El proyecto de autonomía, para dar certeza jurídica, aclara el director del canal
Di Bella descarta la privatización de Once Tv
El presupuesto de la señal, 16 por ciento de lo que gasta el gobierno en publicidad: Villamil Las televisoras públicas, dique a un modelo de comunicación "unilateral", dice el analista
ARTURO JIMENEZ
El proyecto de buscar la autonomía jurídica y administrativa del Canal 11 no es un pretexto para "poner de pechito" a la televisora con fines privatizadores, ni tampoco para dejar de pertenecer al Instituto Politécnico Nacional, aclaró Julio Di Bella, director de esa estación.
A más de 40 años de existencia, dijo, ese canal se caracteriza por carecer de un marco jurídico que le permita operar, y que le impida padecer procesos burocráticos muy complejos y depender de decisiones personales de altos funcionarios.
La declaración del funcionario se dio en el contexto del "recalentamiento" del debate sobre los medios de comunicación durante una mesa convocada por la Casa Lamm, en la que además participaron Virgilio Caballero, Javier Solórzano y Jenaro Villamil, moderados por Angel Guerra.
Surgió el tema del tratamiento informativo de las televisoras a la reciente visita papal, considerada por unos un "exceso de religiosidad espectacular" (Villamil) y por otros una respuesta a la necesidad de un público que se manifiestó por ver a "su santidad" (Di Bella).
Por una tv ciudadanizada
Virgilio Caballero sostuvo que todos los medios, pero sobre todo los de servicio público, como los canales 11, 22, del Congreso y de los estados, deben servir para terminar con el rezago educativo, pues los costos serían mucho menores.
Como Di Bella, dijo que esos medios requieren de autonomía para no estar sujetos a vaivenes políticos. Sobre los consejos ciudadanos, afirmó que ese tema ya está formalizado en el Canal del Congreso y que debe concretarse en poco tiempo.
Señaló que los medios también deben servir a la "educación para la democracia" y a generar espacios a la pluralidad de voces y culturas nacionales, entre ellos los más de 60 grupos indígenas y sus lenguas, además de difundir el arte y la ciencia.
Se ganó los aplausos cuando dijo que los medios de comunicación han sido una forma más efectiva de ejercer el poder y el control que la policía misma.
"El enemigo de los ciudadanos son los medios de comunicación. Ellos se han opuesto a la democratización del país. La televisión privada ha tenido un efecto devastador sobre la conciencia nacional."
En el fondo de todo, consideró, están los 2 mil 500 millones de pesos que el gobierno destina a propaganda en los medios, cifra que se duplicará el año próximo.
Promesa incumplida de Fox
Jenaro Villamil hizo un repaso desde el surgimiento de la televisión a mediados del siglo XX hasta el presente. Los medios en México, agregó, han servido para "concentrar y controlar" y no para reflejar la pluralidad del país.
Coincidió con Caballero en que se necesita la participación de la sociedad para lograr que el presidente Vicente Fox cumpla con su promesa de crear una nueva ley de radio y televisión.
Recordó que el presupuesto anual del Canal 11 representa 16 por ciento de un año de publicidad del gobierno federal en las televisoras privadas. Afirmó que las televisoras públicas en México y el mundo han sido un dique a un modelo de comunicación "unilateral".
Sobre la actual mesa de diálogo para la reforma de la ley de radio y tv, señaló que Televisa y Tv Azteca aceptaron asistir pero han vetado los planteamientos más importantes, como la formación de un órgano ciudadano que participe en la regulación de contenidos.
Destacó que tampoco desean que las televisoras públicas puedan comercializar sus espacios, pues 80 por ciento de la publicidad oficial se destina a la tv privada.
Javier Solórzano hizo un recuento de los pro y contra de la televisión pública, así como de la relativa apertura de las televisoras privadas. "En mi vida me imaginé que iba a trabajar en el Canal de las Estrellas".
Dijo que el asunto de que la televisión privada "no atiende lo que debe atender" es algo que toca atender a las instituciones, pues la sociedad no puede ir "desfasada".
Propuso que la reforma política para transformar, por ejemplo, la Presidencia de la República -"que sigue igual que antes"-, debe incluir a los medios de comunicación.