Representó una inversión ociosa de casi $98 millones
''Rotundo fracaso'', el programa del GDF para rescatar el cine nacional
LAURA GOMEZ FLORES
El programa Rescate del Cine Nacional promovido por el gobierno capitalino durante el año 2000 no solo representó una inversión ociosa de 97 millones 992 mil pesos en la adquisición de los cines Bella Epoca, Futurama y París para promover la industria cinematográfica, sino que se hizo al margen de la normatividad establecida.
Por ello, la Contaduría Mayor de Hacienda de la Asamblea Legislativa recomendó a la contraloría interna del Fondo de Desarrollo Económico determinar las acciones legales que correspondan en contra de los servidores públicos involucrados en las irregularidades detectadas, como sería su entonces titular Moisés Rivera, quien "carecía de facultades para celebrar el contrato de compra-venta o formalizar las escrituras públicas".
Actualmente las salas permanecen cerradas en espera de que la delegación Gustavo A. Madero construya un espacio cultural-artístico en el cine Futurama; se formalice la asignación del cine París a la Secretaría de Cultura y se firme un convenio para la creación de un espacio para la exhibición de películas mexicanas entre Fondeco y la Sociedad Cinematográfica en el cine Bella Epoca.
La Contaduría Mayor de Hacienda mencionó que, de acuerdo con los resultados de la auditoría del año 2000 a esa entidad, se determinó que pese a la justificación presentada por Fondeco a la Secretaría de Finanzas para la creación de un fideicomiso encargado de la adquisición de cuatro cines propiedad de la Tesorería de la Federación -incluido el Pecime-, se procedió a su adquisición directa.
La operación careció de un estudio de factibilidad y planeación que presentara como punto de partida el origen, la justificación y la viabilidad del programa, pese al monto del capital erogado: 97 millones 992 mil pesos, que incluye, además de la adquisición original de los cines (83 millones 405 mil 900), diversos gastos realizados en esos inmuebles (14 millones 586 mil pesos), sin que los cines estuvieran en operación.
Ello, a pesar de que se cambiaron los fines del fideicomiso ante notario público el año pasado, para que pudiera administrarlos y reducir los gastos de pago de impuestos atrasados y vigentes, debido a que no se solicitó al órgano liquidador de la Federación (Fideliq) la documentación que comprobara que no tenía adeudos sobre los inmuebles enajenados.
Así, la compra de cines no sólo representó un rotundo fracaso para el erario, sino la constante erogación de recursos para cubrir los adeudos que presentaba, como la adquisición de inmuebles por más de tres millones de pesos; predial y agua por 750 mil pesos; y otros impuestos y derechos por más de 400 mil pesos, y la imposibilidad de cobrar las rentas de los locales comerciales que poseen los cines.
Ante esta problemática, el órgano fiscalizador recomienda a las actuales autoridades de Fondeco ejercer las acciones de cobro al Fideliq de la parte proporcional de los importantes de los locales comerciales, así como la formalización de la cesión de derechos litigiosos; y emprender las acciones para contar con el avalúo y definir las rentas de los bienes muebles e inmuebles en su poder.