Ambas ONG editaron el libro titulado Ahora apuestan al cansancio
En Chiapas hay una guerra integral o de desgaste, sostienen Acción Comunitaria y el Centro Pro
Mediante pequeños operativos van asfixiando al ''enemigo'', sostienen los autores
VICTOR BALLINAS
Con la recopilación, análisis y reflexión de los testimonios de población indígena a la que constantemente le son violados sus derechos humanos, el Grupo de Acción Comunitaria y el Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro Juárez editaron el libro Ahora apuestan al cansancio, en el que ambas organizaciones no gubernamentales sostienen que en Chiapas hay una ''guerra integral'' o ''de desgaste''.
Explican los autores Paul Pérez Sales, Cecilia Santiago Vera y Rafael Alvarez Díaz, que en Chiapas no se puede aplicar el término guerra de baja intensidad o sicológica, lo correcto es nombrarla ''de desgaste o integral'', porque no busca una confrontación directa que resuelva el problema, con el riesgo consiguiente de un alto número de bajas propias.
La ''guerra de desgaste'', abundan, se concibe como la sucesión de pequeños operativos que van asfixiando al enemigo en los terrenos político, económico y militar, evitando en lo posible acciones espectaculares que motiven la atención de los medios. ''En medio de decenas de conflictos abiertos en el mundo pasa relativamente desapercibido.''
En conferencia de prensa, los autores del libro explicaron que a partir de los testimonios y la documentación recogida, en la primera parte del texto se configura el esquema de la ''guerra de desgaste'', que consiste en cinco áreas: ''acciones militares y paramilitares, acciones económicas, control de la información, actividades de inteligencia e iniciativas legislativas, políticas y del Poder Judicial''.
Manuales de entrenamiento
Presentan el organigrama de la aplicación práctica de la ''guerra de desgaste'' en Chiapas, y subrayan que el origen de esa táctica es de la Escuela de las Américas. Así, detallan que con la desclasificación de informes del Pentágono, el 20 de septiembre de 1996, por la presión de los grupos de derechos humanos y bajo la Freedom of Information Act, se dieron a conocer siete manuales de entrenamiento militar que fueron usados entre 1987 y 1991 para cursos de inteligencia militar en América Latina y en la Escuela de las Américas.
Transcriben algunos párrafos de esa información desclasificada:
''El agente de contrainteligencia debe saber aprovechar los programas de ayuda gubernamental a través de los que se suministra a la población comida, ropa, atención en salud o vivienda. Dado que éstos son programas que identifican de modo positivo al gobierno, es posible persuadir a los individuos que se han beneficiado de ellos de colaborar en la búsqueda de más personas que estén dispuestas a colaborar con el gobierno. (Handling of Sources, p. 34).
''Los maestros, médicos, trabajadores sociales y sacerdotes del área pueden dar también mucha información al agente de contrainteligencia. Estos individuos suelen tener una relación cercana con la población y su confianza. Suelen tener diferentes registros o archivos que también puede ser fuente útil de información (ibid, p.35).
''Edad: los niños son muy observadores y pueden dar información precisa respecto a cosas que han visto u oído si son interrogados de un modo adecuado (ibid, p. 26).
''Manejo del detenido: El sujeto deberá ser llevado al recinto esposado y con los ojos vendados, y deberá permanecer así durante todo el proceso. En caso de movimiento o traslado, lo será siempre de la misma forma. Se debe mantener un aislamiento total hasta la primera sesión de interrogatorio. Tras ésta se ajustarán las condiciones, según sea el caso. Se debe convencer al sujeto de que ha sido traicionado por sus camaradas. Durante toda la detención la persona debe estar convencida de que su interrogador controla su destino último, y que es necesaria su colaboración para conservar su vida (Human Resource Exploration Training Manual p. F1-F3)".
Paul Pérez Sales dijo que el libro, con los testimonios de indígenas que han sufrido violaciones a sus derechos, se empezó hace cuatro años, cuando hubo la idea de crear un tribunal internacional. El proyecto, dijo, fue ideado por José Saramago pero, cuando ya iba a la mitad el libro, se canceló la idea del tribunal, no obstante lo cual el libro se continuó.
Este libro, que ayer fue dado a conocer en el Centro Pro, será presentado también en Ciudad Universitaria y se negocia una publicación en España para que sea distribuido en otros países desde ahí.