Jorge Huerdo (1963-2002), ejemplo de valor y liderazgo
"Sin calidad de vida, no hay vida". Jorge Huerdo Siqueiros, activista en el combate contra el sida, creyó siempre en la eficacia de los slogans, y en el lenguaje directo, a menudo áspero, como instrumento ideal para exhibir las complacencias y vacilaciones de muchos funcionarios de salud y de no pocos compañeros de ruta. Desde 1996, año en que ingresó a Letra S, Jorge se hizo portavoz muy visible de las reivindicaciones de muchas personas que viven con VIH en la ciudad de México; y entre esas demandas, destacó una, imperiosa: el acceso inmediato y universal a los medicamentos antirretrovirales, única esperanza, en el momento, de una mejor calidad de vida. Con un brío memorable animó el Frente Nacional de Personas Afectadas por el VIH (FrenpaVIH), cuyas actividades reseñó mensualmente en este suplemento, al tiempo que organizaba marchas y plantones frente a hospitales, con un pasamontañas blanco (símbolo distintivo de militancia seropositiva), y con la firmeza que lo caracterizaba se erigió como interlocutor de las autoridades competentes, fustigador de las incompetentes, y negociador de habilidad sorprendente. Jorge fue miembro de la Red Global de Personas que viven con VIH, y representante de su sección latinoamericana, y también formó parte de la Comisión Nacional de Estudios Contra la Discriminación, y fundador de la organización PoSitHIVos por la salud y la diversidad. En el año 2000 fue postulado candidato para una diputación por el Partido Democracia Social.
La trayectoria de nuestro "líder histórico", como le llamábamos de cariño, fue, sin exageración, fulgurante. Al llegar a Letra S propuso colaborar en asuntos administrativos, aprovechando su formación profesional en instituciones bancarias. Sin embargo, luego de su primer estancia en un hospital para atender una enfermedad oportunista, tomó conciencia de las enormes insuficiencias en el tratamiento de los enfermos de VIH/sida, y de modo especial, de la crisis de desabasto de medicinas en el Seguro Social. Era también esa la época de la aparición en el mercado internacional de los tratamientos antirretrovirales, una opción terapéutica formidable que transformaba una enfermedad mortal en padecimiento crónico. Tomar conciencia del trato discriminatorio reservado a las personas seropositivas, no sólo en el sistema hospitalario, sino en el diseño de políticas presupuestarias y en el incesante linchamiento moral de autoridades eclesiásticas y grupos conservadores, hizo que Huerdo decidiera darle rostro y protagonismo a la seropositividad en México. Jorge en primera persona; combativo, terco e intransigente; ingenuo en sus arrebatos retóricos, dueño sin embargo de una gran lucidez como negociador político. Jorge murió el pasado 18 de julio debido a las complicaciones causadas por el sida. Su pérdida en los momentos actuales de creciente lucha por el acceso universal a los medicamentos, deja un enorme vacío de liderazgo en nuestro país, sin solución de relevo a la vista. Procurar ese liderazgo, mantener vigentes sus reivindicaciones y su ánimo combativo, es hoy una exigencia insoslayable.
Con este número, dedicado al acceso a tratamientos, tus compañeros de Letra S te rendimos homenaje, y te aseguramos que en esta lucha siempre estarás con nosotros. (Consejo Técnico de Letra S).