Se cumplieron 150 años del natalicio de ambos artistas
Abrirán exposición sobre Posada y Vanegas
Arroyo
Obras del grabador y el impresor, en la embajada de Cuba
MERRY MAC MASTERS
José
Guadalupe Posada no sólo trabajó con Antonio Vanegas Arroyo,
sino que comparte el mismo año de nacimiento. De modo que si este
2000 se celebran los 150 años del nacimiento del grabador hidrocálido,
cumplidos el 2 de febrero, no se debe soslayar el siglo y medio del impresor
poblano, festejado el pasado 14 de junio.
La relación de la familia Vanegas con Cuba se remonta
a finales del siglo XIX, cuando aquella imprenta, instalada en la ciudad
de México, era frecuentada por periodistas, músicos, grabadores
y literatos, entre ellos, un joven poeta cubano que se impuso en la memoria
de aquel grupo con su fuerte personalidad y que hasta puso la letra de
algunos versos y canciones impresas en las hojas volantes: José
Martí.
En la vieja máquina Kelly de impresión plana
que conoció Martí en los talleres de Antonio Vanegas Arroyo,
en la calle La Perpetua de la ciudad de México, el nieto de aquel
impresor, Arsacio Vanegas Arroyo fue el primer mexicano en vincularse de
manera decisiva con la Revolución Cubana.
No es de extrañarse, entonces, que la exposición
Antonio
Vanegas Arroyo y José Guadalupe Posada sea inaugurada, en saludo
al 49 aniversario del Movimiento 26 de Julio, el jueves 18 a las 19 horas
en el salón Granma de la Embajada de Cuba, Presidente Masaryk 554
(Polanco).
De acuerdo con información proporcionada por la
familia Cedeño Vanegas, don Antonio, quien más tarde había
de ser ''el folclorista más popular de México", nació
en la capital de Puebla, en la casa número 8, de la calle de Pitimini.
En aquel entonces su padre estaba encargado de la imprenta del hospital
del estado. En 1867, José María Vanegas, en compañía
de su familia, emigró a la ciudad de México y estableció
un taller de encuadernación. Emprendedor como siempre, compró
una prensa de madera de las llamadas Frasqueta, algunos tipos, y en 1880
abrió sus puertas al público lo que sería la célebre
imprenta de Antonio Vanegas Arroyo.
Por su parte, Arsacio Vanegas conoció a Fidel Castro
una tarde de julio de 1955, en el apartamento de Emparán 49. Salieron
a caminar por avenida Juárez y después de dos horas de plática,
el profesional de la lucha libre, Kid Vanegas, había comprometido
su palabra con el movimiento cubano. Imprimiría los primeros manifiestos
que Fidel Castro escribió desde el exilio y preparó físicamente
a los revolucionarios.