En la ONU, concentrado el poder en manos de los países más ricos, afirma
El desarrollo humano, en peligro por el estancamiento del proceso democrático: PNUD
Noruega encabeza el IDH en el mundo; Argentina, adelante de México en Latinoamérica
AFP
Nueva York, 23 de julio. La desaceleración del proceso de democratización que se observa en el mundo compromete el desarrollo hu-mano, afirma el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) en su informe anual de 2002.
El documento, titulado Profundizar la de-mocracia en un mundo fragmentado, llama a reforzar las prácticas democráticas en los organismos internacionales, incluida Naciones Unidas, donde "el poder está concentrado en manos de los países más ricos".
El administrador del PNUD, Mark Ma-lloch Brown, afirmó, al comentar el informe de unas 300 páginas, que es posible debatir sobre las políticas y las prácticas más adecuadas para asegurar el crecimiento económico de manera legítima.
"Las democracias no son peores que otras formas de gobierno a la hora de optimizar resultados y son mucho más eficientes para responder a las necesidades urgentes en lo social -sostuvo-. La participación democrática no es un medio para alcanzar el desarrollo, sino el objetivo esencial".
Este informe indica que sólo 82 de más de 190 países son democracias propiamente dichas, donde se garantizan los derechos hu-manos, la libertad de prensa y se cuenta con un sistema judicial independiente.
El documento destaca que de los cerca de 80 países que optaron por el sistema democrático a finales del siglo XX, solamente 47 se convirtieron en verdaderas democracias. Varias democracias, como Pakistán, volvieron a un régimen militar y otras, como Zimbabue, derivaron en "seudodemocracias".
Desde 1989 los militares intervinieron en distintos niveles de la vida política en 13 estados de Africa negra, región de la que forman parte los 24 países que ocupan los últimos lugares en el índice de desarrollo humano, que tiene en cuenta esperanza de vida, ingreso anual por habitante y nivel de educación.
Los pueblos de varios países de América Latina y de ex repúblicas soviéticas, que co-nocieron la convivencia democrática, apoyan ahora a regímenes autoritarios o el surgimiento de un hombre fuerte.
"La realidad es que en muchos casos no se trata de verdaderas democracias y no colman las expectativas de la población -explica Malloch Brown-. Organizar elecciones constituye un punto de partida para una democracia y no un objetivo".
El informe señala también "la falta de de-mocracia existente en los organismos internacionales", que resulta intolerable, ya que el Fondo Monetario Internacional, la Organización Mundial de Comercio o el Grupo de los Ocho toman decisiones determinantes en la vida de millones personas, quienes las aceptan cada vez menos.
Al hacer hincapié en el peso de los países ricos -por estatuto o por mero poder económico-, el informe solicita "esfuerzos para aumentar la representación de los países en vía de desarrollo".
Sugiere también la supresión del derecho de veto de los cinco "grandes" (Estados Unidos, Rusia, China, Francia, Gran Bretaña) en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas y la modificación de los mecanismos de elección de los dirigentes del Fondo Monetario Internacional o del Banco Mundial.
Noruega sigue este año a la cabeza de 173 países del mundo en el Indice de Desarrollo Humano (IDH), y el último puesto le corresponde a Sierra Leona, mientras que en América Latina los mejor posicionados son Argentina, Chile y Uruguay, y los peor ubicados son Guatemala, Nicaragua y Haití.
El IDH, elaborado a partir de 1990, tiene en cuenta el ingreso per cápita, la esperanza de vida y el nivel de educación, y fue divulgado el miércoles en Nueva York.
Noruega, que avanzó seis lugares desde 1990, precede a Suecia, Canadá, Bélgica y Australia, número dos en 2000. Estados Unidos, en el sexto lugar, y Francia, en el duodécimo, cayeron cuatro lugares en los últimos 12 años. Japón, noveno, perdió cinco, y Suiza, en el undécimo, perdió seis.
Todos los países de la Unión Europea figuran en los 28 primeros lugares. Portugal es el último, cuatro lugares después de Grecia.
En Latinoamérica el primero de la lista es Argentina (34), seguido de Chile (38), que avanzó 10 puestos. Uruguay ocupa el lugar 40, seguido de Costa Rica (43), México (54), Cuba (55), Panamá (57), Colombia (68), Venezuela (69), Brasil (73), Perú (82), Paraguay (90), Ecuador (94) y Dominicana (94).
Panamá fue el que más avanzó después de Chile, con ocho espacios, igual que Brasil. Los países americanos que más retrocedieron fueron Bahamas, 41 (-8), y Paraguay (-6).
Los últimos países latinoamericanos del IDH son El Salvador (104), Bolivia (114), Honduras (116), Nicaragua (118), Guatemala, (120) y Haití (146).
En Asia, Hong Kong ocupa el puesto 23, antes de Singapur (25) y Corea del Sur (27), países todos que ganaron 10 lugares. Los peor ubicados son Nepal (142) y Laos (143).
Fue precisamente en Asia donde se registraron los mayores progresos: desde 1990 China (96 en 2002) y Malasia (59) ganaron 14 lugares, y Tailandia (70) 10.
Los 24 últimos de la lista son todos de Africa subsahariana, que son, junto con países de Europa central y oriental, los únicos en los que ese índice es más bajo que en 1990. Rusia y Ucrania perdieron 20 lugares y Moldavia 30, aunque la caída más significativa -33 lugares- la experimentó Tadjikistán.
Más de 60 países de diferentes continentes, aunque ninguno de Europa occidental, tienen un ingreso per cápita inferior al que tenían en 1990 (Rusia, Kenia y Rumania entre otros) y 26 (entre ellos 13 países africanos) registran un ingreso inferior al de 1980.