La invención de culpables de Murat mueve al gobierno municipal a pedir acción federal
Teojomulquenses admiten disensos con sus vecinos, pero se deslindan de la matanza de Xochiltepec
Señalan que son cuatro, no dos los menores de edad detenidos el sábado
ALONSO URRUTIA Y VICTOR RUIZ ARRAZOLA ENVIADO Y CORRESPONSAL
Santo Domingo Teojomulco, Oax., 6 de junio. Señalado como el lugar donde se planeó la matanza de Agua Fría, esta comunidad no oculta sus rencillas con Santiago Xochiltepec. Hay problemas añejos y serios; ha habido muertos, como con otros pueblos, pero esta vez, aseguran, no fueron ellos.
Laurencio Gutiérrez, representante del pueblo ante la fracasada comisión creada por el gobierno estatal para distender la zona de conflicto, da conocer la resolución del cabildo: "El hecho de que Teojomulco o cualquier otra comunidad tenga un conflicto agrario no es una regla para determinar culpabilidades sumarias".
Para este pueblo, las aprehensiones del sábado pasado sólo fueron una "desesperada" respuesta del gobernador José Murat "para evadir su responsabilidad, para lavar su imagen". Murat sabía que en la región hay problemas serios, "tan lo sabía que el día que tomó posesión aquí nos asesinaron a ocho los de San Lorenzo, y es la hora que no hay justicia". Por ello, califican de "absurda" la versión del gobierno del estado de que los muertos de Xochiltepec son producto del permiso para la explotación forestal a Zaniza.
El saldo de las disputas entre Santo Domingo Teojomulco, San Lorenzo Texmelucan y Santiago Textitlán es elocuente: desde 1941 -cuando se dice, comenzaron los conflictos- ha habido más de 400 muertos, según el Centro de Derechos Humanos Bartolomé Carrasco.
De las cifras, como de los temores de que continúen las muertes, fue informado Murat hace un año, cuando le urgieron a dar respuesta ante más amenazas de violencia. Hubo silencio para la organización y para los pueblos.
En una misiva, el centro expresaba a Murat: "Es una pena que los vecinos de estas comunidades hasta ahora no reflexionen que la vida tiene un valor tan importante como la tierra; desde nuestra experiencia como acompañantes del proceso conciliatorio, nos podemos percatar de que no hay solución jurídica posible sin haber de por medio plena disposición al diálogo, lo cual por el momento no se ha dado".
Casi un año después, con la matanza de Xochiltepec, se consumó una de las mayores matanzas en la región.
Conflicto limítrofe
Aunque la miseria permea Teojomulco y alrededores, no hay tanta como en Xochiltepec. Unica comunidad mestiza en esta zona indígena, Teojomulco pelea con casi todos sus vecinos, pero su mayor encono es con San Lorenzo Texmelucan. "Nosotros tenemos mayor pleito con San Lorenzo", aclara el comunero Valentín Sarmiento, explicando que se acusa Teojomulco sin pruebas.
Con San Lorenzo Texmelucan tienen un pleito de más de 40 años que ha dejado "una regazón de muertos". Un desvencijado libro rojo es el diario oficial del pueblo, en el que se resumen sus muertes derivadas de la disputa por 6 mil hectáreas. Grandes titulares de diarios reportan cada matanza. No están, claro, las que los pueblos circunvecinos achacan a Teojomulco, que no son pocas.
El documento de la sindicatura municipal resume la posición de Teojomulco: "Si bien existe un conflicto de límites de la agencia de Santiago Xochiltepec con la comunidad, también es cierto que Xochiltepec tiene conflictos con otros pueblos. Cabe mencionar que los hechos sucedieron en Santiago Textitlán, fuera de la jurisdicción, del territorio y lejos de los límites de Teojomulco".
Añaden que por más conflictos agrarios que han tenido con Xochiltepec desde hace 40 años, "solamente nos hemos concretado a defender nuestro territorio, pero jamás hemos realizado acciones fuera de nuestros límites y mucho menos hemos asesinado a personas indefensas".
Laurencio Gutiérrez señala el recelo del municipio hacia el gobierno estatal. La "invención de culpables" motiva que Teojomulco solicite a la Procuraduría General de la República atraer el caso, "por la desconfianza que tenemos en Murat".
El documento municipal recoge el reclamo al gobierno federal: "La finalidad del operativo (de la Procuraduría General de Justicia del estado) fue producto de la presión que ejercieron los medios de comunicación y la opinión pública sobre el gobierno del estado, por la magnitud de los hechos, de tal manera que el operativo se ejecutó al azar, deteniendo indiscriminadamente a quienes tuvieran a la vista, incluyendo a menores de edad, actuando con base en conjeturas y rumores, sin indicios ni investigación alguna, a unos 50 kilómetros del lugar. Por ello, exigimos al Presidente de la República que sean las instancias federales las que se encarguen de las investigaciones correspondientes".
Gutiérrez asegura haber estado en decenas de reuniones con el gobierno del estado, que le han dejado claro que "o hay ineptitud o de plano no hay voluntad". En las oficinas municipales de Teojomulco se juntan las autoridades y algunos comuneros. Entre ellos, Valentín Sarmiento considera que no resolver los conflictos agrarios es aprovechado por el gobierno "para beneficiarse de la corrupción".
Otra vertiente de división
Afuera del palacio municipal la gente se reúne. Hay enojo. Los jóvenes muestran las actas de nacimiento de cuatro detenidos para acreditar que no son dos, sino cuatro, los menores de edad aprehendidos ilegalmente por la Procuraduría General de Justicia del estado. Muestran los documentos de Uziel Cruz Galán, nacido en mayo de 1987; Isaías Silva Díaz, de 17 años; Jaziel González Martínez, de junio de 1988, y su hermano Gabriel, de noviembre de 1985.
El párroco de la región, Martín Octavio García lamenta tanto odio entre los pueblos. A él le toca consolar a los deudos de los pueblos enfrentados; ellos forman su grey. Sabe que "los odios son realmente una bomba de tiempo". Esos rencores -dice- causan las malas interpretaciones. Y alude al incendio del bosque que en Santiago Xochiltepec juran que fue un atentado de Teojomulco.
Le corresponde atender otra vertiente de las divisiones que hasta ahora, ciertamente, dice, dista de alcanzar la dimensión de la disputa agraria: la división de credos.
En su jurisdicción, sus tareas evangelizadoras compiten con la penetración creciente de las otras iglesias. Luz del Mundo, Testigos de Jehová, evangélicos... Todo en una zona confrontada por la tierra. Tampoco es ajeno a otras presiones que ha tenido por la orientación pastoral de su parroquia. "Aquí los priístas no nos quieren porque nosotros hablamos mucho a la gente de los derechos humanos, de que reflexionen sobre su situación, y eso choca con sus intereses, que aquí se mezclan entre políticos y religiosos".
Es el caso de Santo Domingo Teojomulco, donde "el cacique del pueblo, Justino Díaz, es también uno de los principales representantes de los evangélicos en el lugar". De filiación priísta, dice que cuando fue alcalde, en el periodo anterior, llegó a pedir a Murat que intercediera para que sacaran a los curas católicos del pueblo y trajeran otros. No prosperó, pero es muestra de otro tipo de tensiones en las comunidades. Quizá el ejemplo más claro de la incomodidad de sus formas de evangelizar se dio en 1994, con el levantamiento zapatista. "Nosotros le hablábamos mucho a la gente de la situación en Chiapas y de los derechos indígenas, hasta que llegó el Ejército. Nos seguían para todos lados hasta que un día de plano vino aquí el comandante y nos pidió las armas. Nosotros le dijimos que no había mas arma que la Biblia". Nos dejaron en paz, en diciembre de ese año, cuando el EZLN inició su expansión, se tensaron las cosas y las tropas las movieron allá. "Sólo así nos dejaron en paz".