Prudencia, pidió Sven-Goran Eriksson
Un muerto y 10 detenidos, saldo del triunfo inglés
AGENCIAS
Sapporo,
8 de junio. Pese al pedido de prudencia del entrenador Sven-Goran Eriksson,
el triunfo ante Argentina desató la euforia de los hinchas ingleses,
que salieron a las calles a festejar dejando un saldo de un muerto y al
menos diez detenidos en Inglaterra.
El equipo ve ahora mucho más cercana la posibilidad
de ganar su segundo título mundial, pero el estratega consideró
que "sería estúpido y peligroso pensar que ya estamos en
octavos de final'', tras el entrenamiento en el Tsuna Soccer Park, en la
prefectura de Hyodo, donde trascendió que el volante del Bayern
Munich, Owen Hargreaves, está tocado y no podrá jugar
el próximo miércoles contra Nigeria.
La prudencia de Eriksson suena exagerada para los hinchas
y buena parte de la prensa inglesa. "¡Qué dulce venganza!'',
tituló el Daily Mail. La mano de Dios quedó relegada
al pasado cuando Beckham disparó'', cabeceó The Guardian.
Mientras la FIFA y el comité organizador se mostraron
satisfechos con el ambiente festivo que se vivió en el país
coanfitrión, y donde la que el portavoz del máximo organismo,
Keith Cooper, señaló que "esta es la prueba de que el futbol
está bajo control'', en Inglaterra estallaron los primeros incidentes
en los bares, donde grupos de pandillas de borrachos se liaron a golpes
y un adolescente de 18 años murió apuñalado.
En los poblados de Hull y Grimsby, en el noroeste, por
lo menos ocho personas fueron detenidas. En Londres, el ex jugador de la
selección, Paul Gascoigne, borracho y descamisado subió a
una de las estatuas de Trafalgar Square. La multitud, al verlo, quería
tocarlo, y enseguida alguien le dio un balón y se improvisó
una reconstrucción del partido. La policía no hizo nada.