CRONICAS TEXANAS
Serán mayoría en 25 años; predominan en 6 de las 10
ciudades más grandes del estado
Los latinos cambian el rostro de Texas
El alto número de ellos no garantiza un liderazgo político
local más progresista
JIM CASON Y DAVID BROOKS ENVIADOS
San Antonio, Texas. En una generación la
mayoría de la población de Texas será latina, y ese
simple hecho ha cambiado la manera en que se puede definir al estado. En
la actualidad el porcentaje de población texana que habla español
es mayor que el de California, los latinos ya representan un tercio de
la población y dos candidatos a la gubernatura hicieron historia
aquí al realizar el primer debate mayor televisado totalmente en
ese idioma.
"Dentro de los próximos 25 años, Texas será
sólo un tercio anglo", explicó el analista político
Andy Hernández. "Eso significa que un bebé que nazca hoy,
cuando llegue a la universidad, se encontrará con un estado en el
que más de dos tercios de la población será latina
y negra".
Los latinos, en particular los mexicanos, representan
el factor de cambio más importante en este estado, con un impacto
visible en su dinámica política, social, económica
y cultural. Juntos, mexicano-estadunidenses y mexicanos ya constituyen
una cuarta parte de la población. Hernández, experto en tendencias
políticas latinas a escala nacional y estatal, calcula que la población
combinada de latinos y afroamericanos en Texas ya supera 50 por ciento
del total (en el censo federal de 2000 estos sectores conformaban 48 por
ciento de la población, y continúan creciendo).
Seis de las 10 ciudades más grandes del estado
son de mayoría latina, y ningún candidato a un puesto estatal
puede ignorar o evitar el hecho de que el futuro de Texas está cada
día más en manos de la comunidad latina.
Por esta misma demografía, no es sorprendente que
Tony Sánchez, multimillonario de Laredo, sea el candidato demócrata
que tratará de derrotar al gobernador republicano, Rick Perry, en
las elecciones de noviembre. Según la Asociación Nacional
de Funcionarios Latinos Electos (NALEO), hay cerca de 2 mil latinos en
puestos de elección en este estado.
Pero los expertos y las encuestas indican que Sánchez
perderá ante el actual gobernador, particularmente en un estado
donde las tendencias electorales se inclinan hacia los republicanos.
Otros señalan que las encuestas no están
registrando una realidad potencial, que Sánchez y el candidato demócrata
negro al Senado federal, Ron Kirk, generaron tanto entusiasmo en las elecciones
primarias de marzo, que la tasa de participación entre latinos y
negros marcó un nivel sin precedente. "Si logran generar una participación
récord de los votantes en esas dos comunidades, Sánchez y
Kirk podrían ganar en noviembre", dijo un analista político
a La Jornada.
Pero aun si Sánchez no logra triunfar en noviembre,
Hernández cree que esa elección podría ser la "última
jugada" del viejo aparato político anglo en Texas. "Para la próxima
elección, éste será un estado completamente diferente
al que vivimos ahora", agregó.
Claro, los analistas han pronosticado la llegada de una
nueva era política a Texas, encabezada por una mayoría latina
en el futuro cercano, desde la elección de Henry Cisneros como alcalde
de San Antonio, en los años 80.
Pero por el momento aún parece difícil la
traducción de los números demográficos en poder político
para los latinos, y más arduo suponer, juzgando por la coyuntura
actual, que esto necesariamente generará un cambio progresista en
Texas.
"Contamos con un número enorme de latinos, pero
muchos no están empadronados y una gran cantidad no acude a las
urnas", explicó la asesora política Laura Barberena Medrano,
quien integró el equipo de campaña del candidato presidencial
demócrata Al Gore. Aunque los latinos representan por lo menos 32
por ciento de la población texana, señala, constituyen menos
de una cuarta parte del padrón.
Antonio González y Ricardo Castanon, del Southwest
Voter Registration and Education Project, expresaron que se debe recordar
que a pesar del gran crecimiento de este sector "no todos los latinos somos
ciudadanos", y que sigue habiendo maniobras políticas que pretenden
marginar políticamente a los latinos.
Añaden que la lucha por la representación
política de los latinos tiene sus raíces en los años
60, y el avance ha sido en materia de educación para promover la
participación de los latinos y convencerlos de que "su voto es su
voz".
En entrevista con La Jornada, señalaron
que el censo demuestra lo que los latinos ya sabían: "el futuro
es ahora". Sin embargo, "de los más de 12 millones de empadronados
en Texas, tenemos unos 2 millones de latinos registrados para votar". Pero
la lucha latina, según Castanon, se ha convertido de "una política
de protesta en una de logros".
Al mismo tiempo, permanece la interrogante de si la elección
de más latinos necesariamente resulta en un liderazgo político
estatal más progresista. Aunque en los años 80 Cisneros fue
elegido por una amplia coalición progresista en San Antonio, muchos
ya no consideran que lo sea, y el actual aspirante demócrata a la
gubernatura, Sánchez, tal vez sea más conservador en algunas
de sus posiciones que su contrincante republicano.
Por cierto, un veterano de la lucha por los derechos políticos
y civiles latinos aquí preguntó recientemente: "¿Para
esto luchamos por más de 30 años? ¿Para contar con
un candidato latino blanco y de ojos azules que resulta ser banquero, multimillonario
y hasta más conservador que el anglo?"
Aunque San Antonio ha sido gobernada por latinos durante
muchos años, no está entre las ciudades más progresistas
del país. Este año el concilio de la ciudad derrotó
una propuesta para establecer una norma de "salario digno", varios dólares
encima del mínimo oficial.
De hecho, el incremento exponencial de los latinos en
este estado durante la pasada década ha sido acompañado por
otro fenómeno, el creciente poder del Partido Republicano. Hace
40 años no había sido electo un solo político republicano
en un puesto importante en Texas; hoy los dos senadores federales y la
mitad de los representantes texanos en Washington son republicanos. El
Senado estatal está bajo control del mismo partido, y muchos pronostican
que en la Cámara de Diputados estatal también tendrá
mayoría después de las próximas elecciones de noviembre.
Además, los propios republicanos entienden que
el futuro aquí pasa por el mundo latino, y nadie mejor que el actual
presidente George W. Bush lo sabe.
El mandatario logró captar un amplio segmento del
voto latino en su elección a la gubernatura y a la presidencia.
También son cada día más latinos los que se han sumado
al bando republicano. Por ejemplo, Tony Garza es el poderoso comisionado
de Ferrocarriles de Texas (puesto que controla tierras estatales y asuntos
de petróleo) y Bush lo designó su próximo embajador
en México.
Al mismo tiempo, en este estado -en Crystal City- nació
el gran movimiento de derechos civiles latinos La Raza Unida, y es donde
organizaciones comunitarias y sociales con perfil nacional, como Industrial
Areas Foundation, encabezada por Ernie Cortez, y Southwest Voters Registration
and Education Project, siguen alimentando un cambio político.
Esa larga lucha ha rendido resultados, algunos dulces
y otros amargos. Pero nuevas generaciones latinas están por florecer
en Texas, y tanto aquí como a escala nacional muchos están
más que interesados en conocer el tipo de flor que ofrecerá
este estado, ya que será un primer vistazo a parte del futuro de
Estados Unidos.