Expertos: lo novedoso es que emergió a la luz pública
Corrupción, norma en empresas de EU
Según estudios, 90% de firmas viola la ley de manera habitual
Detienen a 2 ex altos funcionarios de WorldCom; salen bajo fianza
JIM CASON Y DAVID BROOKS CORRESPONSALES
Washington y Nueva York, 1Ɔ de agosto. Mientras WorldCom se llevó -hasta el momento- el campeonato por la quiebra empresarial más grande de la historia y dos de sus principales ejecutivos fueron presentados hoy, esposados, ante un juez en Manhattan, otras empresas siguen en la batalla para evitar obtener ese tipo de trofeo. De hecho, las consecuencias políticas de este torneo capitalista empezaron a opacar las luces del gobierno de George W. Bush.
Pero tal vez lo más devastador es que nada de lo que ha ocurrido está fuera de la norma del mundo de los negocios: esto es "business". La enronización del sistema empresarial estadunidense no es algo nuevo ni la excepción; lo único novedoso es que ahora todo sale a la luz pública. Como señala el analista Max Castro en un artículo del Miami Herald, algunos reconocidos sociólogos han documentado que la mayoría de las principales firmas estadunidenses ha incurrido en delitos y prácticas corruptas a lo largo del siglo XX.
Castro señala que el sociólogo criminalista Edwin Sutherland, considerado el más reconocido de su especialidad, realizó una investigación de 20 años de las 70 empresas más grandes de Estados Unidos y encontró que 90 por ciento violaba la ley de forma habitual. De hecho, descubrió 980 violaciones, con promedio de 14 por empresa, y por eso sostuvo que el crimen empresarial era más la regla que la excepción.
Así, Sutherland concluyó que "el crimen es negocio". Su libro clásico White Collar Crime apareció en 1949 con los resultados de sus investigaciones, y su editorial temía tanto las repercusiones que no publicó los nombres de las empresas. Esta lista no apareció hasta una nueva edición del libro en 1983, es decir 33 años después.
Castro informa que investigaciones sociológicas más recientes han confirmado esta tendencia. La investigación de nueve años (1975-1984), de Amitai Etzioni, revela que 62 por ciento de las empresas de la lista de Fortune 500 realizó prácticas corruptas. Marshall Clinard encontró que 45 por ciento de las 582 empresas más grandes de este país había cometido alguna violación en dos años (1975-1976).
Así la explosión de esta crisis reciente, que según el presidente Bush "amenaza a nuestro propio sistema de libre empresa", no parece ser resultado de algún accidente, desviación o coyuntura extraordinaria, sino de la propia dinámica del comportamiento empresarial normal. Aparentemente el problema es que al final de un largo periodo de auge estalló la llamada "burbuja", y con ello todo lo que nutría y promovía estas prácticas también comenzó a deshilarse. Mientras duraba el auge, todo se permitía, pero al detenerse, las consecuencias de estas mismas prácticas ya no se podían ocultar.
Pero esto ha ocurrido a tal nivel que el gobierno -tanto el Ejecutivo como el Legislativo- se ha visto obligado a presentarse como el gran castigador de las prácticas empresariales que sus miembros permitieron, y que no pocos de ellos realizaron cuando se dedicaban al sector privado.
Con ello, esta semana Bush debió promulgar una ley contra el fraude empresarial que contiene medidas a las que se oponía hasta hace tres semanas. Como indicó el New York Times, aunque recientemente el presidente se oponía a este tipo de medidas contra las empresas y "había promovido la experiencia empresarial de su equipo durante su campaña presidencial, (ahora) Bush se presentó como el protector del pequeño inversionista y del trabajador de base".
Sin embargo, la crisis continúa. En estos últimos días se ha revelado que la gigantesca empresa AOL Time Warner admitió que la Comisión de Valores ha estado revisando sus prácticas contables durante los últimos años y que los bancos JP Morgan Chase y Citigroup siguen bajo investigación por su "activa participación" en las maniobras financieras de Enron.
Y la lista sigue creciendo
Por eso el gobierno de Bush se vio obligado a demostrar que está haciendo algo para enfrentar el escándalo de manera más pública, y la semana pasada, un día después de que el presidente habló de la necesidad de encarcelar y castigar a todo ejecutivo criminal, el fundador de Adelphia Communications, dos de sus hijos y otros dos ejecutivos fueron detenidos enfrente de cámaras de televisión y acusados de un fraude masivo a la empresa ahora muerta. Sin embargo, los ejecutivos salieron de la cárcel 30 minutos más tarde (no frente a las cámaras), pero su arresto era exactamente lo que deseaba la Casa Blanca.
Este jueves, el procurador general John Ashcroft convocó a conferencia de prensa para informar del arresto de dos altos ejecutivos de WorldCom y afirmó: "Ejecutivos corruptos no son más que ladrones comunes."
Con todo, también éstos salieron libres poco después de presentarse ante un juez. No son pocos los que aseguran que gente tan adinerada jamás será puesta tras las rejas. Incluso, el Financial Times reportó que los altos ejecutivos y directores de las 25 empresas que recientemente se han derrumbado -entre ellas Enron y WorldCom- han ganado durante los últimos tres años más de 3 mil 300 mil millones de dólares en salarios, bonos y opciones para acciones.
Las consecuencias políticas
Y mientras estos ejecutivos y directores ganaban millones, los accionistas han perdido más de 2 mil 100 millones de dólares sólo durante julio, y casi 100 mil personas han perdido su trabajo. Este hecho, a plena luz pública, es lo que ha convertido este escándalo en una pesadilla política para Bush y su equipo.
La revista The Economist opina que Bush está perdiendo el control de la agenda política doméstica a causa, en gran parte, de esta crisis empresarial. En un reciente editorial escribió que el hombre que prometió "limpiar" Washington se enfrenta ahora a crecientes interrogantes sobre sus propias prácticas empresariales cuando el presidente fue directivo de Harken Energy, y las de su vicepresidente Dick Cheney cuando fue ejecutivo en jefe de Halliburton.
"Su reacción (la de Bush) a la 'crisis de capitalismo' de Estados Unidos ha sido ridiculizada como débil. Su intento de calmar los mercados bursátiles ha fracasado. Su enorme reducción de impuestos ha ayudado a llevar al gobierno al déficit", comentaron los editores de la revista.
Se ha señalado que en las tres ocasiones en que Bush ha intentado reafirmar la confianza en la economía estadunidense y calmar así la bolsa de valores, ésta se ha desplomado. Algunos analistas han comentado que tal vez ayudaría más si el presidente se queda callado. De hecho, el índice Standard and Poor's 500 se ha desplomado hasta 40 por ciento (aunque recientemente se recuperó un poco) y, según algunos índices, esta es la peor caída del mercado desde los años treinta, tal vez la peor jamás registrada, informó The Economist.
Los niveles de aprobación del presidente y su equipo se han visto afectados. Según algunas encuestas, menos de la mitad de la población cree ahora que el país está sobre la vía correcta, y con ello se empiezan a opacar las perspectivas políticas de este presidente y su partido. Con elecciones legislativas en noviembre, los demócratas por primera vez se atreven a expresar su optimismo para poder mantener su control del Senado y hasta recuperar la mayoría en la Cámara.