Se quejan sindicalizados por la pérdida de prestaciones
Inconformidad con Medel impulsa a opositores del SUTGDF
Hay vacío de poder desde la salida de Alfonso Rojo, dicen
ELIA BALTAZAR
La batalla dentro y fuera del sindicato único del Gobierno del Distrito Federal continúa. Y así lo advierte la reunión que hoy por la tarde sostendrá Carlos González Merino, uno de los principales opositores de la dirigencia que encabeza José Medel, con el diputado local panista, Federico Doring, según fuentes de esta organización gremial.
Frente a los cuestionamientos que enfrenta Medel como líder del SUTGDF, otros comienzan a hacer su labor para ubicarse al frente de los trabajadores capitalinos. Y ese es el caso de González Merino, ante el vacío de poder que persiste desde la salida de Alfonso Rojo y las muy cuestionadas elecciones que se llevaron a cabo el año pasado dentro de esta organización gremial.
Así lo advierten trabajadores de diversas secciones del sindicato, muy cercanos a la directiva, quienes perciben la inconformidad de la base ante los resultados de las negociaciones que actualmente mantiene el gremio con las autoridades capitalinas.
La solicitud de anonimato para ofrecer información persiste entre los consultados, quienes advierten sobre la intención de la actual administración capitalina para modificar sus condiciones generales de trabajo, las que pactaron con el gobierno de Oscar Espinosa Villarreal, antes de que dejara la regencia capitalina, en 1997, para que los acuerdos entraran en vigor en 1998, ya en la administración de Cuauhtémoc Cárdenas.
Desde entonces, muchas son las "prestaciones" y derechos que han ido perdiendo los líderes sindicales. En principio, por ejemplo, el número de comisionados con que contaba, es decir, trabajadores que por desempeñar alguna responsabilidad dentro del sindicato contaban con permiso indefinido de licencia. Es decir, cobrar sin trabajar.
En 1997, por ejemplo, el SUTGDF contaba con mil 700 comisionados, sólo en su comité general, sin contar aquellos que representaban a las 39 secciones. Actualmente este número apenas suma 900. El actual líder del gremio ha sido de los más beneficiados con el estatus de comisionado, pues hace 14 años que no tiene necesidad de trabajar para recibir su salario, dada su muy activa vida sindical.
Los trabajadores entrevistados también advierten su inconformidad por la pérdida de horas extras, pues desde 1997 a la fecha el pago de tiempo extra se ha reducido entre 30 y 40 por ciento, con respecto de lo que obtenían con Espinosa Villarreal. Y es que gracias al tiempo extra -por lo regular no trabajado- un empleado con un sueldo de mil 80 pesos, que es el más bajo, podía obtener hasta 3 mil pesos más por esta "prestación".
Otro de los puntos de inconformidad ha sido el retiro del apoyo económico para realizar sus celebraciones. Sin embargo, las arcas del SUTGDF no parecerían necesitar de esta ayuda si se toma en cuenta que la directiva recibe cada mes 3 millones de pesos por concepto de cuotas de sus 110 mil agremiados.
Sus finanzas, sin embargo, no satisfacen las expectativas de los 39 líderes con que cuenta el sindicato para cubrir los costos de las celebraciones de fin de año y aniversarios de cada una de las secciones en que se divide y que cuestan, en promedio, 500 mil pesos, según cálculos de las autoridades.
De allí surge la inconformidad de los dirigentes, que incluyen entre los puntos que actualmente negocia con las autoridades capitalinas "un apoyo para sus festejos", pues así lo dictaban los usos y costumbres del pasado, que permanecieron incluso durante el gobierno de Cuauhtémoc Cárdenas, quien aceptó cubrir los costos del festejo de fin de año del sindicato.
En las relaciones laborales que enfrenta el gobierno capitalino con sus trabajadores, muchas son las herencias de la administración priísta. Entre ellas también se cuenta el acuerdo de descentralización que firmó Espinosa Villarreal, apenas un día antes de que se efectuaran las elecciones en el DF y en las cuales resultó vencedor Cárdenas.
Este acuerdo dejó divididos a los trabajadores del sector salud y del DIF-DF, pues la mitad de los empleados, en cada caso, se rige por las condiciones laborales que negocian cada año con la Secretaría de Hacienda y Crédito Público y en las cuales no tiene ni voz ni voto el gobierno local.