para convertirse en un espacio vanguardista. Y en el hecho de permanecer al margen de los avances tecnológicos, residen ahora sus posibilidades.
"En los años 80 apareció una corriente que buscó el retorno a la agricultura tradicional, al rescate de los productos orgánicos, sin pesticidas ni abonos químicos. En la actualidad esta opción se ha fortalecido, y nosotros podemos insertarnos en ella. La mayor parte de los consumidores quieren comer maíz que no sea transgénico y que haya sido cultivado sin insecticidas; carne de vacas que no hayan sido criadas con alimentos de origen animal; carne de pollos que no han sido alimentados con hormonas. Todo eso lo sabemos hacer en Atenco (...) Estamos a la vanguardia. Así que ahora, Ƒquiénes son los retrógrados?"
Adelanta que San Salvador hará un llamado a las cinco instituciones de educación superior ubicadas en la región, cuyas investigaciones están relacionadas con el campo, para que los apoyen en esta nueva fase.
Agrega que el propósito es involucrar a las cinco instituciones. "La paradoja es que Texcoco sea el municipio con mayor número de instituciones de investigación relacionadas con el campo y que la agricultura de la región esté tan mal.
"El mensaje de nuestro movimiento también tiene como destinatarias a esas instituciones. Se tienen que poner las pilas."
Marginación añeja
En este pequeño mundo de casi 30 mil habitantes, rebeldes en su mayoría, todo está por hacerse. El panorama habla de décadas de olvido. De un México que tiene muchas cuentas pendientes con sus gobernantes: 96.6 por ciento de los pobladores no está asegurado y no existe ninguna ambulancia para transportar a los enfermos. El municipio tiene altas cifras de analfabetismo (6.1 por ciento) y alta deserción escolar en la primaria.
Existe hacinamiento en 70 por ciento de las viviendas y 13 por ciento de las casas no cuenta con drenaje ni excusado. Para completar el cuadro, 68 por ciento de la población ocupada gana menos de dos salarios mínimos. Todas estas cifras pertenecen a la monografía municipal publicada por el gobierno del estado de México. A esta realidad se refieren estos campesinos cuando preguntan: "Ƒqué más nos podrían hacer si siempre hemos vivido castigados?"