Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Jueves 25 de julio de 2002
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Política

Sergio Zermeño

Atenco

Lo que llevó a los habitantes de la capital a pronunciarse en un 85 por ciento en favor de los ejidatarios de Atenco y en contra del mecanismo expropiatorio para la construcción del aeropuerto, fue el despojo y la corrupción a la luz del día. Todo aparecía como si el grupo Fox, el gabinete, el gobierno del estado de México y sus amigos, pagando a siete pesos la tierra, la recolocarían por cantidades millonarias; tierras que, gracias a nuestros impuestos, pronto serían convertidas en pistas, edificios, carreteras, hoteles, estacionamientos, megaplazas comerciales... El rey apareció desnudo, el Estado mostraba descaradamente su preferencia por el capital y pocos creyeron en la farsa jurídica de una expropiación por utilidad pública para la modernización.

El escenario contrastaba con la declaración de Fox de orientar todos sus esfuerzos para ganar las elecciones de 2003. Vino entonces el primer embate: tocó a Santiago Creel la horrenda tarea de dividir a la comunidad, de hacer aparecer el Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra como radical e intransigente, y a otros grupos como racionales y negociadores, y enfrentar a ambos, pero no cuajó. El paso siguiente ha sido brutal: medio millón de pesos por hectárea y a ver quién resiste el cañonazo. Esto sí va a causar la división y quizá el enfrentamiento. Dos mil 700 millones de pesos, que no sabemos en cuántos pagos se darán, pero que vienen del erario, po-drían dejar libre el terreno para los negocios y, si todo sale bien, jugar como primer acto de campaña. Sin embargo, pueblos del sur del Distrito Federal siguen reclamando pagos por la expropiación, en 1970, para el Colegio Militar.

Pero no hay que perder de vista que el episodio, esta vez de plano descarado, se inscribe en una cadena de saqueos sin ley y sin contrapeso: el poblado de Tepoztlán, en Morelos, ilustra de manera nítida el despojo de territorios y de recursos naturales a las comunidades bajo el disfraz de moda: clubes de golf rodeados de inmensos proyectos urbanísticos y turísticos (al oponerse los pobladores a este destino y organizarse, recibieron como respuesta un listado de órdenes de aprehensión). Otro ejemplo: el proyecto trasatlántico atravesando el istmo de Tehuantepec, en competencia con el Canal de Panamá, con su alucinante técnica de fletes interocéanicos y su macrorregión maquiladora (punta de lanza del Plan Puebla-Panamá), se confronta con la poderosa identidad de juchitecos-zapotecos que se oponen a ser convertidos en masa de estibadores y ensambladores. Unos ejemplos más: los municipios autónomos de Chiapas, que si bien no todos gravitan en los circuitos económicos mundiales, de todos modos hay que desmantelarlos, porque cualquier autodeterminación es un mal ejemplo; enormes regiones de Veracruz y Tabasco, que no quieren convertirse en páramos sembrados con esos ecológicamente devastadores eucaliptos, sólo para favorecer a las grandes empresas papeleras y, en fin, tantas regiones forestales del país que se han convertido en espacios de saqueo, confrontación y muerte.

ƑQué sucede en la época actual y con particular severidad en las sociedades dependientes, altamente desiguales e históricamente autoritarias (comenzamos a ser el gran ejemplo)? ƑPor qué en estos casos se vuelve groseramente nítido el maridaje entre la sofisticada técnica de los medios masivos de comunicación, los sistemas de gobierno y sus clientelas consentidas, los aparatos de coerción policiacos, militares y paramilitares, los grandes capitales nacionales y trasnacionales y los gobiernos de las naciones más desarrolladas y poderosas del orbe? ƑQué sucede que a partir de ese espectro, de esa concentración de poder, se ha establecido una guerra contra las comunidades, los municipios, lo local y lo regional de manera que estos últimos niveles (cuando aún sobreviven) son despojados de cualquier fuerza, de cualquier autonomía para regir y orientar su vida colectiva?

Poderosísimas fuerzas invaden las comunidades, las desarticulan y las expulsan; luego ésos, "los de afuera", desorganizados, saqueados, empobrecidos y degradados, empujados a su autodefensa en tribus y bandas, invaden a los de adentro (clases medias, medias altas, altas y en buena parte también a los propios sectores populares que son blanco cotidiano del robo y la violencia).

En todo el proceso la sociedad es víctima mientras se refuerzan las poderosas mafias sin contrapeso del capital, de la política, del narco, en el saqueo de sociedades completas; el capitalismo, la modernización enloquecida, termina yendo en contra de los postulados de la modernidad; no recompone a la sociedad en un nuevo orden, sino que la desequilibra, rompe los balances, los ritmos, los estancos de lo humano, de lo social, de la naturaleza, sin ofrecer ni buscar un nuevo orden. Nunca se ha hablado de Atenco como sociedad, se habla del suelo, del negocio, de siete, 25 o 50 pesos, šque se maten entre ellos! ƑNo quieren 50 pesos?, los medios los mostrarán soberbios, pero esa batalla la ganan los dominantes.

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