Performance de Patiño

Aguardará la limpia a personalidades de las artes plásticas

ARTURO JIMENEZ

En México los críticos se han "globalizado demasiado" y quieren que todo lo que se hace en el país en cuanto al llamado arte alternativo se parezca a lo que se realiza en el primer mundo, a sabiendas de que la historia e idiosincracia locales son muy distintas, dice Adolfo Patiño.

La noche del viernes, el artista plástico inauguró en el Ex Teresa Arte Actual su exposición Rito, materia y tiempo, primera de cuatro partes de la serie Año cinco caballo, que se presentarán de ahora y hasta febrero próximo.

En un momento dado, más o menos de las 8 y media de la noche, por el vetusto ex convento circulaban o bebían mojitos unos cien asistentes, la mayoría jóvenes, en un ambiente de instalaciones y música electrónica.

Pero quienes nunca llegaron fueron las 25 celebridades a las que Patiño, transfigurado en brujo, les practicaría una "limpia" contra los malos espíritus de la globalización en el arte, que sólo conducen a la trivialidad.

A causa de un retraso en las invitaciones por parte de las autoridades del Ex Teresa y/o del INBA, no pudieron alejar los demonios neoliberales personalidades como Teresa del Conde, Raquel Tibol, Jorge Alberto Manrique, Daniel Lezama y Alberto Castro Leñero. Pero ese performance se realizará el próximo 2 o 3 de agosto, en la clausura.

Casi a las 10 de la noche, junto a su obra Mesa de decepción, integrada por una puerta blanca colocada de manera horizontal sobre una estructura de fierro, Patiño señala:

"La premisa de esta exposición es el ready made de Marcel Duchamp. Me mueve mucho el divertimento artístico que él llevó a cabo durante toda su vida. Para mí es un gran espectro que aún sigue presente en este principio del siglo XXI. Es alguien que modificó la manera de ver y de hacer el arte."

En esa vena, dice Patiño, agrega la utilización de objetos transformados o encontrados por él tal cual, con la intención de otorgarles una "recontextualización" dentro de las salas del museo para que se lean como piezas de arte.

"Mi intención con estas piezas es el humor, desde el Atlas hasta las botellas de Coca-Cola, el icono del siglo XX. Me interesa jugar con los iconos que reconocemos ya por su valor estético al que fueron elevados por la mano de algún otro artista. En este caso se observa el deleite que me causa el pop art mediante la gran figura de Andy Warhol."

En realidad, las referencias de Patiño son a muchos momentos de la historia del arte, pero, aclara:

"Eso es sin perder el valor y el sentido de humor a la mexicana, por un lado, y por el otro, el valor de la identidad: manejar los objetos como surgen ante el factor tiempo, es decir, cómo el tiempo los pule o los degrada. Me interesan los objetos que almacenan un ánima temporal".