Cada vez más "seguridad" y menos política
Tras los atentados del 11 de septiembre, la "guerra contra el terrorismo" que domina el discurso de George W. Bush ha vuelto habituales los anuncios de "nuevas" medidas para facilitar esta lucha.
Desde los ataques se incrementaron los presupuestos destinados a la "seguridad interna" al tiempo que crecían las facultades de los organismos de seguridad. Una de las primeras reacciones del go-bierno estadunidense fue la creación de la Agencia de Seguridad Nacional, nacida con amplias facultades y financiamiento, cuando la población se preguntaba cómo pudo ocurrir un ataque terrorista de esa magnitud en un país que destina miles de millones de dólares en servicios de inteligencia.
El 24 de octubre pasado la Cámara de Representantes aprobó un paquete de medidas para aumentar las facultades de los organismos de seguridad, y un presupuesto por 100 mil millones de dólares.
Ese mismo mes, Estados Unidos, junto con aliados de la OTAN, lanzó su ofensiva militar en Afganistán, que si bien logró el derrocamiento del régimen talibán, no consiguió la captura de Osama Bin Laden, señalado como responsable de los atentados contra las Torres Gemelas y el Pentágono. Hasta la fecha continúan las acciones aliadas en Afganistán.
En noviembre la Dirección de Seguridad Interna anunció nuevos cánones de seguridad aérea, al tiempo que se reforzaron las fronteras y los controles migratorios; fueron detenidos e interrogados cientos de residentes de origen árabe.
En abril pasado, el Pentágono anunció una reorganización de sus fuerzas en el país y la creación de un Comando del Norte, que definirá las actividades militares estadunidenses en el país y las relaciones castrenses con México y Canadá. Con esto se creó una estructura militar que incluía en una región a los vecinos de Estados Unidos y que protegía al país de amenazas internas.
Tras las revelaciones de que las agencias estatales tenían indicios de que Al Qaeda intentaría atentados antiestadunidenses secuestrando aviones comerciales, el gobierno de Bush anunció una reforma interna de la FBI que, lejos de sancionar al organismo, le otorga mayores recursos y nuevas obligaciones.
La CIA creó ya una fuerza paramilitar secreta encargada de perseguir las redes terroristas, que ya dispone de unidades en operaciones encubiertas y que depende del comando del centro antiterrorismo de la CIA, con número indeterminado de agentes.
Después de todo esto, la creación de un Departamento de Seguridad Interior era el siguiente paso lógico. DE LA REDACCION