Develarán placa en una casa de la Roma donde vivió
Abrirán exposición con los ''bocetos vivos'' de Siqueiros
La fachada es lo único que subsiste de aquel inmueble
Matrices fotogénicas se exhibirá en Tres Picos 29,
Polanco
Gracias
a una idea de Adriana Siqueiros, este jueves a las 13 horas, una placa
alusiva será develada en la fachada de la casa porfiriana de la
calle Querétaro 150, colonia Roma, donde vivió con sus padres,
el muralista David Alfaro Siqueiros y Angélica Arenal, de 1951 a
1960, periodo de intenso trabajo mural y de caballete del artista chihuahuense.
La fachada es lo único que sobrevive de la vivienda
que dio lugar al hospital Santa Fe, que ahora ocupa toda la manzana. La
develación antecede a la apertura, el 15 de agosto, de Matrices
fotogénicas, exposición que revisa el archivo fotográfico
del pintor resguardado en la Sala de Arte Público Siqueiros (Tres
Picos 29, Polanco), otro domicilio del artista. También será
abierta la muestra Archivo estocástico, que Erik Beltrán,
Mariana Castillo y Sebastián Rodríguez montarán en
el cubo de ese recinto cultural.
La insistencia de Adriana Siqueiros en que la fachada
de su antigua casa tuviera una placa, se debió a las memorias que
guarda. Por ejemplo, allí Siqueiros dio en matrimonio a su hija
hace medio siglo, teniendo a Diego Rivera como padrino, explica Itala Schmelz.
La directora de la Sala de Arte Público fue a hablar con los responsables
del hospital, que acogieron la idea con entusiasmo. A pesar de tener la
fachada ''muy bien restaurada", habían pintado de blanco el portón
y las rejas de las ventanas. Al observar Adriana Siqueiros que el color
original era verde, ''los doctores lo cambiaron", apunta Schmelz.
En 1956 Siqueiros expuso 12 cuadros en su casa y ahora
con motivo de ese acto se presentará una selección de su
obra de un coleccionista particular -y donador de la placa- que permanecerá
durante agosto.
Acervo documental
Matrices fotogénicas es la exposición
del año de la Sala de Arte Público Siqueiros. Su acervo documental,
recuerda Schmelz, es una de las grandes riquezas del recinto, ya que suma
14 mil sólo en lo que respecta a imágenes. Si por una parte
hay fotos del artista desde que participó en la Revolución
Mexicana hasta su muerte, por lo menos la mitad del acervo se puede identificar
como ''matrices fotogénicas", o sea, lo que el muralista llamaba
''bocetos vivos". De todos es conocido el papel de la fotografía
en el proceso creativo de Siqueiros, que la usaba en vez de bocetos dibujados.
Sin embargo, no es un archivo fotográfico fácil,
dado que las imágenes, lejos de tener un ''valor único",
formaban parte de un proceso. Siqueiros sustrajo sus documentos de los
lugares más diversos: el archivo comprende desde fotografías
arrancadas de revistas hasta de fotoperiodistas como los hermanos Mayo
o Casasola, de acuerdo con el tema de su interés. Eso, anota la
entrevistada, era su material de investigación para llegar a grandes
síntesis, porque no ''copiaba" las fotografías, aunque algunas
son muy parecidas.
Luego están las sesiones fotográficas que
hacía directamente y en las que Siqueiros buscaba ciertas posturas.
Muchas de estas imágenes tienen manchas de pintura; incluso trazó
encima para resolver sus perspectivas. Si el muralista llamó ''matrices"
a esas imágenes, fue porque eran reproducibles, señala Schmelz.
También se refirió a sus murales acabados como matrices,
pues iban a ser multirreproducidos por medio no sólo de la fotografía,
sino también del cine, para ser vistos por todo mundo.