Lunes en la Ciencia, 3 de junio de 2002


La Cumbre de Río, una década de excelentes deseos y nulos resultados

Crónica de una esperanza

Victoriano Garza Almanza

Han pasado diez años de la reunión más grande jamás realizada en la historia de la humanidad: la Cumbre de la Tierra. El tema central fue el ambiente del planeta. Allí se reconoció el grave deterioro de los ecosistemas que prevalecía hasta ese tiempo en el planeta, y se habló de cuidarlo y preservarlo para los hijos de nuestros hijos. Entonces no se hablaba de otra cosa que del ambiente. Todos los medios informativos hablaban de la contaminación y cómo remediarla.

Revisando mis notas de 1992 encontré lo siguiente: "un hecho establecido por la comunidad científica contemporánea es el acelerado deterioro del ambiente por causas artificiales. Esta certeza es relativamente nueva, pues pertenece a la segunda mitad del siglo XX.

disyuntiva 3"Así como ha habido épocas de azoramiento, también han existido grandes épocas de creencias; ésta es una de esas. Esta es una etapa en la que de la idea científica del deterioro ambiental, manejada por unos cuantos científicos, se ha pasado a la creencia pública de que el impacto del desarrollo y el desmesurado crecimiento poblacional están destruyendo los recursos naturales que permiten la vida en el planeta.

"El impacto de los procesos del desarrollo en los sistemas ecológicos, el costo de su destrucción y los daños visibles y no visibles así provocados, se denomina -grosso modo- contaminación ambiental, que es un problema global. Esto es algo que atañe a la sociedad mundial, que toca a todas las disciplinas del conocimiento humano; es, en sí, una nueva fuente de conocimiento y preocupación.

"También toca los valores humanos, por lo que representa una nueva fuente de recapitulación moral. Pero también incide en el interés popular, por lo que se ha convertido en una especie de credo que está esperando a su guía espiritual para que los conduzca al camino de la salvación; de la salvación del planeta y, por ende, de ellos.

"La primera ocasión que el asunto de la contaminación ambiental provocó alarma mundial fue en 1962, cuando la bióloga estadunidense Rachel Carson denunció en su libro Primavera silenciosa, el efecto de los plaguicidas en la vida silvestre y humana. La reacción provocada no se consolidó sino hasta 1972, cuando en Estocolmo, Suecia, se llevó a cabo la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Ambiente Humano. Entre los principios establecidos en aquella ocasión, destaca aquel que enuncia que 'el hombre tiene el derecho fundamental a la libertad, a la igualdad y a condiciones adecuadas de vida, en un ambiente de calidad que permita una vida con dignidad y bienestar'. No obstante, los problemas ambientales (y humanos) continuaron agravándose.

"A lo largo de 20 años (1972-1992), después de la Conferencia de Estocolmo, hubo un incremento notable de reuniones referentes a los peligros que el crecimiento y actividades de la humanidad crearon.

"En 1987, la Comisión Mundial para el Ambiente y el Desarrollo de las Naciones Unidas ligó los asuntos de protección ambiental a los aspectos globales del crecimiento y desarrollo económico. El reporte se tituló 'Nuestro futuro común'. Quizá la más grande aportación de esta comisión fue el concepto de 'desarrollo sustentable'. Este concepto se fundamenta en dos preguntas medulares: ƑEs posible incrementar el estándar básico de vida de una población mundial creciente sin menguar los recursos naturales, ni degradar el ambiente?, y Ƒpodrá la humanidad evitar el colapso ambiental y, al mismo tiempo, hacer que sus miembros más pobres alcancen un nivel básico de salud humana y dignidad?

"Para asegurar que la respuesta a estas preguntas fuera positiva, en diciembre de 1989 la Asamblea General de la ONU convocó a una reunión de todas las naciones de la tierra. Se le denominó Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Ambiente y el Desarrollo, trivialmente conocida como la Cumbre de la Tierra, que se efectuaría en junio de 1992 en Río de Janeiro, Brasil."

Las notas continúan describiendo la Agenda 21 y analizando cada uno de los 27 principios de la Declaración de Río. Pero, Ƒqué ha sucedido desde entonces? Pasada la euforia ecologista vino la resaca, luego el olvido. Los gobiernos poco caso han hecho a lo acordado, las trasnacionales se han beneficiado con la desmemoria, los académicos poco participamos. Entre tanto, los verdaderos convencidos, los de las ONG ambientalistas, no sólo enfrentan gobiernos, empresas antiambientalistas y científicos corporativistas, sino a otras ONG seudo ambientalistas, creadas especialmente para esquirolear su actividad.

A diez años de la Cumbre de Río, la contaminación y el deterioro del planeta han aumentado. Hoy día produce el hombre tantas cosas, a un ritmo acelerado e incontenible, que en nada ayudan a detener el avance del deterioro, entre las cuales están: el crecimiento poblacional, la pobreza, las guerras, la política barata, la estulticia, la fabricación de productos basura para la gula consumista, y la producción de ciencia absurda -sin otro compromiso que la mercadotecnia y el protagonismo personal- por una parte influyente de la comunidad científica internacional.

La esperanza de 1992 está cada vez más lejana, quedando en la historia como una utopía más del hombre. Aún se escucha el eco de las palabras de Malraux, quien dijo: "la Tierra sugiere la muerte tanto por su torpor milenario como por su metamorfosis, aun cuando esta metamorfosis sea obra del hombre".

El autor es investigador del área de salud ambiental de la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez

 

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